El verbo es la plataforma y la estructura interna sobre las que se ha montado la Creación y por ello quien domina los lenguajes puede controlar la vida de los demás –sus pensamientos, sus creencias, sus relaciones. En este sentido, los judíos han sido siempre maestros de la semántica. Basta con abrir cualquiera de los libros revelados para darnos cuenta del poder creativo de la palabra. A pesar de las manipulaciones sufridas a lo largo de la historia, en el Antiguo y Nuevo Testamento sigue reflejado este poder.
Y dijo Dios: Sea la luz, y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. (Génesis, 1:3-5)
En principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. (Evangelio según San Juan, 1:1)
En el Corán se nos enseña que para que algo exista tiene que ser nombrado, se le tiene que decir que sea para que se manifieste.
(117) Dio origen a los Cielos y a la Tierra. Cuando decide un asunto, Le basta con decirle “¡Sé!” Y es. (Corán 2 – al Baqarah)
La célula se sirve de un lenguaje construido con un alfabeto de 4 letras para fabricar la proteína que necesita. La música está codificada en el lenguaje del solfeo, de la misma forma que las matemáticas se sirven de los números y otros signos para generar textos ecuacionales. Asimismo, hablamos del lenguaje informático y reconocemos que la Creación es un libro abierto y, por lo tanto, algo que se puede leer. Todo se expresa a través de lenguajes.
Zuckerberg, judío aplicado a la lingüística, antes de producir algo real, algo tangible, ya le ha dado nombre –Metaverso, y lo ha definido –Realidad Aumentada (Augmented Reality), y con ese nombre y con esa definición ya se está manipulando nuestro entendimiento; ya se nos está engañando, una vez más, haciéndonos creer que las gafas de Metaverso aumentan la realidad, es decir, añaden realidad a la realidad ya existente. Y sin embargo, nada más lejos de la realidad –la real o la aumentada.
En el proyecto Metaverso se añade virtualidad a la realidad y, por lo tanto, el resultado final es el de una realidad distorsionada, ya que esas gafas nos hacen creer que objetos virtuales, digitales, son reales y forman parte de lo que hasta ahora llamábamos “la realidad”. Si queremos mantener el término “aumentada”, tendremos su substituir el término “realidad” por el de “visión” o “percepción” y de esta forma estaremos describiendo correctamente el nuevo escenario que ha generado el Metaverso –vemos más cosas, percibimos más cosas, pero la realidad es la misma, no ha variado ni ha aumentado.
Si, por el contrario, preferimos mantener el término “realidad”, entonces “aumentada” tendrá que transmutarse en “distorsionada” o “manipulada” o “anómala”, términos todos ellos negativos que no le convienen a Zuckerberg ni a la maquinaria High Tech que le sigue.
Una vez que se ha escrito una novela, se ha imprimido y editado, resulta imposible modificar su contenido. Podemos subrayar ciertas palabras, escribir notas en los márgenes, emborronar algunos párrafos, rascar con una cuchilla una frase…pero nada de eso formará parte del texto original. Serán añadidos que claramente no formarán parte de la realidad de la novela; simplemente se habrá distorsionado. Nuestra realidad todavía es más inalterable que un libro, pues hay más elementos que demuestran su objetividad existencial.
No es cierto que haya diferentes planos de realidad. Lo que hay es diferentes niveles de consciencia. Un recién nacido no tiene la misma percepción de la realidad que un adulto, pues su nivel de consciencia es cercano a cero. Mas la realidad en la que él mismo vive es la misma que la de los adultos que cuidan de él. Sin embargo, su percepción de la realidad irá aumentando según aumenta su nivel de consciencia, hasta igualarse al de todos sus semejantes.
Esa realidad objetiva, general, la perciben unos de forma diferente a la de otros debido a la subjetividad de sus sentidos, mas son diferencias mínimas que no logran contradecir la percepción general de los seres humanos. Por lo tanto, hay una realidad mantenida frente a la subjetividad humana. El hombre es un dispositivo capaz de percibirla a nivel que le es adecuado. Si ese hombre pudiera escuchar sonidos que se producen en la frecuencia de los murciélagos, se volvería loco. La vida le resultaría insufrible su tuviera el olfato de un perro o de una hormiga.
Por lo tanto, podemos concluir que la realidad objetiva es percibida según las características físicas y psicológicas de cada criatura. Si esta percepción física de la realidad es fácilmente comprobable en nuestra vida cotidiana, no menos lo es nuestra percepción psicológica de la misma realidad, si bien a nivel psicológico somos mucho más intransigentes.
Nuestros ojos ven prácticamente lo mismo que los ojos de nuestros semejantes, pero unos concluyen que Alguien ha tenido que diseñar y crear eso que ven sus ojos, mientras que otros consideran que esto ha podido surgir por generación espontánea o como consecuencia de una expansión a partir de una singularidad, sin que a ésta se la haya encontrado un origen satisfactorio.
Sin embargo, a pesar de esta radical diferencia intelectual, todos ellos ven el Sol y la Luna, las estrellas, los ríos, las montañas… de una misma manera. Es decir, las distorsiones de la realidad, las drásticas diferencias en su percepción, no provienen de que esa realidad sea cambiante o esté estratificada en capas ontológicamente dispares, sino que todo ello lo generan los dispositivos, los seres humanos, su subjetividad sensorial e intelectual, su nivel de consciencia, las fuentes de las que se han servido para generar sus bases de datos que constantemente interactúan con sus capacidades cognitivas, y éstas –con la consciencia.
Permitámonos una disgregación. Zuckerberg no es consciente de no ser consciente y eso hace que él mismo actúe como un elemento virtual en la realidad objetiva.
Mas ¿qué es real? ¿A qué podemos llamar “realidad”? ¿Cuál sería su ámbito, su extensión, su magnitud? ¿Deberíamos concluir que una bacteria no existe porque no podamos percibirla con nuestros sentidos? Obviamente no, pues ya hemos visto que la realidad objetiva no puede ser aprehendida en su totalidad ni física ni intelectualmente, ya que nuestra configuración, mientras permanezcamos en este mundo, en esta Tierra, en este Universo, estará condicionada a lo que más adecuado sea para una entidad como la del ser humano. Cualquier modificación que hagamos en esta configuración acarreará una auténtica catástrofe para el hombre.
(4) Hemos creado al hombre en el mejor de los moldes. (Corán 95 – at Tin)
Ha sido Hollywood quien ha confirmado una y otra vez que esta aleya coránica es irreductiblemente cierta. ¿Cuántas películas se han producido en los estudio de Hollywood tratando de imaginar alienígenas extraterrestres más inteligentes, más fuertes, más bellos, más, en definitiva, perfectos que nosotros? Probablemente, miles. Mas todos ellos han resultado grotescos, irrisorios, frente a la perfección inigualable del hombre.
El ser humano percibe la realidad que necesita para vivir en su fase terrenal. Después, se modificará su configuración para percibir realidades que en este mundo son inimaginables, imposibles de percibir.