Eso, no eras tú

Una y otra vez nos vemos obligados a dirigir nuestra mirada al mundo que nos circunda, especialmente al mundo animal, en el que encontramos rasgos de nuestras propias cualidades; y hay en ese mundo símbolos de la más alta realización espiritual.

En la película “Matrix” hay una secuencia en la que Neo -Mr. Anderson- está atrapado en la incubadora en la que ha permanecido toda su vida. Aún si lo deseara, no podría escapar, pues lo mantienen prisionero una serie de tubos que penetran en su cuerpo y de los que no se puede liberar. Para lograrlo, una de las máquinas debe activar un mecanismo que suelte esos tubos. Entonces el cuerpo de Neo se desliza y sale de esa incubadora a modo de placenta. Es una buena imagen -parecida a la de la serpiente liberándose de su vieja piel, saliendo de ella. Y todo ello nos lleva a dilucidar dos conceptos fundamentales a la hora de entender el viaje existencial -inhesión (adherencia) y desprendimiento.

Ambos conceptos dan cuenta de los procesos que son inherentes a la Nafs humana en la fase de este mundo. Hay una inhesión entre la Nafs y el cuerpo, cuya relación se va estrechando conforme se activa y amplía el campo de la consciencia, hasta el punto de convertirse esta adherencia en una total identificación -la Nafs es el cuerpo; el cuerpo es la Nafs. Esta identificación, este erróneo -aunque inevitable- altercado ontológico nos lleva a detestar la muerte y a rebelarnos contra ella. Esta situación prevalecerá hasta el final, hasta los últimos instantes de agonía, a menos que esa identificación se transforme en desprendimiento, separación… desidentificación. Es la misma operación que llevan a cabo las serpientes en su cambio de piel. No podemos atravesar la barrera de la muerte con este cuerpo ni tampoco con muchos de los apegos que se han ido adhiriendo a nuestra Nafs pensando que eran propios de ella.

Solo la Nafs puede atravesar esa barrera. Ha abandonado la piel en la que se había manifestado, en la que había estado protegida, móvil; desplazándose, observando el Universo, comprendiéndolo, admirándolo… Mas esa piel se ha endurecido, se ha petrificado… está muerta. Hay que abandonarla. Y ello a través de la comprensión, de una toma de consciencia global que nos permita visualizar la imagen completa del viaje existencial -en cada fase un vehículo; la misma Nafs.

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