El Proyecto Neom de Arabia Saudita: Un mundo sin NASA.

Nunca hay mal que por bien no venga, y quizás sean estos proyectos urbanísticos y arquitectónicos, que no paran de aparecer en los medios, los que hagan olvidar a los desesperados las bases habitadas en Marte o, incluso, más allá, aún más allá, a punto de rozar la nada… y vuelta al cabo Cañaveral.

Esta vez, como no, la noticia nos llega de Arabia Saudita, del estrafalario bin Salman, que derrocha imaginación a la hora de gastar la fortuna que está robando al pueblo saudita –especialmente a los emigrantes que mantienen y hacen funcionar el país.

En un artículo aparecido recientemente en Alchemist City se nos presenta un mega proyecto:

Colocamos esta noticia en mundos virtuales porque es más probable que sea allí donde se quede esta quimera: como un concepto virtual, pero el tiempo dirá si logra funcionar. Mohammed bin Salman, el príncipe heredero de Arabia Saudita, dio a conocer recientemente planes para un cinturón de 170 kilómetros de comunidades peatonales con energías renovables para un millón de residentes.

La ciudad lineal no tendrá automóviles ni calles, todos los residentes vivirán dentro de un radio de 5 minutos de todos los elementos esenciales, con un tren de alta velocidad que los conectará de un extremo a otro. Bin Salman anunció planes para The Line en un video donde lo describió como una «revolución civilizadora que pone a los humanos en primer lugar».

La mega-ciudad de 170 kilómetros de largo consistirá en comunidades conectadas, a las que llama «módulos de ciudad», y unirá la costa del Mar Rojo con el noroeste de Arabia Saudita. Será parte de Neom, la región de Arabia Saudita completamente automatizada de $500 mil millones que abarcará Arabia Saudita, Jordania y Egipto y estará completamente alimentada por energía renovable.

«El transporte de alta velocidad, los servicios públicos, la infraestructura digital y la logística se integrarán a la perfección en espacios dedicados que se ejecutan en una capa invisible a lo largo de The Line», dijo un comunicado.

Los dibujos muestran vehículos automatizados controlados por inteligencia artificial (IA), una línea de metro y transporte de carga de alta velocidad ubicado bajo tierra. La superficie será una «capa peatonal» sostenida por dos capas subterráneas: un nivel de infraestructura de «capa de servicios» directamente debajo del suelo y una «capa a modo de columna vertebral» de nivel inferior para el transporte.

Neom se anunció en 2017 y es parte de la campaña Vision 2030 de Arabia Saudita para diversificar su economía y depender menos del petróleo. El área estará poblada por más robots que personas y será alimentada por paneles solares y parques eólicos.

El proyecto puede ser viable tecnológicamente hablando, y dinero hay. Mas aquí lo importante es preguntarse ¿por qué todos estos proyectos basados en tecnología robótica y en energías renovables están proliferando a la misma velocidad que las variantes del covid19-20… sin que haya habido un tiempo de reflexión sobre cómo debería ser el futuro de los hábitats del hombre? Surgen propuestas audaces, insólitas hace tan solo unos pocos años, mientras se desmorona la economía y planea la pobreza con sus negras alas por encima de los obesos ciudadanos del primer mundo.

Las propuestas parecen, en un primer momento, solidarias. Se trataría de mejorar la vida del ciudadano común –reducción de las horas de trabajo, reemplazadas por el sudor de los robots, viviendas sanas con energía pura no contaminadora; zonas verdes tipo huertas de las que abastecerse… Solo que esos jardines serán para ellos. La gente común, los ciudadanos de a pie, tendrán que buscarse la vida en ciudades junglas.

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Mientras mirábamos a la Luna y soñábamos con un pisito en el satélite; mientras nos alistábamos para poblar Marte, ellos declaraban la pandemia y comenzaban a enrollar la cometa de nuestros sueños. No hay por qué lamentarlo, pues todos eran fantasías, son, serán… quistes en los que hibernar, túneles infinitos… Son ellos los que mueven las cámaras y crean los escenarios. Como en Dark City, cada día nos cambian la memoria –a penas recordamos quiénes éramos, como vivíamos, antes del virus, en la “normalidad”. ¡Quién se acuerda del mundo sin mascarillas! Estamos en otro quiste, en otro escenario –sin NASA, sin viajes intersiderales… Hemos vuelto a la Tierra y tendremos que olvidar todo lo anterior. Eran hipótesis, suposiciones… mentiras. Mentiras con las que nos alagan y nos prometen ahora Mega ciudades automatizadas y aire puro.

Mas el hombre no quiere aire puro, no es eso lo que desea. El hombre quiere el Jardín eterno, la felicidad, el conocimiento, la paz, el sosiego… y piensa que podrá alcanzarlo metido en un traje de astronauta o viajando en un tren súper rápido de un módulo a otro.

Hemos vuelto a la Tierra, pues ahora se trata de vivir otra pesadilla. NASA pronto cerrará sus oficinas y sus plataformas de lanzamiento. Nos quedaremos en tierra para habitar ciudades destartaladas, abandonadas, mientras las elites, las que sean, se construyen sus paraísos.

Son ideas, proyectos, virtualismos que nos hacen olvidar la realidad, la normalidad perdida que no era otra cosa que paliar con drogas el absurdo de una vida sin sentido. Nos parecía bien haber nacido para al cabo de unos pocos decenios morir. Las religiones habían sucumbido a la racionalidad científica del materialismo. ¡Maduremos! Sigamos buscando en el espacio profundo vida inteligente, enemigos que desearán esclavizarnos, monstruos… Quizás sea mejor habitar en la Antártida, coleccionando cristalizaciones. ¿No sería más cuerdo volver a las religiones? ¿Indagar de nuevo en sus credos? Mas el hombre ya no sabe indagar en nada. Ahora se ha puesto mascarilla, se ha confinado, se ha separado de sus semejantes… porque cuatro mamarrachos se lo han ordenado. Volver a la transcendencia supondría derribar las bases marcianas, las mega ciudades, la normalidad.

Un comentario sobre “El Proyecto Neom de Arabia Saudita: Un mundo sin NASA.

  1. Todas las películas que trataban sobre el mundo moderno, o el futuro, o las grandes obras arquitectónicas futuras; todas ellas son planos que utilizan para intentar construir sus «cyber» ciudades y para normalizar la situación. Buen artículo esclarecedor

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