Casi una hora antes de la concentración la plaza de Cibeles ya estaba abarrotada
C.S.Macías para La Razón
Una hora antes del inicio de la manifestación la Plaza de Cibeles de Madrid comenzó a llenarse. Miles de banderas de España ondeaban en las manos de los participantes, y también a modo de capa o sombrero. Un cartel dejaba constancia de un Pedro Sánchez con la nariz de pinocho junto a un “¡¡¡¡Basta ya!!!! Gobierno, traidor”. De fondo, sonaba el “Resistiré” del Dúo Dinámico que acompañó, a modo de “himno” el confinamiento durante la pandemia y que hoy, junto a “Mi querida España” se sumaba a la indignación de la sociedad civil.
Más de un centenar de asociaciones y colectivos secundaron la protesta que aunó las voces de miles de ciudadanos descontentos que dieron una respuesta “cívica y combativa” a las decisiones de Pedro Sánchez.
Foro España Cívica y Fundación Foro Libertad y Alternativa llamaron a defender la Constitución, la democracia y las instituciones ante la “grave situación” de “crisis global” en lo político, económico y social que atraviesa el país. Además de los organizadores, detrás de esta convocatoria la secundaron plataformas como Unión 78, Libres e Iguales, Neos, Convivencia Cívica Catalana, S’ha Acabat, Dignidad y Justicia, Diálogos en Libertad o la Asociación por la Tolerancia, entre otras.
Bajo el lema “Por España, la democracia y la Constitución” alertaron del deterioro de la democracia, el debilitamiento del Estado y la “gran erosión” que sufren las instituciones. Los manifestantes clamaron contra la adaptación del Código Penal hecho a medida de los intereses de sus transgresores, contra el indulto a los condenados por sedición, la salida de las cárceles de los terroristas de ETA y la “colonización partidista” de las instituciones, especialmente la del Tribunal Constitucional.
“Fuera el mentiroso, traidor, apátrida, psicópata y okupa de Moncloa. Defendamos nuestro país”, era otro de los carteles que portaban los manifestantes junto a un “viva España” o “que te vote Txapote” -el sanguinario terrorista de ETA.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo no asistió a la concentración pero sí envió una representación de miembros del partido: vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local, Pedro Rollán, el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, y la portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat. Tellado destacó ante los medios que “hoy salimos a la calle para sumarnos al grito y al basta ya de las asociaciones cívicas y decirle a Sánchez que no todo vale para seguir en el gobierno de la nación. Es un Gobierno incompetente, que está permitiendo que agresores sexuales salgan de prisión y hayan visto sus penas reducidas por la incompetencia de una ministra y la soberbia de un Ejecutivo que ha avalado la mal llamada Ley del “solo sí es sí”, apuntó. Además, aseguró que “Sánchez llegó al Gobierno por una mentira” y que, por tanto, es un gobierno “basado en una gran mentira”. Por ello, pidió a Sánchez que “no vale todo” y aseguró que no se puede equiparar la manifestación de hoy en Cibeles con la de Cataluña de los separatistas porque en la de hoy “se reivindica la Constitución y salvaguardar el Estado de Derecho. Esa equidistancia no es de recibo”. Tellado expresó que “me gustaría que los socialistas estuvieran aquí, defendiendo la Constitución y el Estado de Derecho. Muchos piensan como nosotros, pero no les permite decir lo que piensa, como le ha pasado a Joaquín Leguina”.
Por parte de Vox, su presidente, Santiago Abascal aseguró que “estamos en el mejor lugar que podíamos estar hoy, convencidos de la necesidad de una movilización masiva hasta la expulsión del autócrata Pedro Sánchez”. Destacó que estar con la sociedad civil es estar con la mejor compañía posible “frente al peor Gobierno de nuestra historia, frente al Gobierno de la mentira a los electores, frente al Gobierno de los pactos oscuros con todos los enemigos del orden constitucional y de la unidad de la nación”.
Y, si la concentración iba en defensa de la Constitución y contra las políticas acometidas por el Gobierno de Pedro Sánchez, hubo algunos que decidieron que, en vez de sumar, había que tratar de dividir y hacer campaña en medio de la sociedad civil. Algunos repartieron pasquines contra el PP, aunque éstos no llevaban firma, tal vez por algunas faltas ortográficas y que, por su contenido, parecen hechos por Vox. Estos cargan contra el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida donde se subraya que continúa el Madrid central, una exigencia que desde Vox se le impuso al regidor madrileño. También cargan contra Borja Semper, Ayuso, o Cuca Gamarra.

SONDAS: Nosotros, ese día, no estuvimos en la Plaza de Cibeles, entre otras cosas, porque lo que allí se reunió y abarrotó los dominios de la diosa madre fue la hipocresía, la ignorancia y el atontamiento cognitivo –las tres características que más prevalecen en la sociedad española. Lo que allí se reunió fueron partidos políticos y organizaciones cívicas –nunca pensamos que hubiera tantas y que fueran de tan poca utilidad– para exigir un cambio de gobierno que permitiera a los mequetrefes que los manipulan ocupar la Moncloa para establecer… ¿Qué programa? ¿Qué soluciones? ¿Se puede volver a tierra cuando ya estamos en medio del abismo? ¿No es eso la demagogia, prometer el paraíso en medio de un paisaje arruinado, desolado, quemado?
Allí estaban para proteger la democracia. Mas ¿por qué deberíamos proteger el sistema que ha llevado al poder a Pedro Sánchez, y antes a Felipe González, a Aznar, a Zapatero, a Rajoy… todos ellos saqueadores, granos que han hecho granero –un granero de deuda y de una constante pérdida de independencia, de soberanía.
La gran mentira comenzó en 1982 y no ha cesado hasta hoy. Se nos prometió cerrar las bases aéreas estadounidenses y en vez de eso, se nos metió en la OTAN. Y ahora España es una base militar norteamericana controlada desde Washington. También Europa se nos presentó como la gran panacea. Había que salir del ostracismo, unirse a la corriente internacional, a la prosperidad occidental. Y para ello teníamos que asumir enormes sacrificios, sobre todo el de no poder ya tomar decisiones, pues sería Bruselas quien ahora se encargaría de dirigirnos.
Mas resultó que Bruselas, una entelequia encubridora, suplantaba a la verdadera identidad del poder europeo –París/Londres/Nueva York. Y todos los demás países, Alemania incluido, formaban la comparsa que llenaba el concepto de «comunidad internacional». De esta forma España era colonizada por este triunvirato. España no existe, de facto, y por eso se está desmembrando. La independencia de Cataluña y del País Vasco la decidirán los lobbies judíos que controlan las tres capitales del triunvirato. Lo que hace Sánchez no es otra cosa que ser consecuente con esta realidad, con la realidad de un país colonizado e invadido.
Cataluña y el País Vasco son enemigos de la unidad española. Mas ¿acaso nuestros «aliados» no son nuestros enemigos históricos y naturales –Francia, Reino Unido y los Estados Unidos?
Y es con estos poderes, con estos enemigos, con quienes –se supone– que debemos edificar Europa. Francia ha estado décadas chantajeando a España con el tema de la ETA; y Estados Unidos ahora está apoyando las políticas expansionistas de Marruecos en contra de los intereses de España. El acercamiento de Alemania a Rusia durante el gobierno de Trump es altamente significativo; pues si la Unión Soviética suponía un peligro para la independencia europea, los alemanes se han dado cuenta de que hoy ese peligro está representado por Estados Unidos, que está llevando a Europa a la ruina económica y al caos social y político –la primavera árabe, oposición a Siria, apoyo a Guaidó en Venezuela, a Añéz en Bolivia, 20 años de guerra en Afganistán… Y ahora Europa tiene que involucrarse en la guerra de Ucrania y enfrentarse de forma artificial y absurda a Rusia –el país que abastece de energía a toda Europa. Una Rusia y una China fuertes es lo único que puede hacer volver a Estados Unidos a la doctrina Monroe y a ocuparse de sus asuntos, dejando que Europa y el resto del mundo se ocupe de los suyos.
Mas las cosas tendrán que ocurrir de otra forma. El colapso total va a ser inevitable. Y lo que surja de él será imprevisible e incontrolable.
Allí estaban, en la Plaza de Cibeles, para salvar a España, para salvar a un cadáver en descomposición. Si mañana volviésemos a 1982, volveríamos a votar a los mismos; y éstos volverían a saquear España.