¿En qué hemos gastado el tiempo en los últimos 30 años?

sondas.blog, 9-junio-2020.

Treinta años de silencio es como regalar un cheque en blanco a nuestros enemigos. Treinta años de pasividad, de aceptación ciega, de inconsciencia… Es tiempo suficiente como para cavar una enorme tumba en la que enterrar a toda una generación. La siguiente será una generación de huérfanos que no habrá heredado otra cosa que deudas y una vergonzosa historia familiar.

Nada de lo que nos ocurre logra sacarnos del estupor que envuelve nuestra consciencia y nos obnubila. Todos los infortunios que nos acaecen nos parecen paréntesis sin importancia que, cuando se abran, nos devolverán a la “normalidad”. Y esta actitud de pingüinos bien educados es la que nos ha traído hasta la devastadora situación en la que vivimos hoy. ¿No es acaso tarde para reivindicar la igualdad racial? Todos somos víctimas del mismo sistema. No podemos llamar de otra forma a esos blancos que veían sonrientes y complacidos, y mostraban a sus hijos, el linchamiento de negros –colgados y quemados. Eran escenas altamente perturbadoras que de tanto repetirlas se habían convertido en normales y cotidianas, como las puestas de sol o el murmullo de los arroyos. Si esas comunidades no acabaron con esa barbarie, ¿podrán las de hoy hacerlo? ¿Acaso no se trata de una petición intempestiva?

poli12

Las autoridades de Minnesota han decidido licenciar a toda la policía del condado y substituirla por un nuevo sistema que preserve la seguridad ciudadana. ¿Quiere eso decir que se han propuesto inventar la velocidad? ¿De qué sistema están hablando? ¿De uno que se nos ha pasado por alto? Probablemente, los de Minnesota no sepan que la policía está para defender los intereses del deep state –la banca, Silicon Valley, los grandes consorcios… no para proteger a los ciudadanos. ¿Y quién paga a la policía? Los mismos a los que matan, detienen, torturan… Es quizás una de las paradojas más inquietantes de cuantas han generado las sociedades occidentales. ¿Lograrán los manifestantes de BLM despojarse de todas esas paradojas e incongruencias que configuran estas sociedades?

Este movimiento ha dejado grandes bolsas de indiferentes que sueñan con volver a la normalidad, al abuso policial, a la desigualdad racial… pero, sobre todo, a una rutina laboral que nos convierte en esclavos y nos succiona nuestra fuerza, nuestra energía, nuestra inteligencia, nuestras habilidades, nuestras inclinaciones… para dedicarlas a producir lo que no nos incumbe. Y esa es la esclavitud –estar obligados a dedicar nuestro tiempo a actividades que no van con nuestros intereses. Ayudamos a construir grandes y lujosos edificios en los que no podremos vivir nunca; mandamos a nuestros hijos a luchar en guerras que solo benefician a los grandes consorcios occidentales; debemos entregar, en forma de impuestos, más del 50 por ciento de la ganancia obtenida con nuestro trabajo. Y todo nos parece bien porque hay una policía que defiende este estado de cosas.

Hemos pasado 30 años

sentándonos en terrazas,

yendo a la playa,

consumiendo,

drogándonos…

No va a ser fácil para el movimiento BLM entender hasta donde llegan las raíces del sistema. Hemos pasado 30 años sentándonos en terrazas, yendo a la playa, consumiendo, drogándonos… Hemos pasado 30 años preocupados por la suerte de los animales, por el cambio climático… y ahora no entendemos la acción a seguir.

Hay una espontaneidad inevitable, casi automática, pero no basta para sostener una lucha tan complicada como ésta; una lucha contra un gigantesco aparato propagandístico que manipula la realidad con diabólica habilidad.

Dentro de poco serán ellos los criminales, los delincuentes, los brutales… y los negros una chusma a la que hay que linchar. Lo hemos visto tantas veces repetido; hemos visto tantas veces cómo daban la vuelta a los hechos, que ya nada puede sorprendernos.

Ahora le piden a Philonise que hable ante una comisión del congreso estadounidense sobre el asesinato de su hermano George. Mas no sabemos si como familiar de la víctima o como sospechoso de algún delito, como negro, como descendiente de esclavos. Quizás quieren burlarse o mostrar al mundo su deseo de acabar con la esclavitud, de enterrar aquellos años de terror, de modificar ciertos aspectos de su historia, de provocar una reconciliación sin compensaciones, tipo Juan Pablo II. Nadie se lo impide. Mas no pueden. No pueden olvidar que son negros o amarillos porque dios, su dios, los ha marcado así para que los reconozcamos como endemoniados y semi humanos. Si pierden su condición de esclavos, la única que puede redimirles, es mejor lincharlos. En esa radical visión se sustenta el protestantismo. También la pobreza de las naciones y su retraso tecnológico son muestras más que evidentes de que dios, su dios, las ha abandonado.

¿Qué reconciliación puede haber?  ¿A qué rey darán jaque las blancas?

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