Israelíes y palestinos discuten sobre lo que haría Jesús

Redacción de Russia Today, International News

Tanto Israel como los palestinos han invocado a Jesucristo para que apoye su causa mientras el brutal conflicto en Gaza llega a la marca de cinco meses. El diplomático palestino Riham Barghouti invocó por primera vez la memoria de Jesús de Nazaret en una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU a principios de esta semana, al condenar las acciones militares israelíes en Gaza que han matado a más de 30.000 personas y han herido a otras 70.000 hasta el momento. “Jesús nació en Palestina. Y si Jesús estuviera vivo, lloraría con el alma por la matanza de niños en la tierra donde nació”, dijo Barghouti. El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí compartió un vídeo de 14 segundos de ese comentario en su canal Telegram en ruso, junto con una condena mordaz. “Los representantes palestinos en la ONU vuelven a decir mentiras. Jesús era judío, nacido en Judea, y habría sido brutalmente asesinado por Hamás o tomado como rehén el 7 de octubre. La delegación palestina ante la ONU aplaudiría estos crímenes, como lo hacen ahora”, dijo el ministerio. Su publicación se realizó el jueves, cinco meses después del día en que el grupo militante palestino atacó puestos de avanzada y asentamientos israelíes cerca de Gaza, matando a aproximadamente 1.200 personas y tomando más de 200 rehenes. Los cristianos creen que Jesús nació en una familia judía de Nazaret, ahora la ciudad más grande del Distrito Norte de Israel. Belén, la “pequeña ciudad” donde nació Cristo, estaba ubicada en ese momento en el reino herodiano dominado por los romanos. Ahora es una ciudad aproximadamente a diez kilómetros al sur de la dividida Jerusalén, en Cisjordania gobernada por palestinos, que históricamente estuvo dominada por cristianos árabes y ahora tiene una mayoría árabe musulmana. Mientras que los judíos rechazan por completo la noción de la divinidad de Cristo, los musulmanes creen que fue uno de los grandes profetas y un precursor de Muhammad; un capítulo del Corán está dedicado a su madre.

SONDAS: El título de esta película bien podría ser “A río revuelto, ganancia de pescadores”, y aquí “río” estaría haciendo referencia a la historia –un río que los judíos no han dejado de revolver y enturbiar hasta hacer que los acontecimientos que en ella se narran, sus personajes, su geografía, su cronología… poco o nada tengan que ver con la realidad de los hechos. Ha sido la ambigüedad el mayor artífice del trastocado relato histórico. Y aquí incluimos al relato profético –el cauce que lo vertebra y lo aglutina.

Parece que ahora todos, especialmente los judíos, están interesados en compartir su nacionalidad con Isa, a quien llamaron –según reza en el Nuevo Testamento– mentiroso, blasfemo… hasta llegar al punto en el que dispuestos estaban a crucificarle. Mas desde hace ya unas cuantas décadas se esfuerzan estos judíos por congratularse con los cristianos. Primero, acuñaron la expresión “civilización judeo-cristiana” –curioso binomio que los cristianos se apresuraron a ratificar, pues necesitaban un contexto histórico-religioso en el que situar al hijo de Dios; y ambos correligionarios hicieron la vista gorda frente al cúmulo de contradicciones y altercados ontológicos de los textos que iban a conformar la famosa Biblia.

A la Iglesia católica –bien sabían los merovingios con quien se asociaban– poco le importaba la verdadera historia de Isa, su abrupta y delirante deificación, si con ello conseguía asegurarse el poder terrenal. Cambiaron lo que tenían que cambiar; reescribieron, tacharon, eliminaron lo que podía delatarles… hasta dejar un texto que, sin testigos en contra, bien podían hacerlo pasar por revelación divina. Sin embargo, el Corán se erigió en delator y rectificador, por lo cual nunca han dejado hasta hoy de presentar a sus fieles las nuevas “versiones” bíblicas.

Sin embargo, y a pesar de todos sus intentos por redactar un texto coherente incluso frente al Islam, las principales falsificaciones han quedado en evidencia. Veamos un caso práctico: Isa no era judío; no era de los Banu Israel, sino hijo de Mariam y miembro de la familia de Imran, que a su vez era descendiente de Ibrahim y éste de Nuh. Los Banu Israel, los judíos, no forman parte de esta cadena genealógica. En el Corán se hace una clara distinción entre la expresiones: “un profeta enviado a…” y “un profeta salido de…”. Muhammad fue un profeta salido de su pueblo, uno de ellos; pero Isa fue enviado a los Banu Israel. De ellos nunca ha salido ningún profeta. Todos les han sido enviados. Han tenido reyes, pero no profetas.

Los judíos no podían aceptar que no fueran descendientes de Ibrahim, y por ello se incrustaron en su genealogía, argumentando que Israel era Jacob. Sin embargo, el Corán lo desmiente al no cambiar el nombre de Jacob por ningún otro. Incluso en su lecho de muerte, cuando da los últimos consejos a sus hijos es Jacob, no Israel. Y lo mismo encontramos en el Antiguo Testamento:

Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros. (Génesis 49:1)

Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y espiró, y fue reunido con sus padres. (Génesis, 49:33)

Sin embargo, ya en Génesis 32:27-28 se le anuncia:

Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

¿Cómo entonces en el momento de expirar su último aliento se le sigue llamando Jacob?

Y ello porque nunca tuvo otro nombre. Esta última cita es una interpolación. No es a Jacob al que se está haciendo referencia aquí.

Isa no era judío, sino que fue enviado a los judíos con una doble misión –la de entregarles la carta de repudio, de divorcio, que retiraba definitivamente de los Banu Israel la profecía; y al mismo tiempo la de anunciar la venida de Ahmad, el profeta, quien entonaría el “último cántico”, asumiría el último tramo del relato profético y sobre quien descendería el último libro revelado –el Corán.

Mas la tergiversación de los hechos va más allá de la genealogía. Isa no nació en Judea ni en Belén ni en lo que hoy es Palestina, Israel incluido. La profecía se originó y desarrolló en Arabia –desde el Yemen y su parte africana hasta el valle de Bakkah (Mecca).

Pregúntales si basan sus argumentos sobre algún conocimiento que no pueden mostrar. Sólo siguen suposiciones y no hacen, sino conjeturar. (Corán, sura 6, aleya 148)

No han evaluado debidamente el método que Allah ha establecido para guiar a la gente. Por ello dicen: “Allah no ha revelado nada a ningún ser humano.” Pregúntales quién entonces hizo descargar el Kitab con el que vino Musa –luz y guía para los hombres. Lo transcribís en pergaminos, algunos de los cuales mostráis, pero la mayor parte de ellos los ocultáis. Así aprendisteis lo que no sabíais ni vosotros ni vuestros padres. Proclama: “¡Allah!” Luego déjalos entretenidos en sus vanas discusiones. (Corán, sura 6, aleya 91)

Hay un trabajo a este respecto mucho más amplio y detallado que el lector puede encontrar en la pestaña: El Corán.blog, sección Libro de Comentarios, el apartado ESQUEMAS (Esquema 20, Genealogía) y el apartado ARTÍCULOS (Artículo 20, Genealogía y Geografía Profética).