Los primeros suecos – Los arqueólogos tienen un juguete nuevo; Se llama tecnología del ADN

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Esta es la foto que aparece en el anuncio de un documental sobre “Los primeros suecos”, que ha empezado a emitirse (18 de febrero de 2019) en el canal de televisión estatal sueco. El documental comentará los hallazgos de la tecnología ADN según los cuales los primeros habitantes del país después de la Edad de Hielo (hace unos 10.000 años) eran de piel oscura y ojos azules, y provenían del sur. Otra ola migratoria, según estos hallazgos, de piel clara y una variedad de diferentes colores de ojos y cabello, llegó casi al mismo tiempo desde el este. De acuerdo con el documental, los dos pueblos se habrían mezclado con bastante celeridad, naciendo los individuos de las siguientes generaciones con una piel más clara, lo que les permitió aumentar la producción de vitamina D para sobrevivir en los largos y oscuros inviernos escandinavos.

Como es habitual en estos casos, los usuarios de twitter están divididos en sus opiniones. Algunos entienden que el documental es una especie de conspiración para lograr que las personas estén más abiertas a la inmigración, una especie de mensaje subliminar del tipo “todos somos emigrantes; ¿qué importa si hemos llegado aquí antes o después de la Edad de Hielo?” Otros sostienen que tanto la imagen como los comentarios en contra de ella son estúpidos e ignorantes. Darry Cockaday responde: “No tan ignorantes como aquellos que meten la cabeza en la arena mientras permiten que la historia, la cultura y la herencia se reescriban falsamente para que se ajusten a una agenda global. ¡Nuestros nietos lo único que van a aprender son mentiras!”. Sin embargo, otros señalan la imposibilidad absoluta de que los vikingos hayan sido de origen africano y se oponen a que esas nociones se promulguen en el canal de televisión estatal. Algunos hacen preguntas retóricas, tales como: “¿Entonces realmente crees que los primeros suecos fueron vikingos? ¿De verdad?” Luego están los que intentan mantener la calma: «Busqué imágenes del programa ‘Los primeros suecos’, y los primeros resultados fueron, literalmente, sitios nazis quejándose de la locura que supone describir a los primeros suecos con ojos azules, pelo negro y piel oscura”.

Mattias Jakobsson, profesor de genética en la Universidad de Uppsala e investigador del proyecto Atlas, cuyo objetivo es cartografiar el genoma de la población primitiva de Suecia, destacó que, a diferencia de los suecos actuales, sus antepasados ​​tenían la piel oscura como un legado de su origen africano. “Se parecían a las poblaciones que en ese momento ocupaban lo que en la actualidad es Luxemburgo, España y Alemania. Su aspecto nos resultaría bastante inusual hoy, ojos azules y piel oscura. Poco después de su llegada, se mezclaron con gente de la actual Rusia, que poseían una técnica más moderna para la fabricación de herramientas y puntas de flecha. El nuevo grupo de población vivía de la caza y de la pesca de focas y tenía un color de piel más claro, lo que facilitaba la absorción de la vitamina D en las latitudes del norte. Durante los siglos siguientes, los dos grupos efectivamente se fundieron, produciendo algunas de las poblaciones más diversas de Europa en ese momento”.

El documental SVT afirma que la «inmigración» no se detuvo allí. Hace unos 6.000 años, Suecia daría nuevamente la bienvenida a los recién llegados: personas de la actual Turquía y Siria, que traen consigo un desarrollado conocimiento de agricultura y ganadería, empujando a la población original hacia el norte.

Como era de esperar, el documental provocó una fuerte reacción en otras redes sociales, con numerosos suecos acusando a SVT de propaganda deliberada dirigida a blanquear la inmigración masiva actual con historias de diversidad –el mismo alboroto causado por el hombre Cheddar, el primer habitante de Gran Bretaña. En ambos casos, la reacción del público es significativa y curiosa al mismo tiempo. Los habitantes de Suecia no encuentran ninguna dificultad en aceptar a monos y chimpancés como a sus antepasados, pero ponen el grito en el cielo cuando se les notifica que sus abuelos ​​que vivieron hace 10.000 años eran de piel y pelo oscuro, aunque de ojos azules. ¡¿No es un ejemplo sobresaliente de una profunda incongruencia existencial?! No tendría mucha importancia si no fuera por el hecho de que la incongruencia existencial conduce a sociedades existencialmente desquiciadas, y eso sí que es grave.

comillasTenemos aquí un buen ejemplo del lío en el que se encuentra la ciencia moderna…

No vivimos en Suecia y no hemos visto el documental. Nuestra información proviene de los medios de comunicación. A juzgar por lo que nos ha llegado, tenemos aquí un buen ejemplo del lío en el que se encuentra la ciencia moderna. Curiosamente, la tecnología, sobre todo en lo referente a las investigaciones sobre nuestro ADN, que todo el mundo esperaba que desataría el nudo de contradicciones teóricas de una vez por todas y nos mostraría la realidad científica de nuestro pasado, ha resultado ser la verdadera manzana de la discordia, añadiendo más leña al fuego y más hebras al lío general de la existencia y sus interpretaciones.

Durante mucho tiempo, la ciencia ha sostenido que grupos de vikingos navegaron desde Escandinavia a lo que hoy es Rusia y se establecieron allí, dando a entender que fueron los antepasados ​​de la población rusa moderna. Incluso se afirmó que fueron ellos quienes le dieron a Rusia el nombre. Ahora, aparentemente, resulta que fue al revés. Entonces, ¿qué está pasando?

Por lo que hemos podido entender los hechos son los siguientes.

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La tecnología ADN, como se puede ver, ha puesto a la ciencia patas arriba y en esta misma posición permanecerá si continúa por el camino actual. En primer lugar, ¿por qué alguien que vivía en África o Rusia hace 10.000 años querría ir a Suecia? Estamos hablando de viajar miles de kilómetros. ¿Acaso sabían o se imaginaban que 5.000 km al norte había una tierra esperándoles? ¿Y qué de especial podría tener un territorio inmenso cubierto de hielo y nieve, sin apenas vegetación? ¿Cómo habrían logrado tal hazaña? ¿Cuánto tiempo les habría llevado? ¿Cuántas generaciones tendrían que haber seguido esa misma dirección, manteniendo el mismo deseo y objetivo, sin mapas, sin brújulas, ni conocimiento de a dónde iban? ¿Qué les impidió, generación tras generación, establecerse en algún lugar del vasto territorio que se encuentra entre África o Rusia y Suecia? ¿Cuántos habrían emprendido tal viaje y cuántos habrían llegado? Más preguntas que respuestas, como se puede ver. Y ello sin mencionar la transición de la piel oscura a la blanca, y muy blanca. ¿Cuánto tiempo habrían necesitado para mudarla? ¿Cómo podemos saber que la Suecia actual se caracterizó por “inviernos oscuros”? Sí, la ciencia lo dice, pero esta no sería la primera vez ni la última que la ciencia se equivoca. Incluso una acertada definición de lo que es la ciencia podría ser “La historia de un continuado error”.

La idea misma de “emigración” a Suecia desde África o Rusia debe ser descartada por extravagante e irracional. Ningún grupo humano en ese momento habría emprendido tal empresa. Las primeras comunidades humanas se movían en un territorio dado dentro de un radio de 20 km aproximadamente. Incluso hoy en día nadie simplemente hace las maletas y se va. En todo caso irá a un lugar en particular, cuya existencia conoce, y utilizará un medio de transporte específico. Ni siquiera los animales cometen actos tan irracionales. Es cierto que existen las llamadas aves migratorias, pero el nombre en realidad es incorrecto porque esas aves no emigran. Simplemente siguen un circuito específico, el mismo año tras año, al final del cual regresan al punto de partida. Lo mismo ocurre con los humanos. Las así llamadas tribus nómadas siguen circuitos concretos, siempre los mismos, y vuelven, cuando el ciclo se completa, al punto de partida. No hay animales ni humanos que se muevan para llegar a lugares desconocidos. Consideremos, por ejemplo, las tribus aisladas que aún viven como hace miles de años, como los Sentineleses en el Océano Índico –su territorio tiene un radio no mayor de 20 km, y un río de unos 20 metros de ancho que hace las veces de frontera, de límite, y que ellos nunca lo han cruzado porque más allá comienza una tierra desconocida. Si alguien les dijera que fabricasen canoas y se subieran en ellas con sus enseres y navegasen hasta llegar al continente indio, simplemente se reirían de quien les hubiera hecho semejante propuesta y le darían la espalda.

El problema con las teorías presentadas por documentales de este tipo es que su punto de partida, la evolución, ya es erróneo y, por lo tanto, todo lo que siga resultará igualmente erróneo. Sin embargo, la evolución debe aceptarse como punto de partida porque la idea de un creador es intolerable para el hombre moderno y su método «científico».

Entonces, ¿qué pasó y cómo?

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La imagen que reproducimos más arriba ilustra el mito de la creación según el libro maya, Popol Voh. La descripción que encontramos allí se corresponde casi literalmente con el proceso basharinsan tal y como se describe en el Qur-an. No hace falta decir que Popol Voh no es la única transmisión pre-coránica que tenemos a nuestra disposición. En otras palabras, la humanidad siempre ha sabido sus orígenes y, a pesar de todos los altibajos, este conocimiento, confirmado por el Qur-an, sigue presente en mitos y leyendas de todos los pueblos de la Tierra.

En la ilustración de arriba, la Tierra está simbolizada por dos dragones, representaciones alegóricas de los volcanes, verdaderos artífices de la consolidación y características de las diferentes capas terrestres. Todos los seres vivos (de hecho, sus semillas), están dentro de la tierra. En la parte superior, las lenguas de los dos dragones se juntan, marcando una abertura a través de la cual saldrá la primera generación de todas las criaturas, plantas, animales y seres humanos. Por lo tanto, la respuesta correcta a la pregunta «¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?» Debería ser “la semilla”.


(17) Allah os ha hecho salir de la tierra, de la misma manera que hace salir a las plantas.
Qur-an 71 – Nuh

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El bashar (ser humano en árabe) de ambos sexos, comenzó a crecer en un momento determinado debajo de la tierra, en la tierra, después de que sus semillas hubieran sido fertilizadas con un tipo especial de agua, o lluvia (partenogénesis), y luego, cuando el crecimiento se completó, emergieron a la superficie. Más tarde, la reproducción fue sexual. Así, la primera generación de seres humanos no se originó de un padre y una madre, sino de una sola madre.


(1) ¡Oh gente –nas! Teme a tu Señor, que te creó a partir de un solo nafs (entidad viva independiente, célula madre), a partir de la cual creó a su pareja, produciendo desde allí una multitud de hombres y mujeres.
Qur-an 4 – an Nisa

Lo mismo ocurre con las plantas y los animales; cada especie o grupo emergió antes que los seres humanos en un lugar y tiempo determinados de sus semillas, fertilizadas por el tipo de “lluvia” requerido para tal proceso. Estas semillas estaban esparcidas por toda la Tierra, y por ello mismo no hubo necesidad ni razón para que “emigraran” a ningún otro lugar –todos los seres vivos han tenido una madre común, la tierra, y a ella siguen poderosamente apegados. A su debido tiempo, estos primeros seres humanos fueron “actualizados” en algún lugar de Arabia, en las montañas de Sarat, en el actual Yemen, generando una nueva criatura llamada insan. Por lo tanto, el insan se originó en un centro especialmente elegido para este propósito, mientras que los bashar no tenían centro. No debemos olvidar que el propósito final de la creación era producir un ser capaz de comunicarse con su Creador y de comprender plenamente Su grandeza y misericordia. Para que esto sucediera, este ser tenía que estar dotado de dos características, que únicamente él posee –la consciencia y el lenguaje conceptual. Podemos encontrar descripciones de este proceso en todas las tradiciones, disfrazadas de fracaso y éxito en sus correspondientes mitos de la creación.

La aparición del insan marca el comienzo de la historia humana y su civilización. El punto álgido se alcanzó en la época de Sulayman (Salomón) y Daud (David), generalmente presentados como reyes y gobernantes destacados, pero de hecho, fueron dos grandes profetas y guías de la humanidad. Se les concedió el conocimiento de todo lo que el hombre necesitaba saber, desde las técnicas de navegación hasta las de la metalurgia, llevando este conocimiento al resto del mundo. Por encima de todo, le fue concedido el poder de controlar y dirigir los vientos. Esta facultad le permitió a él y a sus huestes viajar por todo el mundo, llegando a lugares remotos en pocos días. Así, el insan, desde su centro mismo, se extendió por toda la Tierra y en muchos casos interactuó, inclusive sexualmente, con el bashar, produciendo tres líneas genéticas: bashar (eventualmente extinguida), insan (familias proféticas) y basharinsan (la gran mayoría de la población humana moderna).

No solo los artesanos y constructores altamente especializados trabajaron para Sulayman. Tenía bajo su control y trabajando bajo sus órdenes a los yin, criaturas muy especiales con capacidades y fuerza que superaban con creces a las de los hombres.


(12) A Sulayman le sometimos el viento. La distancia que recorría en una mañana equivalía a la que antes recorría en un mes, y la que recorría en una tarde equivalía también a la que antes recorría en un mes. E hicimos que manara para él una fuente de cobre fundido. Y había yin que trabajaban para él por la voluntad de su Señor. A quien de ellos se hubiera apartado de Nuestro mandato le habríamos hecho gustar el castigo del sair. (13) Hacían todo lo que él les ordenaba que hiciesen –imponentes edificios escalonados, estatuas e imágenes, jofainas como aljibes y marmitas tan pesadas que no se podían mover.
Corán 34 – Saba

Por lo tanto, sorprendentes logros como las pirámides encontradas en muchas partes del mundo; los gigantescos geoglifos en el Perú; antiguas pinturas rupestres encontradas en lugares sorprendentemente inaccesibles (lo que de ninguna manera puede explicarse por la inclinación «artística» de la gente «neandertal»); las estatuas de la Isla de Pascua y muchos otros hallazgos inexplicables e incomprensibles se los debemos a los hombres de Sulayman y especialmente a los yin. Curiosamente, los arqueólogos, historiadores y astrofísicos que menosprecian las teorías creacionistas sobre la aparición de este universo como no científicas, no tienen ningún problema en aceptar como explicación “científica” de todos estos fenómenos el que hayan sido el resultado del trabajo de los extraterrestres.

El tiempo de Suleyman, sin embargo, llegó a su fin y el escenario que surgió de su derrumbe debió haber sido apocalíptico. Después de eso, comenzó el último capítulo de la historia del hombre, en el que (todavía) vivimos.

Por lo tanto, no hubo «migraciones» de África a Suecia y al resto del mundo. Cada lugar tenía su población nativa de bashar, excepto, precisamente, lugares como Suecia, en los que las condiciones climáticas particularmente duras durante todo el año impidieron la fertilización de las semillas bashar o su posterior desarrollo. Los lugares en los que los bashar pudieron salir a la superficie, agruparse y formar comunidades fueron aquellos con climas más benignos y una flora más abundante. Lugares cercanos al mar o a ríos –determinadas regiones del Medio Oriente, de la India y China, del sur de Europa y algunas partes de África. Más tarde, serán modificados por las repetidas relaciones con los expedicionarios de Sulayman. Algunos miembros de esas expediciones a menudo se quedarán en esos territorios para siempre. Incluso si en algunos lugares después de un tiempo la gente de Suleyman volvió a su tierra natal, definitivamente hubo un fuerte “mestizaje” basharinsan del que se originaron diferentes tipos humanos, no razas.

Claramente, no hubo emigración a Suecia desde Rusia o África. Los individuos que llegaron por primera vez a Suecia hace 6.000 años fueron los que, según el documental, provenían de la actual Turquía y Siria. Y no sólo. En cuanto que expedicionarios a las órdenes de Sulayman, entre ellos había gente de Irán, Irak, Tayikistán, India, China y Grecia, ya que Sulayman tenía cuatro centros de gobierno: Babilonia, el antiguo Egipto, India y Creta. Desde allí, llevaron al resto del mundo no solo el conocimiento de la agricultura –metalurgia, ganadería, técnicas de navegación y de construcción de embarcaciones, técnicas textiles… entre muchas otras. ¿Por qué algunas islas en el medio del Pacífico se llaman Islas Salomón? En 1568 el explorador español Álvaro de Mendaña de Neira llegaba a las Islas Salomón situadas al este de Australia, en el meridiano 10, al sur del ecuador. No deja de sorprender que llevaran este nombre estando su emplazamiento a más de veinte mil kilómetros de Palestina, lugar donde según la tradición judeo-cristiana residía el rey Suleyman. Sin embargo, según los rumores que llegaban al continente europeo, Álvaro de Mendaña no sólo habría descubierto oro en estas islas, sino también el lugar de donde el Profeta Suleyman obtenía todo tipo de metales para sus magníficas construcciones. La historia deja de ser inverosímil si le situamos en Babil y damos a La India el papel de haber sido uno de los centros de influencia de su poder. No sólo de las Islas Salomón, sino de muchos otros lugares de la Tierra sus súbditos, sus exploradores, sus yin y sus shayatines extraían metales preciosos y muchas otras riquezas del subsuelo y de los fondos marinos. En 1595 este mismo explorador, Álvaro de Mendaña, divisó las Islas Marquesas, situadas en el meridiano 10, al norte del ecuador y al este de las islas Salomón –quizás representaran la última escala de las huestes de Suleyman antes de llegar al estrecho de Panamá.

A Darry Cockaday le preocupa que sus futuros nietos reciban una errónea educación basada en patrañas, y que la cultura y el patrimonio de su país se reescriban falsamente. Quizás nunca se le ha ocurrido pensar que tal vez ese haya sido siempre el caso. ¿Y si él mismo hubiera sido educado en una realidad alterada y en una herencia fabricada? ¿Alguna vez se ha tomado la molestia de investigar por su cuenta alguno de los temas mencionados anteriormente? Tenemos fuertes razones para creer que su “educación” sobre los vikingos, por ejemplo, proviene exclusivamente de las películas de Hollywood. ¿Y si todo eso fuera mentira, eso y todo lo demás? ¿Quién mató a Olaf Palme?

Podríamos sugerir que los investigadores que trabajan en el proyecto Atlas utilicen la tecnología a su disposición para encontrar las respuestas a las preguntas que se mencionan en este artículo, ayudando, así, a Darry Cockaday a darse cuenta de que dadas las actuales corrientes migratorias, irónicamente similares a las del pasado, muy probablemente su historia no comenzara con los “vikingos” ni termine con los suecos.

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