Hace bien Derek Beres en dejar caer, al comentar en su artículo “Las antiguas raíces de la psicoterapia tienen valor ahora” (The ancient roots of psychotherapy matter now), que la base filosófica del estoicismo es budista:
El estoicismo fue fundado por Zenón de Citium en el siglo III a. C. La base filosófica suena budista: no permitas que el placer o el dolor motiven tus acciones; acepta cada momento como es; vive una vida virtuosa tratando a los demás de manera justa; vive de acuerdo con la naturaleza.
Pero esta no es la base ni del budismo ni del taoísmo ni del estoicismo. Su base, lo que todos buscan conseguir con estas prácticas barrocas, son los poderes que les den poder, algún tipo de poder. Hay una pseudo literatura esotérico-orientalista, en muchos casos escrita por occidentales, que ha desvirtuado el carácter chamánico de todas estas corrientes “espirituales”. Se habla de filosofía e, incluso, de religión –hay muchos musulmanes que están convencidos de que Buda fue un profeta, pero entonces enviado por quién, con qué mensaje, con qué ley, quizás con la prohibición expresa de pisar a las hormigas.
Occidente ha rebozado el chamanismo oriental y lo ha presentado, dependiendo de los intereses del momento y llevados por la ignorancia, como una religión, una filosofía, una gimnasia o una terapia. Pero, ante todo, como un substituto, como una alternativa a la última manifestación profética. Miles de jóvenes europeos y norteamericanos se lanzan a las costas norafricanas en busca de respuestas, y allí, muchos de ellos, encuentran Islam. Esta situación, a todas luces alarmante, hace que se coloquen potentes focos en la India que logren atraer a esos jóvenes hacia el yoga, el budismo, el tantra, y tantas otras corrientes “salvadoras” que les están esperando con los brazos abiertos de sus gurús y de todo tipo de chamanes. La operación dio resultado, y varias generaciones de occidentales se pasaron buena parte de su vida entretenidos en prácticas excéntricas, y con promesas de alcanzar estados supra humanos nunca realizadas. Desilusionados, frustrados, sin esperanzas, volvían a casa sin un duro, con hepatitis B y unos cuantos gramos de hachís para pasar el trago, que normalmente se los quitaban en la frontera. Los siguientes focos los pusieron en América Central, en Méjico y Guatemala, pero también en Perú y en Bolivia. Se trataba del mismo chamanismo, pero con pirámides de fondo y menos enfermedades que en la India. El empuje vino de la mano de Carlos Castaneda, un antropólogo peruano nacionalizado estadounidense, y de su libro “Las enseñanzas de Don Juan”. Chamanismo, magia, y potentes drogas, todo junto en un mismo paquete, era ofrecido a los cándidos occidentales quienes no dudaban en comprarlo y comprobar, en el mayor de los desencantos, el engaño del que habían sido objeto. Uno a uno se iban apagando los focos y las siguientes generaciones decidieron proveerse de excitantes experiencias psicodélicas en los mercados locales –drogas a la medida.
Todo lo que no es profecía es chamanismo, y parece que ahora, una vez vaciadas las ubres de las vacas orientales, se quiere reavivar otra corriente chamánica, la misma en realidad, aunque en formato filosofía occidental, en formato griego –el estocismo. Esta asociación de la filosofía con el chamanismo es fundamental para entender cómo funcionan los sistemas no proféticos. En su libro “Sufismo y taoísmo” Toshihiko Izutsu ve un hilo conductor chamánico en todos los sistemas metafísicos, tomen la forma que tomen:
Es altamente significativo que la “leyenda” relacione al autor del Tao Te King con el estado de Shu. Esta relación no puede deberse a una mera coincidencia, ya que hay algo del espíritu de Shu que fluye a lo largo de todo el libro. Con espíritu de Shu me refiero a lo que podríamos llamar la tendencia chamánica de la mente o al pensamiento chamánico.
En el estado de Shu florecía todo tipo de creencias supersticiosas en seres sobrenaturales y espíritus, y abundaban las prácticas chamánicas.
Si bien este texto de Izutsu hace referencia a la filosofía china, lo mismo se puede aplicar a la filosofía griega. No olvidemos que en tiempos de Aristóteles y de Platón se hablaba de los dioses y de los héroes –hijos de un humano y una diosa– con el mismo espíritu que en el estado de Shu. De hecho, en su libro La República, Platón nos asombra con las siguientes palabras:
Acompañado de Glaucón, el hijo de Aristón, bajé ayer al Pireo con propósito de orar a la diosa Bandis y ganoso de ver cómo hacían la fiesta, puesto que la celebraban por primera vez. Parecióme en verdad hermosa la procesión de los del pueblo, pero no menos lúcida la que sacaron los tracios. Después de orar y gozar del espectáculo, emprendimos la vuelta hacia la ciudad.
Esta atmósfera primitiva y pagana es la que propició el desarrollo de una seudo-ciencia que alejó a occidente del relato profético durante más de dos mil años. Se puede hablar de una adaptación chamánica a un nuevo gusto por la racionalización y la lógica, como advierte Toshihiko Izutsu:
La misma atmósfera produjo asimismo un tipo muy particular de pensamiento metafísico, probablemente porque la experiencia chamánica es de tal naturaleza que puede ser refinada y elaborada hasta alcanzar el nivel de experiencia metafísica. En cualquier caso, la profundidad metafísica del pensamiento de Lao Tze puede, creo, explicarse en gran medida si se relaciona con la mentalidad chamánica de los antiguos chinos.
A este respecto, nos parece más acertado decir que el chamán místico-filosófico es el producto de una corriente chamánica milenaria mezclada con la enseñanza profética –anterior a ésta– del Tawhid, de la Unicidad de Allah. Tarde o temprano, este nuevo chamán tendrá que enfrentarse a la noción de un Dios personal y Absoluto, y no verá otra forma de hacerlo que identificándose con Él. Las nociones de Dios y de Absoluto estarán siempre ligadas a una identificación, a una fusión. Así lo declaran algunos textos sufís, como éste de Husayn Ibn Mansur al-Hallay:
Yo soy Él a Quien amo,
Y ese a quien amo soy yo.
Somos dos espíritus morando en un solo cuerpo.
Si me ves, lo ves a Él.
Y si lo ves a Él, nos ves a los dos.
El mismo estado de shu encontramos este verso de Abdu’l Karim al-Yili:
Somos el espíritu del Uno, a pesar de que moramos por turno en dos cuerpos.
O en las palabras del dominico alemán Eckhart en su libro “El fruto de la nada”:
El padre engendra a su Hijo en la eternidad igual a sí mismo. Todavía digo algo más: él lo ha engendrado en mi alma. No sólo ella está junto a él y él junto a ella, por igual, sino que él está en ella; y el Padre engendra a su Hijo en el alma de la misma manera en que él la engendra en la eternidad y no de otra manera. Debe hacerlo, le guste o no. El Padre engendra a su Hijo sin cesar y todavía digo más: me engendra en tanto que Hijo suyo y el mismo Hijo; todavía digo más: no sólo me engendra en tanto que su Hijo, sino que me engendra en tanto que él mismo y él se engendra en cuanto a mí y a mí en cuanto a su ser y su naturaleza. En la fuente más interior, allí broto del Espíritu Santo; allí hay una vida y un ser y una obra. Todo lo que Dios realiza es uno; por eso me engendra en tanto que su Hijo sin diferencia alguna.
Es la manifestación literaria del fenómeno de identificación que se produce cuando las corrientes chamánicas penetran en la corriente profética, creando pseudo religiones o sistemas chamánicos que pasan por ser parte de la profecía. Sin embargo, estas corrientes, todas ellas, participan del mismo estado de shu, de drogas, supersticiones, milagros, poderes sobrenaturales… que las delatan como manifestaciones chamánicas que hablan de viajes astrales, de identificación con el Absoluto, que exigen, en una palabra, su adoración, su glorificación. Recordemos los viajes a Marte, a otras galaxias, los hoteles interestelares de los que nos habla el último formato chamánico, el tecnológico, el formato NASA. Todos estos sistemas buscan desarrollar poderes para lograr el poder.
Es tan desconcertante la idea de una repentina aparición de civilizaciones, de lenguas, de doctrinas filosóficas o espirituales, que incluso historiadores sin ninguna tradición religiosa –como es el caso de Henri Maspero nombrado Profesor titular de la Escuela de Lenguas Orientales Vivas de Hanói en 1911– se oponen a la opinión generalizada que pretende que el taoísmo apareció con Lao Tze bruscamente a principios del siglo IV antes de nuestra era como metafísica mística, que tuvo un gran desarrollo con Tchuang Tze hacia finales de ese siglo y, a partir de entonces, fue corrompiéndose y degenerando hasta la dinastía Han, en la que se transformó en un cúmulo de supersticiones, magia y brujería. Obviamente, nada surge bruscamente, y menos una doctrina tan elaborada como el taoísmo. Maspero sostiene que el taoísmo era una religión personal –a diferencia del tipo agrícola y comunal de religión de estado que nada tiene que ver con la salvación personal– y que se remonta a la más lejana antigüedad. Lo que no sabía el profesor Maspero es que esa lejana antigüedad está haciendo referencia a los periodos proféticos, de los que deriva el taoísmo y todas las demás corrientes místico-filosóficas. Aunque a simple vista esa religión agrícola y comunal parezca completamente diferente de la visión taoísta, se trata en realidad de una misma concepción chamánica de la existencia que circula en dos niveles diferentes. En el primer nivel, el chamán no tiene que explicar el concepto de Dios único y le basta con ocuparse de las cosechas, de traer la lluvia en el tiempo propicio y de curar a los enfermos. En el segundo nivel, en cambio, el chamán se enfrenta a sociedades mucho más sofisticadas, en las que la explicación metafísica de los acontecimientos requiere de una mayor sutileza. En otras palabras, nos encontramos en la intercesión de dos caminos en la que conviven simultáneamente el chamán brujo y el chamán filósofo. Y en ambos casos, nos encontramos ante una búsqueda continua de poderes que justifique la preeminencia del chamán entre su tribu, entre su sociedad. Se trata, en definitiva, de trabajar para hacer posible la transmutación del hombre ordinario en “hombre perfecto”, en “superhombre”. Esta idea, este proyecto es el que subyace en toda corriente chamánica como lo pone de manifiesto Toshihiko Izutsu en el libro que ya hemos mencionado:
Lao Tze habla de sheng ren un “hombre sagrado”. Es uno de los conceptos clave de su cosmovisión filosófica y, como tal, desempeña un papel extremadamente importante en su pensamiento. El “hombre sagrado” es el que ha alcanzado el grado más elevado de intuición de la Vía, hasta el punto de estar totalmente unificado con ésta, y se comporta en consecuencia, siguiendo los dictados de la Vía. Exactamente en el mismo sentido, Chouang Tze habla de zhen ren u “hombre verdadero”, de zhen ren u “hombre extremo”, shen ren o “Superhombre”. El hombre designado por todas estas palabras no es, en realidad, sino un chamán filósofo cuya intuición visionaria del mundo se ha refinado y elaborado hasta convertirse en una visión filosófica del Ser.
Son los mismos conceptos que utilizaban los estoicos griegos. En su terminología aparece el “hombre perfecto”, un tipo de superhombre que afronta los mayores contratiempos con ánimo sereno. Así nos lo presenta Epiceto en su obra “Entrevistas, II”:
Veo hombres que repiten máximas estoicas, pero no veo estoicos. Muéstrame, te ruego, a un estoico, sólo pido uno. Un estoico, es decir, un hombre que, en la enfermedad, se sienta feliz; que, despreciado y calumniado, se sienta feliz. Si no puedes mostrarme a este estoico perfecto y acabado, muéstrame, al menos, uno que empiece a serlo.
Todo lo que no es profecía, es chamanismo, en cualquiera de sus formas, es ateísmo, es el intento, siempre fallido, de substituir al Altísimo, al Creador del Cielo y de la Tierra, por el “el hombre perfecto”, por “el hombre extremo”… por el chamán, por el brujo, por el filósofo, por el científico.
Ahora surge la pregunta: ¿De qué nos puede servir el chamanismo, se presente en el formato que se presente? Las propuestas chamánicas siempre obvian el principio y el final. Nunca nos explican cómo se originó la existencia ni cómo será la nueva geografía y los nuevos escenarios tras la muerte y tras la vida post-mortem. Su oferta se limita a una terapia, mezclada con máximas filosóficas, para atravesar la vida de este mundo con el menor conflicto posible. Sin embargo, todos los conflictos que ocurren en la vida de este mundo derivan del hecho de existir sin saber para qué, con qué objetivo.
Imaginemos por un instante que un día nos despertásemos en una habitación sin ventanas, sin puertas, sin muebles… La angustia que sentiríamos sería muy parecida a la que siente el hombre de hoy cuando, de vez en cuando, recuerda su situación y siente la extrañeza de existir. La cuestión entonces no es qué hacer en esa habitación. Lo primero, lo más urgente es saber por qué estamos ahí, quién nos ha traído hasta este lugar. Conocer el sentido de la vida es la única terapia que funciona. Todo lo demás son tretas chamánicas que hacen estallar a los brujos a carcajadas.
En este escrito se encuentra un gran error: el de suponer que todas las tradiciones iniciativas de, por ejemplo, la India, es producto de una especie de Chamanismo extraviado con pintas de un sistema profético. Me ha llamado mucho la atención eso de:
«jóvenes hacia el yoga, el budismo, el tantra, y tantas otras corrientes “salvadoras” que les están esperando con los brazos abiertos de sus gurús y de todo tipo de chamanes. La operación dio resultado, y varias generaciones de occidentales se pasaron buena parte de su vida entretenidos en prácticas excéntricas, y con promesas de alcanzar estados supra humanos nunca realizadas.»
No creo que usted haya estudiado el Yoga, en su totalidad, en absoluto. Pues ya empieza a confundir el actual Yoga que nació por malinterpretaciones y mezclas esotéricas de occidente y oriente, con el Yoga que nació con Patanjali, o con los Shiva-Sutras…Es como si yo ahora digo que el Islam es un instrumento de control porque se está utilizando últimamente en la izquierda, para apoyar los derechos de la mujer, LGTBI+, y todo esos tipos de cosas…pues eso sería una falacia por mi parte que no procuro cometer, pues he tenido el honor de leerme algo del Noble Corán, y tener en mis manos algunas de las traducciones en Español más fieles al árabe (pues como ya sabrá usted, está pensado para ser recitado en su lengua matriz).
No tiene que manchar al Yoga de esa forma, simplemente léase sobre estas tradiciones antiquísimas, donde repiten, una y otra vez, sobre el Dios único (de hecho eso hace el Yoga, su etimología sin te vas a sus fuentes son las de «unión con la divinidad», más o menos, esa es una traducción muy penosa al español). El Corán forma parte de un sello último, pero eso no implica relegar a las tradiciones que se están destruyendo en occidente mezclándolas con paranoias, el adjetivo de chamanismo. Pues ni el yoga es chamanismo, ni «panteísta», ni nada de eso.
Recomiendo que revise. Saludos y buen escrito.
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Hola, ¿es usted un “milenial”? Lo digo porque es propio de esa deleznable generación la arrogancia en el saber y el deseo de enmendar la plana a los demás, aunque los demás pinten canas en las barbas.
Yo sí he estudiado y practicado el yoga, teóricamente y prácticamente; me he descoyuntado varias articulaciones gracias al yoga y he cantado mantras y todo tipo de coplillas alusivas a los sabios ancestrales. El ejemplo que propone usted de los LGTB es despreciable, pues nadie en el mudo islámico hace caso de esa agenda satánica, a excepción de cuatro gatos que nadie conoce ni respeta (Abdennur Prado y sus colegas.)
Empero, en el yoga, el chamanismo y la idolatría han infectado a dicha tradición, de modo que está putrefacta. La gente va a los retiros yoga/taichí/zen/budismo-tibetano porque buscan alivio psicológico a los estragos de no llevar una vida islámica, o sea, sana. Se trata de tradiciones muertas, caducas, donde el saber efectivo ya no se vehicula, sino que lo que se vehicula son las ganas de darle sentido a la vida por medio de las emociones sublimadas y las excitaciones mentales de todo tipo.
Puede que haya un residuo aún puro en esos caminos, puede. Pero se trataría de un remanente que no repercute en lo que respecta a la realización de la Verdad Una y Única y a establecer una vida islámica, tanto individual como colectiva. O puede que ya no quede nada, solo Allah sabe.
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Jajajaja, espero no ser «milenial» nunca en mi vida. Simplemente le he señalado lo evidente que me parecía eso. Y bueno, muchos han practicado Yoga (cuál? El que realmente está en los escritos o variaciones penosas de este?). El asunto es que a otras personas, a mi también, me ha ayudado, y no me he descoyuntado ninguna articulación, al contrario, me ha ayudado. Y sobretodo, el Yoga no me ha llevado a afirmar que «Dios es amor», «Soy uno con Dios» , y esas paranoias modernas que casi rozan la patología, o el narcisismo. Sino que me ha llevado a un equilibrio, físico y mental, que me ha permitido el volver, a esa fuente. Como ya te dije, considero al Corán como la última revelación de Allah (dentro de algunas tradiciones se refieren a la Suprema Persona, el Ser Universal, dentro de algunas corrientes Shivaistas así lo nombran, con casi todos los atributos que se atribuyen a Allah, sus 99 nombres sagrados). El verdadero chamanismo es la inversión, coger cualquier tradición e invertirla. Cómo hacen con el yoga, Vishnuismo (la secta de consciencia de Krishna), Medicina china con Reiki. En fin. Las tradiciones más antiguas son las que contienen «algo» (por el tiempo en que vivimos, el Kali Yuga) de verdad más cercana a los otros años más «puros»…El problema con el Islam, es que también se lo han cargado y se lo van a cargar. No sólo tergiversando el Corán, o a la comunidad musulmana. No sólo así se lo van a cargar. Y por cierto, en España se agrandan los colectivos feministas (que tanto crítico), y tienen a muchos musulmanes. Entre tú y yo, esperemos que no vaya a más. Aunque bueno, no se esperan buenos pronósticos.
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El concepto fundamental a tener en cuenta aquí es que hay un Centro en el que ha surgido el hombre –insan– y en el que se han desarrollado todos los elementos que ha necesitado para su vida terrestre –lenguaje, agricultura, ganadería, metalurgia… y de ese Centro se ha ido expandiendo todo ese conocimiento por la Tierra en diferentes etapas e intensidades. Entre ese conocimiento está el Tawhid (la unicidad absoluta del Creador) y el recuerdo de cómo empezó todo. Sin embargo, este conocimiento es continuamente olvidado por el hombre y por ello, Allah el Altísimo le dio la guía, el recuerdo, a través del sistema profético (textos revelados y profetas).
Por lo tanto, el conocimiento espiritual fue transportado, en un momento u otro, a todos los rincones de la Tierra, pero se fue desvirtuando con el tiempo y fueron entrando elementos chamánicos en los diferentes sistemas que se habían desarrollado, sobre todo, en la India, China y Mesopotamia, pero también en Arabia, pues lo que no es profecía, es chamanismo. En otras palabras, cuando se abandonan aspectos proféticos, vienen a ocupar su lugar aspectos chamánicos. Y esto ocurre continuamente. Podemos ver numerosos aspectos chamánicos en el Islam de hoy. No se trata de enredarse en religiones, sectas, grupos, sistemas… ad infinitum. Lo que tenemos desde el mismísimo comienzo es SISTEMA PROFÉTICO, la guía, y SISTEMA CHAMÁNICO, el extravío, pues nos aparta del recuerdo, del origen, del Centro.
Es cierto que podemos reconocer aspectos del tawhid en muchas tradiciones espirituales. Podemos encontrar afinidades, incluso cosmológicas, en los Rig Veda, en el Vedanta, en el Taoísmo… pero son tradiciones contaminadas e inverificables. La única rama que ha quedado intacta de ese árbol primigenio es el Islam, pues surge de un texto, el Corán, en lengua árabe que, al mismo tiempo que se memorizaba, se escribía. Es la última revelación y es lógico que la sigamos, pues recoge todas las anteriores y rectifica los errores y los aspectos chamánicos que se han ido filtrando a lo largo del tiempo.
Compara cualquier tradición espiritual con el Islam y dime si en esas tradiciones, las que sean, encuentras cómo debe heredar cada familiar del difunto, como se debe realizar un contrato de matrimonio, como se lleva a cabo el divorcio, como se redactan los contratos de compra-venta, cuáles son los principios educativos, las normas de la guerra… Y ello, porque un sistema real, Divino, debe responder a todas nuestras necesidades. Todo ese conocimiento original se ha ido perdiendo y contaminando, quedando únicamente intacto en la última revelación, en el último tramo profético.
Comencé a estudiar el hinduismo y textos yoguis y budistas durante mi estancia en Paris a finales de los 70 y continué durante 14 años. También dedique 4 años a practicar el budismo Zen, y todo ello con diferentes maestros, algunos occidentales y otros nativos. Durante todo ese tiempo tuve que estudiar con textos que eran traducciones de traducciones de unos supuestos originales inverificables. Cuando entre en el Islam y aprendí árabe, pude leer el texto coránico en su forma original, hasta que hace dos años terminé su traducción al español, que está colgada en SONDAS.
El Corán te devuelve al origen en su forma original.
Salam
Abu Bakr G.
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Sé que el Corán es parte y sello de esa manifestación de Dios en la tierra en forma de revelación. Obviamente hay textos más antiguos donde existen lo que muestras que dice el sagrado Corán. Las leyes de Manu, en los Vedas, el sistema de Varna, y un gran etcétera. Cómo es obvio también, se ha degenerado, los Británicos hicieron su buen trabajo haciendo imposible la fiabilidad de estas tradiciones, corrompiendo todo. De todas formas, aún quedan restos en forma de sectas, pero en grupos iniciáticos que nada tiene que ver con chamanismo. La tradición Shivaita guarda muy bien los ShivaPuranas, y el largo conocimiento metafísico de esta tradición, pues Shiva es el Yogui primigenio, también se refieren como el Todopoderoso y Absoluto, con atributos muy parecidos a los 99 nombres de Allah. En estos textos se pueden encontrar más profundidad sobre cuestiones metafísicas que en el Corán, cada libro y revelación tiene una función. ¿Por qué, los musulmanes al entrar en templos en la India se sorprendieron a ver las manos de algunos dioses (nada que ver con dioses al modo griego, sino a potencias) con las manos cortadas? Porque estaban haciendo mudras, una ciencia antiquísima dentro del Yoga que encierra un conocimiento, o tipo de postura, los que protegían ese conocimiento lo tenían en secreto para que no se utilice de maneras oscuras. Y por eso le cortaron las manos a los dioses, para que ese conocimiento no se utilizara de manera inconsciente y sin consideración de Dios. Hoy en día vemos que posiblemente hayan podido acceder a ese conocimiento, de hecho se tergiversa (véase el peligro y lo absurdo del Reiki), un gran etcétera.
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De acuerdo. Entonces ¿qué propones? ¿Te encuentras bien en tu vida cotidiana practicando el yoga u otra forma de espiritualidad oriental? ¿Estás seguro de que lo que lees o aprendes son textos originales? ¿No te importa que no lo sean? ¿Has estudiado a fondo el Corán y por ello has concluido que en los textos yoguis hay más profundidad metafísica que en el texto coránico? No obstante si, como dices, “Sé que el Corán es parte y sello de esa manifestación de Dios en la tierra en forma de revelación” ¿no te parece que deberá contener todo lo que necesitamos para vivir en este mundo? Mas el Corán no es un texto fácil, pues no es cronológico ni temático. Toda la información, toda la sabiduría, está dispersa. No hay secretos ni ambigüedades en él, pero la espesa capa de falsedades que hemos ido adquiriendo a través de los sistemas educativos occidentales nos impide ver con claridad lo que es evidente. Por ello, vacíate, acércate al texto coránico como lo que tú mismo dices que es: parte y sello de esa manifestación de Dios en la tierra en forma de revelación.
Salam
Abu Bakar G.
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Yo me encuentro bastante bien practicando, y estudiando Yoga. También los ShivaPuranas. Y ahora los Sûtras de Patanjali. Obviamente, y siéndote sincero, hay muchas veces que estoy decaído, pero eso también me pasa estudiando el Corán, la Biblia, o la Torah. Es natural, cada persona es un mundo y vive distintas situaciones. Yo soy muy joven aún, tengo 17 años. Y como comprenderás, en mi círculo social tengo que aguantar muchísimas cosas, puesto que ellos siguen una corriente que, y los digo por los dos, odiamos seguir. Pero aún así, + los problemas personales de uno y sus tensiones, se sigue Feliz y con ganas de caminar hacia Él. El Corán lo estudie parcialmente en su momento y lo he vuelto a estudiar ahora, y soy totalmente consciente de su Gran Sabiduría, porque además visitó tu blog a menudo para leerlo y ver las cosas que se entrañan en este «libro». Yo lo que digo es que el Corán ha sido revelado en un momento específico de manifestación humana. En esta época el ser humano está decadente, y es lo mínimo que se pide para poder volver a la fuente. Esto no quita validez a las otras fuentes tradicionales, puesto que estas estaban en una época que, quizás, el ser humano tenía más «libertad» y estaba algo más en sintonía con el creador. Pero como es obvio, no me quiero quedar solo en el Corán, sino explorar la diversidad que ha presentado Él, porque así además podemos ver quién es el enemigo, más a fondo. A mi, por ejemplo, que llevo estudiando más tiempo el Yoga junto con amigos adultos (que te puedo asegurar que son verdaderos maestros y no pseudo-maestros New Age de la 5ta dimensión, de hecho uno de ellos fue el que me recomendó el Corán), me ha servido, y encuentro una conexión mayor, con el Corán también, pero es diferente. Cada día veo conexiones, y esto es lo que me da alegría. Esto en verdad es un camino, no me voy a poner en modo Ibn Arabí porque creo que lo han transformado en New Age monista o algo así, aunque en sus escritos la realidad sea otra…pero, qué es esto sino el juego, la danza, el plan, de una suprema persona, que se refleja en el espejo que Él mismo crea para llegar a sí mismo? Porque al final siempre va a encontrar lo mismo: Brahman, ParamaSiva, Allah, el Altísimo.
Miguel Á.
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Querido Miguel, teniendo en cuenta tu edad, debo felicitarte, pues ya has recorrido buena parte del camino. No obstante, la vida, que es muy corta, es, al mismo tiempo, muy larga –hay minutos que no pasan nunca. Estás al comienzo, pero ya has entendido más que muchos que están al final.
No obstante, como ya sabes, la comprensión intelectual es un factor más de la ecuación existencial, luego está el factor implementación. Alguien se quejó a Umar ibn al-Jatab (el segundo califa del Islam) de por qué sólo había logrado memorizar la segunda sura (capítulo) del Corán –al Baqarah. A lo que él respondió: “Me ha llevado muchos años implementar sus significados en mi vida cotidiana.” Muchos musulmanes lo hacen al revés –memorizan todo el Corán, pero no implementan en sus vidas ni un solo versículo. Debe haber equilibrio. Debemos comprobar, practicándolo, si algo funciona realmente.
Este es mi correo:
editelsa@hotmail.com
Si quieres puedes escribirme a esta dirección.
Que Allah el Altísimo te guíe siempre y ponga en tu camino a buenos y sanos compañeros. Amin.
Abu Bakr Gallego
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Ok, pues por ahí nos vemos.
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Es mejor que, si desea usted seguir chateando, lo haga directamente al email del autor, que le indico en el previo mensaje. Este intercambio de chateos públicos es inútil y tiende a la confusión. SALAM.
UZMAN G.
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Es bueno no ser un «milenial», son seres repelentes. Y no digamos ya los que han nacido con el bozal puesto. Es el fin de los tiempos.
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