Si bien la expresión deep state, o “estado profundo”, proviene de la secreta red turca conocida como derin devlet, fundada en 1923 por Mustafa Kemal Atatürk con el propósito de emprender actos clandestinos para preservar la estructura de su gobierno, sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos.
(35) Dijimos: “¡Adam! Habita tú y tu grupo en el jardín y comed de lo que hay en él a vuestro antojo, mas no os acerquéis a este árbol, pues seríais de los transgresores.” (Corán 2 – al Baqarah)
(ver Artículos XI, XVII, XX, XXII y Esquemas 20 –el Corán, Libro de Comentarios)
Es aquí donde empieza la primera conspiración contra el hombre. Aquí empieza el susurro, el engaño, la falsedad, la trampa… que sacará al ser humano del paraíso terrenal para arrojarle a la historia, al escenario existencial donde será azuzado por la tentación de ir en contra de su propia naturaleza, por falsas promesas, por el encubrimiento de la realidad.
Mas no es esta debacle algo que pudo no haber existido, algo que pudo haberse evitado. Fue un suceso necesario, pues la historia exige, para desarrollarse, incontables elementos que podemos agrupar en –venenosos y beneficiosos. Y será la lucha de unos contra otros, en el empeño por prevalecer, lo que dará lugar a la dialéctica del devenir humano, a sus movimientos, a sus dislocaciones… a sus perversiones.
Después, este mismo deep state que engañó al hombre y lo encerró en la historia, utilizó a Pablo de Tarso para generar un falso mensaje profético, que convirtió al cristianismo en un malecón que impidió el flujo natural de la profecía, alzando a un hombre al status de divinidad, crucificándole después y resucitándole, organizando la mayor conspiración contra la verdad de cuantas han existido en la turbulenta historia del hombre.
¿No le bastaba al deep state con haber extraído al ser humano del paraíso y haber cambiado radicalmente el curso de la historia con un cristianismo paulino, llevando a sus seguidores a la más perturbadora incoherencia? Obviamente no, pues su naturaleza es la de maquinar, confundir y extraviar al hombre del camino de rectitud.
Ahí están las cruzadas –quizás la conspiración que más ha beneficiado a las fuerzas del mal, guiadas por el deep state. Todo se hizo por el bien de los peregrinos que se dirigían a “tierra santa” para visitar los lugares por donde anduvo el Mesías –hijo de Dios. Y por ello se masacró a judíos, cristianos y musulmanes que habitaban en Jerusalén en la más envidiable paz y concordia. Mas la historia siempre la escribe y promulga el deep state.
Dejamos los entre-actos para los ratones de biblioteca. Nosotros seguimos saltando de piedra en piedra hasta llegar a la otra orilla. No hay otra orilla. Maquinación tras maquinación, conspiraciones, urdimbres, tramas… seguimos saltando y llegamos a las dos guerras mundiales. Aquí el deep state decidió tomar las riendas de los imperios –se liquidaba el imperio Otomano, los Augsburgo y el imperio del Sol Naciente. Se instauraba la democracia como sistema universal de gobierno, y se preparaba el terreno para invadir a los “regímenes autoritarios”. No obstante, y para que quede claro que el deep state no se casa con nadie, el nuevo orden mundial nace con un poderoso enemigo dispuesto a llevarse su parte del botín –la revolución rusa, la Unión Soviética… el comunismo como alternativa al capitalismo. Dos sistemas originados en los sótanos del deep state.
La siguiente piedra todavía no la han colocado en el río, pero muy probablemente sea la última –no hay Dios, ni Ajirah. Lo único que puede subsistir es un hombre desconectado de la fuente y de su propia consciencia. Un autómata, pero todavía humano, tratando de recordar en qué punto abandonó el camino.