El último tren está a punto de salir… y no habrá otro

Prepárense… nos acercamos al punto de no retorno.

Cuando la enfermedad invade el cuerpo, no queda rincón sin ser alcanzado por el dolor. Ya no hay espacio para la cura ni esperanza de recuperación. Así está el mundo hoy. Avanzamos con paso firme hacia un momento decisivo, hacia un abismo del que no habrá vuelta atrás. El cáncer ha comenzado a extenderse por las venas de la civilización humana, y la codicia ha llenado los corazones. Si no se extirpa desde la raíz, lo destruirá todo.

¿Pero quién pagará el precio?

Los primeros en hacerlo serán las masas.

La próxima guerra no afectará a los Estados en el sentido tradicional, sino que dirigirá su fuego hacia los sectores humanos improductivos; hacia las multitudes sumidas en la banalidad, aquellas que consumen más de lo que producen, que viven sin consciencia, sin pensamiento, sin comprensión.

Estos pueblos no serán víctimas de una conspiración… ellos mismos son la conspiración de esta vida.

La guerra aún no ha sido declarada, pero sus tambores ya resuenan en las sombras. Quien no esté atento, quien no se prepare, se convertirá en el combustible de su fuego.

Es una guerra que apunta a los que no aprenden, no piensan, y se devoran entre ellos en tiempos de crisis; a quienes creen que la vida es solo juego, comida, reproducción… y vanagloria.

¿Y qué vendrá después de la guerra?

No habrá paz.

Habrá un nuevo sistema… sin Estados, sin grandes corporaciones, sin libertades reales. Un mundo gobernado por algoritmos: determinarán tu ingreso, tu ubicación, tus preferencias… e incluso tu forma de morir.

Ya no serás un ser humano libre, sino una simulación alimentada con contenido hasta perder tu capacidad de discernir, y morir sin siquiera saber que estuviste vivo.

Este es el mensaje final:

Quien no se prepare… será consumido.

Quien no comprenda… será manipulado.

Quien no despierte ahora… quizá nunca despierte.

Las víctimas de esta guerra no serán solo los muertos, sino también aquellos que sigan vivos sin consciencia, sin entender, arrastrados hacia la masacre… alegremente.

Despierta…

No fuiste creado para vivir en la inconsciencia, ni para pasar sin dejar huella.

Viniste a este mundo para comprender, para despertar a tu existencia.

No naciste solo para jugar… sino para romper tus cadenas.

El tiempo avanza sin retorno…

O eres una consciencia que traza su propio camino,

o una inconsciencia llevada hacia su destino.

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