Mensaje descifrado de los padres fundadores: “Todos los países son una mierda”

Hace decenios que los Estados Unidos llevan denigrando a la mayoría de las naciones que conforman el mundo, hasta el punto de haberse creído ellos mismos sus propias difamaciones. Esto es particularmente cierto con respecto a China.

Desde que somos niños estamos escuchando barbaridades sobre esta nación de más de mil millones de habitantes –comen cucarachas, ratas… son pequeños, ignorantes, casi humanos… Y hoy se encuentran con que esta “insignificante” nación les ha aventajado en todo –en desarrollo militar, económico y tecnológico. Los insultos que propalaban contra el mundo entero se han vuelto contra ellos. Son ellos los que viven ahora en un caos político, en una debacle económica… y pronto no tendrán más remedio que comer cucarachas y gatos.

Han descerrajado la caja de Pandora y los fantasmas que allí penaban, sus peores pesadillas, aprisionados durante siglos, han escapado y se han desparramado por doquier. Nunca más aceptarán volver al encierro.

Los nativos están volviendo a ocupar sus tierras. No son emigrantes, son los dueños milenarios de esas montañas, de esos cañones, de esas llanuras. Les acompañan las comunidades negras y orientales que levantaron Norteamérica con su trabajo. Han vuelto, han tomado consciencia de la realidad histórica que los anglosajones blancos y protestantes han tratado de eliminar, de borrarla de la memoria de la gente, y ya viven mejor que ellos. Hay una red invisible, inadvertida, que se extiende por la totalidad del territorio estadounidense y penetra en el mundo de la investigación, de la cultura, del cine, de la economía… y no es de color blanco.

Esa red pronto llegará al Reino Unido, a la gran babosa que ha desperdigado sus babas por todo el mundo, y lo cubrirá, lo aplastará –esa podría ser una reconfortante imagen de principios de siglo.

¿Quién transportará esta red? Lo hará el grito mudo que lleva siglos esperando este momento. Su vibración, su odio, su sed de venganza… cambiarán la configuración genética de la humanidad. Cada vez se parecerá más a los monstruos estúpidos que aparecen en sus películas de ciencia-ficción. Entidades perdidas, sin rumbo, sin memoria, sin deseo… caminando entre charcos, en medio de la oscuridad, entre vagabundos, sorteando cadáveres. ¿Lo veis? ¿Lo ven? ¿Hay alguien que lo perciba?

No importa. La maquinaria sigue trabajando, allanando el terreno para que nadie pueda ocultarse detrás de alguna colina. Parecía imposible que llegara este momento. Parecía imposible que fuéramos a ser de los perdedores, que fuéramos a pedir asilo al tercer mundo. Mas fue la supremacía blanca y sus secuaces liberales los que acuñaron la terminología que ahora se vuelve contra ellos. Fueron aquellos términos humillantes con los que definían a la otra mitad del mundo los que ahora cuelgan de su cuello –ha resultado que son ellos los shithole people.

¿Creen los franceses que basta con ponerse los sábados un chaleco amarillo para borrar su historia, para ocultarla, para hacer creer a la propia historia que todo fue parte de un proceso civilizador? Europa chorrea sangre por los cuatro costados. Mas no hay arrepentimiento. Biden ha anunciado que llevará la democracia a Venezuela. Esperemos que no les lleve también el sistema electoral norteamericano. No llevarán nada. Están paralizados, arruinados, descompuestos. Pensaban que nadie les observaba, que no tendrían que dar cuentas de nada –el día de la rendición de cuentas ha abierto sus registros.

nadie

Si Rusia no logró oponerse a la política exterior de la administración Trump con todo el deep state en contra suya, en contra de su enfant terrible, con todo Occidente dándole la espalda, con toda la prensa pidiendo su dimisión… qué piensa hacer ahora cuando las tablas han girado 180 grados y el mundo entero aplaude al nuevo presidente y su programa interno de permitir que avasalle la liga LGTB+Q y ocupe importantes cargos públicos, y su programa exterior de llevar la democracia que ellos no tienen al resto del mundo; es decir, nuevas guerras, nuevas masacres, nuevos desplazamientos.

¿Acaso pensaba Putin que era un juego entre caballeros? Si así hubiera sido, ¿por qué oponerse a él? O quizás se trate de otro escenario –el de vender a Rusia, al mundo, a la historia… a cambio de su gloria personal. Podría ser, pues la característica que más resalta en las marionetas presidenciales es su falta de guía. El precio de llegar al poder, ellos, lo más mediocre de las sociedades, era, precisamente, la eliminación de las elites. Primero se ocultó Islam y sus propuestas socio-económicas. La espiritualidad que emanaba de la última revelación a los hombres, su irreductible monoteísmo, fueron encubiertos por el esoterismo oriental, por el atractivo chamanismo engalanado con drogas, sexo y milagros.  Después se puso en primera línea de fuego a los hippies, la contracultura y el Mayo del 68, como la mejor manera de hacerles perder el tiempo a generaciones enteras –las últimas esperanzas se desplomaban rodeadas de un aura de romanticismo revolucionario. Cada mochuelo se fue a su olivo, cada hormiga a su agujero, cada conejo a su abismo psicodélico. Unos medraron en política, otros en negocios, otros en el crimen organizado… formando una misma red de poder que no dudará un solo instante en echar mano de ese romanticismo que ha pasado a ser su herencia y ellos sus guardianes.

Que no ponga nadie su confianza en este oso, que no la pongan Siria ni Irán, pues cuando despierta de su hibernación estacional, no sabe cómo entrar en las iglesias, ni visita las mezquitas. Aún debe resonar en su cerebro la consigna que convirtió a Rusia en la Unión Soviética –la religión vista como el opio del pueblo. Fue una visión muy poco reflexiva. Religión significaba, de forma casi exclusiva, cristianismo. No se quiso hacer un estudio más amplio y se promovió la inaceptable propuesta de un futuro sin paraíso y sin esperanzas de conseguirlo en la otra vida, pues, a partir de ahora, la tumba iba a ser la destinación final para todos los hombres. Y fue esa visión anti-natura la que horadó los fundamentos mismos de la revolución.

Ahora, Rusia y Estados Unidos, el capitalismo y el comunismo, el cristianismo y el ateísmo… coinciden en los puntos principales –un mundo materialista gobernado por los LGTB+Q al servicio de las nuevas elites tech.

Ciudades fantasma hundidas en las tinieblas; barrios chinos en los que morir cada noche a la realidad; cadenas… Una nueva especie a la que todavía no se le ha puesto nombre.

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