Como cada año por estas fechas me pregunto ¿qué celebra la gente?, cual es el motivo de tanto desenfreno?, quiero ser breve y solo apuntar unas cuantas ideas a modo de reflexión para aquel dotado de inteligencia y perspicacia.
La respuesta a la pregunta anterior no es unidireccional, sino que puede tener fundamentalmente dos respuestas, por un lado, asistimos a la fiesta de Samiri, y tal como dice el Corán, “comimos, bebimos y nos regocijamos”, en este primer conjunto digamos, podemos situar a todos aquellos que no ven otra cosa en estos días navideños más que una oportunidad que le brinda el Samiri para entregarse a una bacanal desenfrenada donde corre el alcohol, suculentos manjares y otros placeres, es la imagen que ya describiera el Corán hace más de mil años, el hombre necesita “embriagarse” para apartarse del Recuerdo del Rahman, y a vivir que son “cuatro días” como dice la gente, yo diría que en este saco entra la mayor parte de la sociedad, una sociedad que ha caído en lo más bajo de la materialidad y para la cual esta festividad que denominan Navidad, no tiene otro objetivo más que “comer, beber y regocijarse”, un festejo que no es más que un pálido reflejo de una concepción chamánica, que diría Abu Bakr (r.a.), de la vida.
Hay un segundo grupo de gente, minoritario diría yo, que pretende dar un sentido espiritual y religioso a la Navidad, este segundo grupo está compuesto por un lado de gente cándida de buen corazón pero sin reflexión interna y con escasos recursos racionales, y por otro lado, por una élite chamánica que para perpetuar su poder y su posición de élite, disfraza sus pérfidas intenciones de toda una parafernalia pseudo espiritual que le permite seguir engañando a un rebaño carente de reflexión y discernimiento, porque a poco que se piense, puede haber mayor altercado ontológico que decir que “celebramos el nacimiento de Dios?, puede haber algo más irracional que semejante afirmación?, hay algo que pueda atentar aún más contra un sano juicio?, creemos que basta con plantear semejante pregunta para que no hiciera falta elaborar una respuesta, dando por sentado que al hombre aún le quede un atisbo de razonamiento y de introspección, ahí queda la pregunta.
Y por último, la historicidad de los hechos en los que se fundamenta la Navidad está más que cuestionada, sería muy largo de exponer aquí, lo dejamos para otros artículos la veracidad de los hechos que se relatan, porque ni Jesús nació donde dicen que nació, ni vivió en la época en la que dicen que vivió, el falseamiento de los textos sagrados llevado a cabo por las élites judías ha trasladado la geografía sagrada, cuyo asentamiento y desarrollo fue la península arábiga, unos dos mil quinientos kilómetros al norte hasta situarla en la actual Palestina, eso por un lado, y si revisamos las propias fuentes históricas de la iglesia de los primero siglos, no se hace mención alguna de una forma clara y explícita a la fecha y al lugar donde supuestamente naciera Jesús, sino que todo fue un “apaño” de la iglesia para sustituir los ritos paganos de celebración del equinocio de invierno con la celebración del supuesto nacimiento de Jesús, todo ello para complacer a los nuevos conversos del paganismo romano.
Por todo lo citado anteriormente, volvemos a la pregunta inicial, ¿qué celebramos estos días?.
