Siempre nos queda el suicidio, pero hay otra opción.
Seamos sinceros. A nadie le importó la muerte de Dios. Lo celebramos como el triunfo del humanismo frente a una divinidad que parecía no estar controlando Su creación. Todos sabíamos que era más una forma de justificar aquel asesinato que el resultado de un análisis filosófico. Los enterradores musitaban a cada palada de tierra que… Leer más Siempre nos queda el suicidio, pero hay otra opción.