La película “The Dictator” (El Dictador) – 2012, es una comedia política satírica protagonizada por Sacha Baron Cohen.

La película “El Dictador” retrata la realidad árabe y sus sistemas políticos desde una visión irónica y burlona. El filme, protagonizado por Sacha Baron Cohen, profundiza esencialmente en la imagen negativa y estereotipada presente en la mentalidad occidental, destacando con todos sus matices una representación exagerada del pensamiento político árabe y de la diferencia de valores entre la cultura occidental y la oriental, tomando la democracia, la participación política y la libertad de expresión como criterios llamativos para emitir juicios absolutos y justificar una gran carga de discriminación.

El objetivo principal de la película es destacar cómo se pueden fabricar gobernantes y élites con facilidad, y reemplazarlos por un líder no deseado, por muy fuerte o poderoso que sea, utilizando figuras simples y manejables creadas como meras fachadas entre quienes ejercen el poder y el pueblo al que buscan controlar.

Luego se dirige a las Naciones Unidas con una sátira que las presenta como símbolo del teatro político internacional, un lugar lleno de discursos que no producen cambios reales sobre el terreno. También muestra cómo las grandes potencias pueden pasar por alto los crímenes de los gobernantes autoritarios siempre que ello sirva a sus propios intereses o garantice su seguridad.

Muchas personas compararon este personaje con algunas figuras árabes como Gadafi antes incluso de interpretar al personaje original. Sin embargo, Gadafi era lo contrario, y debido a que no encajaba en determinados marcos políticos, terminó siendo derrocado y asesinado, como otros gobernantes que no mostraron cooperación con ciertas agendas internacionales. Hoy, trece años después, aparece ante nosotros una figura casi idéntica, con sus medallas, sus gafas, su peinado y su barba. ¡Qué irónica coincidencia! Abdel Rahman al-Sarhan, director de la Autoridad de Entrenamiento en el Ministerio de Defensa de al-Jolani.

¿Cómo logró Sarhan encarnar la realidad de un personaje ficticio? ¿Fue una coincidencia llevar esas gafas y medallas, o es una realidad escrita por un director donde el actor solo ejecuta lo que se le ordena?

La película se dirigió tanto al espectador oriental como al occidental, deformando la imagen del gobernante árabe ante los ojos de Occidente al presentarlo como una figura salvaje de otro planeta, incapaz de aceptar críticas o tolerar la existencia del otro. Al mismo tiempo, se burla de la percepción que algunos árabes tienen de sí mismos y de su realidad política, para contrastarlo con el modelo estadounidense que se presenta como un ideal democrático, un refugio para quienes buscan libertad y una vida digna, aunque sea una ilusión demasiado evidente para quienes comprenden la política estadounidense.

Así, el cine no es simplemente un espacio de entretenimiento al que recurrimos en nuestro tiempo libre, sino un material que precede a los acontecimientos y revela los rasgos del futuro antes de que nazca. Cuántas obras consideramos comedias o ciencia ficción distante, y luego se convirtieron en una realidad tangible que vivimos día a día al comprender sus simbolismos. Quien ve la industria cinematográfica como un mero pasatiempo, realmente no ha comenzado a mirar; porque detrás de cada historia en pantalla hay mensajes diseñados, orientaciones construidas y una conciencia que se reconfigura silenciosamente y con pasos calculados.

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