El poder aquí significa responsabilidad. Hemos delegado todos nuestros asuntos en gobiernos que respondían a un patrón político internacional llamado democracia. Era el sistema al que se habían adherido las naciones más “poderosas”, más “adelantadas”… Decenios después de haber agotado esta gran aventura suicida nos hemos encontrado con que la democracia no es, sino una dictadura de partidos –una hidra con dos, tres o cuatro cabezas. Cuando cortas una, sale otra, del mismo cuerpo, con el mismo veneno.
Ayer hubo una gran manifestación en Madrid para exigir la dimisión del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, por la mala gestión con la que ha lidiado la pandemia. No se trata de una iniciativa que haya salido del pueblo, sino de los partidos de derechas que han visto una oportunidad de oro para tomar el relevo en el poder y hacer que sea otra cabeza la que alimente a la hidra.
La gente no entiende de política, de finanzas, de macro economía… pero le resulta comprensible pedir cuentas por la muerte de sus seres queridos, por el temor a ser ellos los próximos en morir o en enfermar gravemente. Les resulta fácil seguir las consignas de la manifestación, exigir justicia, cuando han sido ellos, todos, los que han puesto a este gobierno en el poder, aun cuando tenían pruebas suficientes de su mala gestión económica, laboral, social y política. Les resultaba muy cómodo enviar a sus hijos a la escuela para que recibieran una educación infame, pobre y encubridora de la verdad. No importa. Es lo que hace todo el mundo. Todo el mundo manda a sus hijos a la escuela para estar libres y poder ver la televisión o ir con los amigos de copas –la hija embarazada y el hijo con un juicio pendiente por un asunto de drogas. La deuda iba creciendo y las arcas de la seguridad social estaban vacías. Pero seguíamos votando, aun a sabiendas de que no había elección, de que siempre era la misma hidra, la misma farsa, el mismo fraude. Hacía falta un virus que acabase con todos esos ancianos que en vano esperaban recibir su bien ganada jubilación.
Los manifestantes piden la dimisión de Pedro Sánchez, pero ¿acaso tienen un recambio que merezca la pena? Ya han pasado todos por la Moncloa y los que faltan, algunos de los que han convocado la manifestación, no tienen otro programa que la demagogia y un apoyo desmesurado y sospechoso a Israel y a los Estados Unidos.
De este sistema, de la democracia, de la dictadura de partidos, no puede salir el recambio, pues son todos cabezas de la misma hidra.
Antes de empezar un nuevo gobierno el pueblo debe preguntar: ¿A quién le beneficia que España esté en la Unión Europea? ¿A quién le beneficia que España esté en la OTAN? Es cierto que, a falta de una política exterior propia, resulta placentero que manden otros y nos utilicen según les convenga. ¿A quién le beneficia que España forme parte de la ONU, una organización en la que 5 países tienen veto? ¿Por qué tenemos que formar parte y apuntalar toda esta hipocresía que solo beneficia a los del veto?
Y la primera pregunta que deben hacer al pueblo los candidatos a la presidencia es: ¿Queremos ser un país soberano o preferimos seguir siendo un protectorado? Pues la respuesta a esta pregunta es lo que definirá de forma radical el programa político a seguir. No se trata ya de votar cada 4 años a la misma hidra, sino de matarla, de controlar el gobierno que surja y de vigilarle para que cumpla a rajatabla con el programa aprobado por el pueblo.
Si decidimos ser un país soberano, deberemos buscar nuevos socios económicos, socios de verdad, aliados políticos que busquen el mismo objetivo que nosotros. Los países europeos y Estados Unidos son y han sido siempre nuestros enemigos, ¿qué unión podemos hacer con ellos?
Los organizadores de la manifestación quieren sentar en el banquillo de los acusados al presidente y a todo su gobierno, quieren llevarlos a la justicia, pero ¿qué hay de Aznar, un asesino sin agallas para apretar el gatillo, que nos arrastró a una guerra infame contra un país amigo? Se sentaba con Bush y Blair, otros dos asesinos, dos de nuestros enemigos. ¿No van a llevar a este pelele al banquillo, a la justicia? Las cabezas de la hidra surgen del mismo cuerpo –no se atacarán unas a otras.
Covid19 puede hacer que caiga este gobierno, pero no logrará que surja una verdadera alternativa. Se levantará otra cabeza y nos dará a beber el mismo veneno.
Debemos paralizar este sistema, este mecanismo triturador…
Debemos paralizar este sistema, este mecanismo triturador que nos ha arruinado, que ha desvalijado al país, que lo ha empeñado y somos nosotros ahora los que debemos pagar el usurero rescate y la gasolina para la moto del travestí Simón. Estos y muchos más deben subir al patíbulo, pero al día siguiente tendremos que dilucidar el dilema: ¿Queremos ser un país soberano o preferimos seguir siendo un protectorado?
Sin embargo, todavía hay otra pregunta que deberemos contestar: ¿Queremos que planee sobre nuestras cabezas el omnipotente estado, o decidimos desmantelarlo y que no haya más que un gobierno al servicio del pueblo? En este caso, ya no necesitaremos seguir las pautas del deep state. Caminaremos a nuestro ritmo; volveremos al punto en el que nos desviaron del camino y nos cambiaron la imagen de un Creador y de una vida post-mortem, por un materialismo y una existencia sin sentido y sin futuro, una existencia que acaba en la húmeda y fría tumba.
Debemos ilegalizar las prácticas que promueve el movimiento LGBT y que están destruyendo la familia y a los individuos, haciendo pasar las anomalías más aberrantes por la más sana normalidad. Estos movimientos desestabilizadores no han surgido del seno de nuestras sociedades, sino que nos han sido impuestos desde fuera, como cumplimiento de la agenda del deep state. Es parte de la globalización, de la dominación planetaria, de un sutil fascismo que se ha hecho pasar por el paladín de la libertad.
Debemos entender cómo funciona el deep state, este satánico poder que no cesa de arrojarnos cultura a la cara, nuevos artilugios tecnológicos para tenernos entretenidos y escapar a la reflexión. Un poder que está desnudando a nuestros hijos y llenándoles de droga y de pornografía como única alternativa existencial.
Está en nuestras manos detener un libertinaje desmesurado que está sustituyendo a la creencia, al análisis, a la reflexión… y que se presenta como parte de un nuevo orden mundial en el que la familia, el matrimonio, la decencia, la comunicación con la Órbita Divina, sean reminiscencias de un pasado puritano y represivo que ha dejado de ser operativo en las nuevas sociedades –sociedades sin límites, pues lo negativo ha pasado a ser lo positivo, la virtud.
Se trata de presentar al Islam como una religión más, tan opresora como el resto de las religiones. Se trata de mirar a otro lado, a un océano sin direcciones que seguir, inmenso como el caos que propone. No hay nada mejor que el caos, las crisis, las catástrofes, las guerras… para introducir medidas, normas, leyes… que de otra forma nunca serían aceptadas por la gente.
Islam es ante todo pureza, protección de los elementos básicos de la sociedad. El terrorismo lo han fabricado ellos, nuestros aliados de la OTAN y de la UE. ¿Seguiremos formando parte de sus organizaciones fantasmas?
Muy probablemente el PIB de Corea del Sur sea mayor que el de Corea del Norte, pero la corrupción, el vicio, las enormes bolsas de pobreza, la destrucción de un sistema social tradicional que ha provocado ese PIB en el Sur es mucho más devastador que el sistema político que prevalece en el Norte –un sistema que ha logrado, a pesar de ser un diminuto país, arrodillar al Pentágono y a la Casa Blanca. Y ello, porque, mayoritariamente, los norcoreanos han apostado por ser un país soberano. En ello hay un gran sacrificio, pero merece la pena sacrificar el PIB y las modas culturales, por la verdadera libertad y la verdadera soberanía –un esclavo no tiene derecho a nada, solo a lo que le dé su amo.
Somos esclavos de nuestra propia ignorancia y pusilanimidad. Para ser libres hace falta ser fuertes y tener determinación –estas son las cualidades que hay que desarrollar en nuestros hijos; esta es la verdadera educación. Mas ¿hay alguien que la quiera? ¿A qué estamos dispuestos? ¿A manifestarnos como una forma de pasar el día, o a tomar con fuerza las riendas de nuestras vidas?
El poder está en nuestras manos, pero la voluntad de ejercerlo está en nuestro corazón.
sondas.blog, 14 sep 2020