Así se desahogaba Bill Clinton con Benjamin Netanyahu tras alguna de sus numerosas reuniones y conversaciones telefónicas que mantuvo con el mayor traficante de mentiras y falsificaciones de la historia. Por su parte, Bill, más dado a la pedofilia que a las intrigas palaciegas, no resultó fiable para el deep state y tuvo éste que esperar a que se apañaran las siguientes elecciones presidenciales y subiera al poder Bush hijo (de puta, como es sabido) para llevar a cabo el inicio de un nuevo y chapucero orden mundial que marcó el derrumbe de las torres gemelas. La historia, no obstante, continúa. Como apunta Joas E. Alexis
Netanyahu sigue viviendo con miedo, porque sabe que ha estado perpetuando mentiras categóricas desde el principio de los tiempos, obviamente está en pánico. Actualmente está en pánico nuevamente porque la administración Biden puede optar por salirse del guión israelí, particularmente con respecto a Irán.
Ya hemos sido testigos de cómo todo el régimen israelí se ha sumergido en un estado de confusión, pues Biden planea rehabilitar el acuerdo nuclear con Irán. Según Benjamin Netanyahu, rehabilitar el acuerdo con Irán no sería un buen movimiento político para Biden, a pesar de que restablecerlo sería bueno para todo el mundo, incluido Estados Unidos.
Joe Lockhart, el portavoz de la Casa Blanca en ese momento, declaró que Netanyahu era una de las personas más detestables de cuantas vas a conocer; simplemente un mentiroso y un tramposo. ¿Y con quién pensaba Joe que estaba hablando? El juego va de mentiras y trampas, y todo el mundo lo acepta como la inevitabilidad intrínseca a la política, de la que ya nos hablara Maquiavelo.
El presidente francés Nicolas Sarkozy y el ex presidente estadounidense Barack Obama llegaron a la misma conclusión en 2011. No puedo soportar a Netanyahu, es un mentiroso, le dijo Sarkozy a Obama. Este respondió: Estás harto de este tipo, pero yo tengo que tratar con él más a menudo que tú. La administración Obama terminó llamando a Netanyahu «un mierda».
El loco de Tel Aviv, que tiene un largo historial de exhibir versiones caricaturescas de Irán, ha envió a su hombre de confianza a la Casa Blanca. Este agente no es otro que Yossi Cohen. ¿Qué exige Cohen de la nueva administración?
Revisión radical. Esto incluye la interrupción total del enriquecimiento de uranio y la producción de centrifugadoras avanzadas. Además de eso, Israel quiere que Irán deje de apoyar a grupos terroristas y ponga fin a su presencia militar en Irak, Siria y Yemen. Este es otro ejemplo clásico que muestra que personas como Benjamin Netanyahu están viviendo en un sueño, en un mundo congruente con una ideología satánica.
¿Cómo puede exigir un cese total del enriquecimiento y la producción de uranio cuando tiene más de doscientas ojivas nucleares en su sótano? ¿Cómo se puede invocar mentiras categóricas como que Irán ha estado apoyando a grupos terroristas en Irak, Siria y Yemen cuando Arabia Saudita, su aliado, ha estado matando a hombres, mujeres y niños inocentes en Yemen? ¿Cómo puede decir que Irán ha estado apoyando el terrorismo en Siria cuando es él quien ha estado apoyando el terrorismo en Siria?
La ecuación no puede estar más desequilibrada, ya que ninguna persona con un mínimo de sentido común puede aceptar estas propuestas de manera coherente y lógica. Uno tendría que mantenerse fuera del orden lógico y moral para llegar a aceptar estas sinrazones.
Alexis da un último consejo:
Creo que Biden debería sentarse con Bill Clinton nuevamente y preguntarle cómo se las arregló para decirle al loco de Tel Aviv que se quedara en Israel.
Anécdotas aparte, el deal nuclear con Irán le tiene sin cuidado a Biden –tener armamento nuclear no tiene demasiado sentido en un mundo en el que prácticamente todos lo tienen. El deep state prefiere ir horadando la sociedad iraní, corromperla, exigir que se respeten los derechos de los LGTB+Q; que se abra la sociedad a otras prácticas religiosas que no sean el Islam; que se legalice el matrimonio laico entre practicantes de diferentes religiones, ateos incluidos; que se desmorone su sociedad, cada vez más aislada. Es decir, mantener buenas relacionas diplomáticas, mantener un diálogo que no se note que es de besugos… y por el otro lado, inocular el virus de la rebeldía. Una estrategia que siempre ha dado buenos resultados, pero no definitivos.
El pulso lo van a tener que echar ahora Rusia y China. Tendrán que demostrar que son la alternativa al chulo del barrio. Tendrán que demostrar que pueden defender a sus aliados.