Inquietante pregunta la de Isaías, el nombre de un profeta que nunca ha existido, pues Isaías hace referencia a Isa, Jesús; y ya desde el principio nos resulta imposible hablar de nada. Todo está tergiversado, encubierto, oculto, desfigurado… Mas ¿hay alguien que quiera indagar, conocer la verdad, barajar hipótesis, contrastarlas, buscar referencias? Obviamente, no.

(17) Hemos hecho que el Qur-an sea fácil de recordar. ¿Hay alguien que lo siga? (Corán 54-Sura de la luna, al-Qamar)

¿A quién se dará ciencia?

La ignorancia es una bendición, un lugar seguro en el que reposar la cabeza. La pregunta de Isa llega hasta nosotros y la respuesta sigue siendo –a nadie, pues el rebaño de ovejas se ha convertido en piara de cerdos, a los que no se debería echar perlas, ya que las devoran como si fueran excrementos.

Y dicen que hay tres religiones monoteístas. Y los que así hablan parecen conocer sus nombres –judaísmo, cristianismo e Islam. Y se sientan para dialogar no se sabe de qué, entre otras cosas porque no dialogan. Se abrazan y se felicitan unos a otros por ser monoteístas y no paganos o adoradores de ídolos. Pero ¿cómo puede ser monoteísta una religión que habla de tres, aunque el tercero, el Espíritu Santo, llegó algo más tarde a la sagrada familia? (La inclusión del Espíritu Santo como persona divina, igual en substancia al Padre y al Hijo, y no subordinada a ninguno de ellos dos, tuvo lugar en el Concilio de Constantinopla en 381).

Y tras siglos de persecuciones, de hogueras, de masacres, parece que ahora han llegado a la conclusión de que, dada la imposibilidad de dar marcha atrás y de despejar todas las incógnitas que conlleva la Trinidad, cristianos y judíos les han propuesto a los musulmanes unirse a sus concilios, pues ya no son herejes y forman parte de una religión monoteísta y verdadera como las suyas; y que de esta forma se cierra el círculo y aquí ya no entra nadie ni se habla de nada ni se discuten temas teológicos ni hay acusaciones ni se acentúan las incoherencias de los hermanos mayores, pues el Islam llegó el último, admitámoslo; mas no por ello dejan los musulmanes de ser sus hermanos monoteístas.

¿A quién se dará ciencia?

Sin embargo, el altercado racional e incluso místico va mucho más allá de esta insolente reconciliación teológica, pues la fraternidad que impera en estos concilios, también llamados diálogos de religiones, algo que desmiente su monoteísmo, implica una eliminación de todo su credo. Mas sentémonos con ellos. Escuchemos lo que dicen para sus adentros.

Los judíos reniegan de Isa y declaran que ni fue profeta ni Mesías, sino un farsante que intentó hacerse pasar por rey de los judíos para más INRI, y a punto estuvieron de matarlo. Mas no lo mataron, aunque los cristianos aseguran que fue un asesinato, una crucifixión en toda regla.

Si todavía siguen esperando la venida del Mesías, la del profeta Muhammad, tendrá que posponerse aún más.

Este es el testimonio de Juan el Bautista: Cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: Tú, ¿quién eres? Confesó y no negó, sino confeso: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No… Y le preguntaron y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? (Juan 1:19-25)

Es decir, que el profeta todavía no ha venido, como no ha venido Isa, el Mesías. Y toman té juntos, judíos y cristianos, en esos concilios, en esos diálogos.

Y los cristianos piensan para sus adentros: ¿Qué clase de religión es ésta, la de los judíos, que carece de transcendencia? No buscan a Dios, sino a un rey que les dé el poder. Esperan al Mesías, cuando fueron ellos los que le asesinaron crucificándole –un misterio más de nuestra religión monoteísta.

Y estos musulmanes están totalmente desfasados, pues al morir Isa en la cruz redimió a los hombres, y en vano los fariseos esperaban al profeta que había de venir después del Mesías, pues ya no hacía falta. La religión acaba en el cristianismo.

¿A quién se dará ciencia?

Los musulmanes no tienen “adentros”, pues el Islam, la única religión transcendente y monoteísta, la única religión desde Adam hasta Muhammad, no tiene misterios ni símbolos, ya que es justo lo contrario del chamanismo. Es el sistema profético. Y como no tienen adentros, guardan silencio. Dicen que sí a todo, toman té, sonríen, preguntan por la salud del papa, le dan la mano al rabino tal o cual y después comentan entre ellos “¡Qué disparate! Menudo zancocho que estamos organizando.” Y eso, los zancochos, es lo que comen los cerdos. ¿No ven que la ecuación es irreductible?

Solamente hay un Dios. No puede haber más, pues el propio concepto de Dios implica unicidad, tawhid. Cuando decimos “dioses”, estamos haciendo referencia a ídolos. Ese Dios Único tiene un nombre que se ha conservado solamente en el Corán –Allah. Y por eso decimos que son un zancocho estos concilios, pues en “las nuevas versiones de la Biblia” han desaparecido los fabricados nombres del Altísimo: Jehovah y Yahvé, nombres que han sido substituidos por el término “señor”.

Los cristianos todavía lo tienen más difícil, pues aparte del término “señor”, utilizan el de “padre”, echando de menos el poder adorarle con el calificativo de “hijo”. Nunca se ha oído de nadie que suplique al Espíritu Santo.

Este Dios Único, Allah, solo ha podido revelarse a los hombres a través de una religión, a través de un sistema. Los cristianos lo han dividido en tres y por ello no les parece una aberración lógica decir que de ese Dios Único emanan tres religiones distintas. Mas es una aberración, es una incoherencia, un postulado irracional. Y esa religión única, a través de la cual el Altísimo se ha comunicado con sus siervos, nunca ha tenido nombre hasta la venida del profeta. ¿En qué libro del Antiguo Testamente, de la Torá, aparece el nombre “judaísmo”? En ninguno, pues éste es un término que los hombres han dado a un conjunto de creencias que nada tienen que ver con lo que se le reveló a Musa.

(91) Pregúntales quién entonces hizo descargar el Kitab con el que vino Musa –luz y guía para los hombres –nas. Lo transcribís en pergaminos, algunos de los cuales mostráis, pero la mayor parte de ellos los ocultáis. (Corán 6-Sura de los rebaños, al-Anam)

¿En qué libro del Nuevo Testamente aparece el término “cristianismo”? En ninguno, pues éste es un término que los hombres, los que creen seguir a Isa, se han dado a sí mismos.

Mas “Islam” está mencionado en el Corán, pues es Allah quien ha revelado este término a los hombres, ya que “islam” significa “sumisión al Creador”. Y ésta es la actitud de los creyentes desde el profeta Adam hasta el profeta Muhammad. Y por ello los musulmanes acogen en su creencia a todos los profetas y declaran que Isa es el Mesías y que Muhammad es el sello de la profecía.

¿Cómo, pues, pueden sentarse los musulmanes con politeístas y paganos? Y dicen: “Somos las tres religiones abrahámicas?” Y lo dicen para añadir más inmundicia al zancocho, pues ni existen tres religiones ni existe algo como “abrahámico”. Ibrahim fue un profeta más de los muchos que ha habido, y antes de él transmitieron el Islam, la sumisión al Creador, Adam e Idris y Nuh y Hud y Saleh… Y después de él, vinieron muchos otros, como Ishaq, Ismail, Sulaiman… Isa y Muhammad.

(285) El Mensajero, y con él los creyentes, cree en lo que de su Señor se ha descargado sobre él. Todos creen en Allah, en Sus malaikah, en Sus textos revelados y en Sus Mensajeros. No hacemos ninguna diferencia entre ellos. (Corán 2-Sura de la vaca, al-Baqarah)

¿A quién se dará ciencia?

¿A quién le importa conocer la verdad de los hechos, despojarse del omnivorismo de los cerdos, limpiar la inmundicia que se ha arrojado sobre el sistema profético, sobre el monoteísmo, sobre el tawhid?

¿A quién se dará ciencia?