Maestros del desastre: una pequeña red elitista anuncia un «Plan para la revitalización de una gobernanza global»

Joe Schaeffer para World Tribune

Una organización por la que nadie votó y creada nada menos que por las Naciones Unidas acaba de publicar “un nuevo modelo para una gobernanza global revitalizada”. El informe apunta inequívocamente a la erosión de los derechos soberanos de las naciones individuales en el camino hacia la formación de un gobierno mundial.

Citemos el sitio web del “Consejo Asesor de Alto Nivel” (High-Level Adivsory Board, HLAB):

«En un informe de 2021 titulado Nuestra Agenda Común, el Secretario General de la ONU hizo un ambicioso llamamiento para mejorar la cooperación internacional a través de un multilateralismo efectivo, anunciando la formación de un Consejo Asesor de Alto Nivel (HLAB) que se iba a encargar de desarrollar un informe independiente en apoyo de este objetivo.»

El 18 de abril se dio a conocer este informe. El elitista y globalista Club de Madrid elogió el plan y el trabajo de sus miembros que lo han elaborado:

«El HLAB está copresidido por los miembros del Club de Madrid: Ellen Johnson Sirleaf, expresidenta de Liberia, y Stefan Löfven, exprimer ministro de Suecia, y cuenta con el apoyo del Centro de Investigación de Políticas de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-CPR)».

Bill Clinton, el ex presidente de los Estados Unidos durante dos mandatos, es miembro del Club de Madrid. Citemos su sitio web:

«El Club de Madrid es el foro más grande del mundo de ex presidentes y primeros ministros democráticos, que aprovechan su experiencia de liderazgo individual y colectivo y su alcance global para fortalecer la práctica democrática inclusiva y mejorar el bienestar de las personas en todo el mundo.»

El informe está dividido en varias secciones, etiquetadas como «cambios», para resaltar el dramático cambio que propone. La naturaleza siniestra de estos cambios se puede ilustrar mejor con sus propias palabras.

El Primer Cambio se titula «Reconstruir la confianza en el multilateralismo», y entre sus instrucciones encontramos:

«El multilateralismo inclusivo y efectivo requiere una transformación fundamental hacia una toma de decisiones más distribuida, interconectada y responsable para nuestro bienestar colectivo. Inclusión significativa de ciudades y regiones en el sistema multilateral. Incluir y enlazar al sector privado.»

Se enfatiza explícitamente la destrucción de la soberanía nacional:

«Debemos aceptar que las aspiraciones individuales ya no están principalmente mediadas por los gobiernos nacionales, aunque los Estados continúan jugando un papel central. Cada uno de nosotros es simultáneamente una parte interesada en múltiples comunidades superpuestas. Nuestra visión de una red multilateral e inclusiva deja espacio en la gobernanza global para representantes de estas comunidades.»

HLAB aquí también enfatiza la necesidad de “dar más voz a la sociedad civil”, es decir, a George Soros, Klaus Schwab, Bill Gates y otros. El plan menciona específicamente a las ONG y los think tanks como parte de esta sociedad civil que tendrá un papel de liderazgo en la gobernanza global.

El Segundo Cambio se titula “Planeta y gente”, y elabora sobre la tiranía del cambio climático que es un elemento básico del internacionalismo actual:

«Concluir el pacto por las personas y el planeta. Fijar el precio y regular el carbono para una transición verde justa.»

El Tercer Cambio se titula “Finanzas Globales”. Aunque no se indica explícitamente, éste sería su plan monetario global entrelazado y el esquema anti-occidental para redistribuir la riqueza del «Norte Global» al Tercer Mundo, también conocido como el «Sur Global».

El Cuarto Cambio se titula «Gobernanza digital y de datos». Se dedica a implementar el control globalista sobre los sistemas de información de la vida moderna. Las redes de élites deben manejar las palancas de control:

«Nuestra visión de la gobernanza digital se centra en la participación regular, predecible y estructurada de la sociedad civil, el sector privado, el mundo académico y otras entidades técnicas, como los organismos de normalización, que complementan los esfuerzos de los Estados miembros y el sistema multilateral.»

Otorgar a estas redes la autoridad sobre el ámbito digital es un objetivo primordial:

«La Comisión sobre Digitalización Justa y Sostenible reunirá múltiples esfuerzos en el ámbito digital en un foro deliberativo de múltiples partes interesadas para los Estados, la sociedad civil y el sector privado, aprovechando y posiblemente integrando las actividades del Foro de Gobernanza de Internet. Abordará las deficiencias de algunos de estos foros, donde la sociedad civil colabora en una agenda de derechos, pero no tiene la autoridad para implementarla, o donde los Estados van a la zaga de los avances en materia de derechos digitales.»

El plan pide abiertamente que se presenten cargos penales internacionales contra los perpetradores de pensamientos erróneos. Valga la pena recalcar el uso de los términos como «mala información» y «desinformación» y cómo los infractores de la ley citados deben incluir a individuos, no solo a los malos «patrocinados por el estado»:

«Hacemos un llamamiento a los Estados miembros para que consideren ampliar los existentes mandatos de las instituciones de justicia, incluida la Corte Penal Internacional, la Corte Internacional de Justicia y otros mecanismos similares, para permitirles actuar en respuesta a las amenazas globales a la paz y la seguridad que surgen de la digitalización. Esto incluye respuestas a la desinformación patrocinada por el Estado y campañas de desinformación diseñadas para desestabilizar la política global, intentos de interferir con la infraestructura digital y la presencia en línea de naciones extranjeras, violaciones extendidas de los derechos humanos digitales a través de cierres abiertos de Internet, amenazas de seguridad cibernética y otras amenazas hostiles, acciones de actores no estatales destinadas a explotar el espacio en línea.»

El Quinto Cambio está etiquetado como «Paz y prevención». Marca otro claro asalto a la soberanía nacional:

«Este compromiso con la seguridad colectiva requerirá un cambio de paradigma. Debemos dejar de pensar en la seguridad en marcos estrechos y nacionalistas y aceptar que nuestra supervivencia colectiva depende de una mayor inversión en paz. Nuestros arreglos de gobernanza global deberían generar mucho más financiamiento para la paz y la seguridad humana, lo que conduciría a una transición gradual pero constante del gasto fuera de la militarización.»

El Sexto Cambio se llama “Acción Anticipada”, e incluye la destrucción de la soberanía nacional en nombre del cambio climático:

«El sistema multilateral no debe ser rehén de una definición estrecha de seguridad limitada a las fronteras nacionales y el poder militar. De hecho, reconocemos los esfuerzos significativos en los tres pilares de la ONU para mejorar nuestro conocimiento colectivo de los vínculos empíricos entre el cambio climático y nuestra seguridad colectiva.»

Los diseñadores de la gobernanza mundial entienden el papel crucial que desempeñó la histeria de COVID en allanar el camino para sus planes. Esto también se destaca en la sección anticipatoria:

«La pandemia de COVID-19 dejó muy claro que la seguridad sanitaria es fundamental para la estabilidad mundial. Sin embargo, las profundas brechas geopolíticas, la información aislada y las instituciones de respuesta, y las capacidades altamente desiguales a nivel mundial han obstaculizado una efectiva arquitectura de salud global.»

También encontramos allí llamamientos para la creación de “un consejo global sobre amenazas de pandemias” y “un organismo independiente de monitoreo de la salud global”.

Y Bill Clinton forma parte de todo ello. Sin embargo, no es el único estadounidense involucrado. Anne-Marie Slaughter es uno de los 12 miembros conocidos de HLAB que figuran en la lista. En enero de 2020, World Tribune señaló las conexiones de Slaughter con Obama y Clinton y sus sustanciales vínculos de financiación con George Soros:

«Una organización de izquierda financiada por una suma de más de 1 millón de dólares por el multimillonario globalista George Soros propugna una letanía de causas sociales progresistas divisivas. El liderazgo de esta misma organización cuenta con ejecutivos con fuertes conexiones con el establishment político y mediático de este país. Anne-Marie Slaughter es directora ejecutiva de New America. Slaughter es una veterana de la administración de Obama y fue nombrada Directora de Planificación de Políticas del Departamento de Estado en 2009 a instancias de la entonces Secretaria de Estado Hillary Clinton. Slaughter es quizás mejor recordada por ser una ferviente defensora del derrocamiento del hombre fuerte libio Moammar Gadhafi en 2011.»

No hay duda de ello. Slaughter es una jugadora importante en los círculos de poder demócrata interno. También es una devota del gobierno mundial. Mucho antes de su trabajo en la administración de Obama, Slaughter había demostrado su devoción por un nuevo orden internacional que, en su opinión, sería mejor instituir a través de una “emergencia silenciosa” que mencione de manera insincera la soberanía nacional. En 2003, escribió un artículo para la revista académica Daedalus titulado “Gobernanza global cotidiana”. Merece ser citado extensamente para dejar clara la devoción globalista de Slaughter:

«Las nuevas redes coexisten así con un orden mundial mucho más tradicional, estructurado tanto por la amenaza como por el uso del poder ‘duro’. En ese viejo orden mundial, los estados aún guardan celosamente su soberanía y asumen compromisos entre sí con considerable cautela. Aun así, es posible vislumbrar los contornos de un tipo de orden mundial muy diferente en el creciente sistema de redes de gobierno. En este sistema, el poder político permanecerá principalmente en manos de los funcionarios del gobierno nacional, pero será complementado por un grupo selecto de instituciones supranacionales mucho más efectivas que las que conocemos hoy. Y en él, la justicia global podría convertirse en más que un sueño».

En septiembre de 2021 informamos que Slaughter es parte de Welcome.US, la vasta red que trabaja para inundar Estados Unidos con refugiados del Tercer Mundo y que apareció de la noche a la mañana inmediatamente después de la retirada de Estados Unidos de Afganistán. Creada por la Fundación Rockefeller, desde el principio contaba en sus filas con tres expresidentes, incluidos Clinton y Obama, tres exgobernadores republicanos y una amplia gama de socios corporativos.

Esta acreditada veterana agente demócrata con conexiones con Obama y Clinton busca abiertamente erradicar la soberanía estadounidense. Esta apparatchik es una de las pocas personas de alto rango de todo el mundo que son miembros de una organización creada por la ONU que ahora ha publicado un plan de trabajo para que eso suceda. Y el expresidente Bill Clinton es miembro de este grupo globalista elitista que la aplaudió a ella y a sus compañeros por su esfuerzo.

Esto se llama traición. Y, como vemos, esta traición se desarrolla abiertamente y a plena luz del día.

SONDAS: Todo este entresijo de nombres va configurando una arquitectura en construcción, no carente del síndrome PENÉLOPE, pues lo que se edifica durante el día se desmonta por la noche, y lo único que queda es la vaga sensación de que allí hay un proyecto que no termina de tomar forma. Y ello nos hace intuir que el Deep State, más que un conjunto de rostros, es un ramillete de intereses, que se van a ir manifestando a lo largo de la historia en un sinfín de organizaciones, gobiernos, instituciones, individuos, y, más recientemente, en los medios de comunicación. Tenemos un claro ejemplo de ello en la pandemia Covid-19, en la que el papel más relevante lo han jugado los medios y los expertos, quedando relevados los políticos a un plano significativamente secundario.

Mas ahora la pregunta debería ser: ¿De quién son esos intereses? Nosotros no podemos responder, pues nos resulta imposible entender el papel que juegan todos los elementos y todas las entidades existenciales. La respuesta por ello la encontramos en el Corán:

Os hemos producido de lo que habíamos creado antes. Luego dijimos a los malaikah: “¡Servid a Adam!” Todos estuvieron de acuerdo, salvo Iblis, que no aceptó someterse. Dijo: “¿Qué te impide servirle, habiéndotelo ordenado?” Iblis replicó: “Yo soy superior a él. A mí me creaste de fuego, mientras que a él lo has creado de barro.” Dijo: “¡Fuera de aquí! En este lugar no cabe que seas soberbio. ¡Sal de él! A partir de ahora serás despreciado y humillado.” Dijo: “Dame de tiempo hasta el Día que sean resucitados.” Dijo: “Se te concede ese plazo.” Dijo: “Ya que me has extraviado, estaré al acecho para que no entren en Tu camino de rectitud. Luego les acometeré por delante y por detrás, por la derecha y por la izquierda y verás que la mayoría de ellos son ingratos.” Dijo: “¡Sal de aquí vilipendiado y cortado de la rahmah de Allah! Que sepan los que de ellos te sigan que llenaré yahannam (infierno) con todos vosotros.” (Corán, sura 7, aleyas 11-18)

¿Quién demonios, y nunca mejor dicho, es este Iblis? Fijémonos en esta otra aleya del Corán:

Cuando dijimos a los malaikah: “Servid a Adam,” todos aceptaron servirle, salvo Iblis que era de los yin y se rebeló contra la orden de su Señor. “¿Vais entonces a apoyaros en él y en su descendencia en vez de apoyaros en Mí cuando ellos son vuestros enemigos?” ¡Qué mal negocio el de los infames! (Corán 18, aleya 50)

Ya tenemos las tres entidades conscientes en la creación del Altísimo: el insan –el hombre; los yin –creados a partir de fuego; y los malaikah –probablemente creados a partir de agua. Los malaikah son trabajadores, operarios, funcionarios celestes que tienen a su cargo infinidad de tareas; y en su naturaleza no cabe que sean rebeldes. Bien al contrario, obedecen rigurosamente las ordenes que reciben de su Señor.

Sin embargo, entre los yin los hay que son creyentes y los hay que son encubridores –como en el caso de los hombres. Y ello hace que haya una continua connivencia entre ellos.

El Día en que los reúna a todos se dirá al grupo de yin: “¡Yin! Lograsteis seducir a muchos seres humanos.” Dirán sus secuaces de entre los hombres: “¡Señor nuestro! Disfrutamos asociándonos con ellos y nos beneficiamos unos de otros. Hoy el plazo que nos diste ha terminado.” (Corán, sura 6, aleya 128)

Vemos, pues, que se trata de una asociación entre la entidad «hombre» y la entidad «yin» que nunca ha cesado a lo largo de la historia. El hecho de haber sido creados de fuego confiere a los yin enormes poderes y una asombrosa rapidez, lo cual ha permitido al hombre beneficiarse de esta relación. Sin embargo, se trata más bien de un beneficio mundano que no le acarrea, sino perdición.

Mas en estas aleyas también tenemos el objetivo que busca Iblis y los suyos –sacar al hombre del camino de rectitud. Por lo tanto, si buscásemos un último responsable o motor del Deep State, no sería otro que Iblis y sus secuaces de entre los hombres. Y este Deep State va manifestándose en innumerables instituciones y organismos, en individuos, en instituciones académicas… hasta configurar una extensa red de poder; una red estéril que nunca da frutos, pues Iblis no desea poner el mundo bajo sus pies, controlar el universo, sino que su objetivo –como ya hemos visto– es perder al mayor número posible de hombres. Cuando obtiene algún éxito en este sentido, los abandona a su suerte y el plan que se había establecido previamente se derrumba.

Mas Iblis solo tiene poder, autoridad, sobre los que ya se habían perdido a sí mismos.

Cuando ordenamos a los malaikah: “Servid a Adam,” todos aceptaron servirle, excepto Iblis. Dijo: “¿Serviré acaso a quien has creado de barro?” Y añadió: “¿Quieres que te muestre quién es ese al que has honrado por encima de mí? Si me das de plazo hasta el Día del Resurgimiento, me apoderaré de toda su descendencia, salvo de unos pocos.” Dijo: “¡Vete! Quien de ellos te siga que sepa que yahannam será vuestro galardón –abrumadora recompensa en verdad. Susúrrale la rebeldía a quien puedas, cae sobre ellos con tu caballería e infantería, hazte socio en su riqueza e hijos, y hazles promesas,” pero las promesas del shaytan no son, sino engaños. “Sabe que ningún poder tienes sobre Mis siervos.” (Corán, sura 17, aleyas 61-65)

Ésta es la paradoja de Iblis –su éxito y al mismo tiempo su fracaso. No puede, sino llevar a cabo el Plan de Allah, pues ningún poder tiene sobre los creyentes.