¿Cuáles son las ‘líneas rojas’ de Venezuela para dialogar con la oposición radical?

Redacción de Actualidad RT

El Gobierno de Venezuela trazó sus exigencias para dialogar nuevamente con el sector extremista de la oposición venezolana, si desean alcanzar nuevos acuerdos a través de las conversaciones que retomaron en México y que ahora se encuentran suspendidas.

«Con toda responsabilidad digo, Venezuela no va a firmar ningún acuerdo con ese sector de la oposición venezolana, hasta que no se levanten las 765 medidas coercitivas unilaterales firmadas por Donald Trump y Barack Hussein Obama», expresó el jefe negociador del Gobierno venezolano, Jorge Rodríguez, en un acto público realizado el jueves en Caracas.

El también Presidente del parlamento venezolano recordó que con esa facción radical opositora, que promovió las sanciones unilaterales de Washington contra Caracas, se firmó un acuerdo parcial con fines sociales para entregar unos 3.200 millones de dólares retenidos al Estado venezolano en el extranjero y aún no han cumplido.

En ese sentido, comentó el conflicto que ha causado Estados Unidos con respecto a los recursos que iban a entregar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que interviniera como garante del buen uso de los fondos y cumplir lo convenido en el acuerdo de México, que estipulaba inversiones en obras y sectores fundamentales como servicios públicos, educación, salud, alimentos, entre otras áreas.

«Nosotros firmamos un acuerdo social en el mes de noviembre con estos sectores de la llamada plataforma unitaria. Inmediatamente después que se firma el acuerdo social, los Estados Unidos, la administración (de Joe) Biden, le manda una carta a Naciones Unidas y dice: ‘Estados Unidos no garantiza la seguridad de esos fondos y podemos ir contra ellos’. Por tanto, las Naciones Unidas dijo: ‘en consecuencia no podemos instrumentar el acuerdo social», explicó Rodríguez.

El alto funcionario también citó al presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien ha criticado la falta de palabra del sector opositor que firmó ese acuerdo parcial para descongelar los recursos retenidos a Venezuela en el exterior. «¿Cómo uno acuerda cosas con gente que no puede cumplir con su palabra?», dijo Rodríguez.

Las condiciones expuestas por el alto funcionario venezolano fueron expresadas justamente cuando se cumplen ocho años del decreto que firmó el expresidente Barack Obama, con el que declaró a Venezuela como una «amenaza inusual y extraordinaria» para la seguridad de Estados Unidos.

Además, recordó que ese sector opositor, al que calificó de «inmoral», es el responsable de la imposición de sanciones al país, del secuestro y robo de bienes y recursos de Venezuela en el extranjero valorados en más de 30.000 millones de dólares. Entre estos activos están el oro venezolano en el Banco de Inglaterra, la refinería Citgo en Estados Unidos, los fondos depositados en la banca internacional, el bloqueo comercial a la industria petrolera y demás empresas del Estado, entre otras acciones que, dijo, violan en toda su amplitud el derecho internacional.

Para Rodríguez, las medidas unilaterales impuestas contra los venezolanos, que golpean duramente su calidad de vida y recrudecen la situación del país, fueron parte de un plan ideado desde que se conoció la enfermedad mortal que sufrió el presidente Hugo Chávez, porque vieron la oportunidad de «aniquilar la Revolución Bolivariana».

El líder del Parlamento también denunció que la imposición de sanciones contra su país ha generado un daño que supera los 630.000 millones de dólares. Además, recordó que en la aplicación de estas medidas también implican a la Unión Europea (UE) y otros gobiernos «serviles» y «lacayos» a Washington.

Más allá de estos recursos, Rodríguez detalló que entre los años 2015 y 2020, Venezuela dejó de producir 4.000 millones de barriles de crudo, debido al boicot ejecutado contra la industria petrolera, lo que se traduce en 232.000 millones de dólares que el país dejó de facturar.

En cuanto a los activos «secuestrados» en el extranjero, el titular de la Asamblea Nacional, calificó la retención de estos fondos como «un vulgar acto de ratería» y detalló que 60 % de las sanciones impuestas a Venezuela son ejecutadas por Estados Unidos y el resto por la UE, sin importarles que violan las normas internacionales que ellos mismos promulgan.

«Financiaron con dinero de Venezuela, del pueblo, todas las conspiraciones, a unos niveles indecibles. El ataque fue contra el estado de bienestar que este pueblo había conquistado», expresó Rodríguez, quien reiteró que, si esa facción opositora quiere diálogo y acuerdos, debe primero cumplir con el cese de las sanciones.

SONDAS: Si las naciones americanas todavía albergan en su corazón el anhelo de crear una verdadera federación de países libres, Venezuela es su gran oportunidad, pues ha luchado y ha resistido contra Occidente. Y ha vencido. Todo el “montaje Guaidó” ha quedado desprestigiado. Su desesperada falta de análisis a la hora de elegir a este narcotraficante como el futuro presidente de Venezuela ha salpicado la dignidad de Estados Unidos y de Europa, y ha reforzado la posición de Maduro. Tienen 17 agencias de inteligencia en suelo norteamericano y cuentan además con todos los servicios que al respecto les ofrecen los europeos. Aun así, van de chapuza en chapuza.

Es cierto que no hay todavía ningún país con la disposición de exigir cuentas a Estados Unidos por sus desmanes, pero este continuado fracaso que hemos visto en Afganistán, en Iraq, en Siria, en Bolivia, en Venezuela y pronto lo veremos en Yemen, está socavando el prestigio de Occidente ante el mundo. Ha perdido su credibilidad y ha demostrado que su objetivo prioritario es crear conflictos por toda la geografía terráquea –generar inestabilidad y pobreza– para de esta forma mantener su hegemonía.

Mas esta Norteamérica se ha acabado, se ha hundido; también Europa. Poco a poco, prudentemente, China va asumiendo su papel hegemónico. Su plan para el mundo es un plan materialista, sin transcendencia –un plan para la vida de este mundo, sin tener en cuenta la Otra. Mas resulta inevitable que sea así, pues los países musulmanes –la verdadera alternativa a Occidente– hace tiempo que se han desentendido de su misión como contrapeso a cualquier sistema materialista.

Por otra parte, Venezuela, si quiere ganar la batalla final, debe abandonar toda mesa de negociaciones, pues esa es la estrategia que utiliza Estados Unidos cuando ha perdido en el ámbito de la diplomacia, las sanciones, los actos de piratería, e incluso la posibilidad de una invasión armada. Entonces se sienta a negociar. Firma acuerdos porque sabe que no los va a cumplir, pero de esta manera gana tiempo y se lo hace perder a sus adversarios. Venezuela debe continuar su lucha sin caer en la trampa de las negociaciones, de vagas promesas… de mentiras.

El resto de las naciones americanas tiene ahora su gran oportunidad, alineándose con Venezuela, apoyándola. Para ello es indispensable restaurar la paz social que siempre ha prevalecido en esta parte de América. Deben acabar con el narcotráfico, con las mafias, con la violencia callejera y generar, de esta forma, un gran territorio en el que prevalezca la paz y la hermandad entre los pueblos, sin por ello tener que renunciar a su idiosincrasia. Ésta sería la fórmula –unidad en la diversidad. Entonces sería Méjico quien tendría que levantar un muro para evitar que los yanquis entrasen en esta casa de la paz.