Me despierto cada mañana y veo los autobuses de las facultades de sharí’a recorrer la tierra de punta a punta para llevar a los jóvenes desde la puerta de sus casas hasta sus facultades y centros religiosos por la fuerza. Y ellos creen que son libres, como todo el pueblo cree en la libertad y la liberación de Siria, en lugar de reconocer la ocupación. ¡Este secuestro forzado no lo perciben ni ellos ni sus familias, porque Shaytan se lo ha embellecido como la verdad! ¡¡El poder más fuerte hoy es su poder; todos lo defienden, y no puedes pronunciar una palabra en presencia de sus Shayj y maestros!!

El ejército de ocupación extermina al pueblo de Gaza y arrasa su tierra y ellos no lo ven; hoy desnuda y captura a los jóvenes de nuestra tierra y a ellos no les importa. Esos jóvenes encarnan a países que se han desnudado de su orgullo, de sus trincheras, de sus ejércitos y de su religión, ávidos de conseguir el favor de su señor Trump para que les quite la calamidad y el castigo con la esperanza de que algún día nos convirtamos en un país de electricidad y tecnología, un sueño que perseguirán toda su vida, y no obtendrán electricidad más que mediante tortura en las prisiones de la ocupación. Porque hasta ahora no han entendido que lo que consigues de la ocupación es lo que te mantiene esclavo de ella, a merced de la pulsación de un botón y de un ente que te lo vende cuando ya no le sirve. Y cuando cualquier país musulmán obtiene herramientas y máquinas que ha fabricado y sale del sistema de control hacia el sistema de la resistencia, cae sobre él la maldición de la guerra. Y aquí están los tambores de guerra que resuenan contra Irán… Ahora revisen su patrimonio y lean sus libros dos veces: ¿cómo será Siria tierra de los creyentes si está bajo el yugo y la ocupación del ente sionista? Parece que el tiempo del que habló el Profeta aún no ha llegado. Se acerca una verdadera liberación de la región de Al-Sham; estén atentos. Quizás no vivamos para verla, entonces ¿hacia dónde emigrar hoy?