Mundos paralelos

Lo material, aun sin poseer consistencia propia, repercute en lo espiritual. Hay entre ambos mundos un paralelismo. El cuerpo actúa como indicación de que allí hay algo, una entidad inmaterial que lo utiliza. Hay superposición. Lo visible es, pues, la prueba de que hay una realidad invisible. Lo tangible se apresura a desvelar lo oculto.

El cuerpo es un dígito informativo que te acerca a una determinada verdad para elevarte y avanzar a un estadio intelectual superior, de modo que seas una señal para los que están detrás de ti. Y en otra posible lectura –para que seas una señal de quien te ha creado.

El último es una referencia para el primero, ya que el último está detrás del primero. El primero es una referencia para el último, ya que el último es el sucesor del primero.

De no haber sido por Firaún, Musa no habría sobrevivido. De no haber sido por Musa, las huestes de Firaún y él mismo no habrían sido alcanzados.

El programa Musa deriva del programa Firaún. Musa tuvo que haber sido, en algún momento, Firaún; y ello le habría llevado a adorar a sus mismos ídolos y a matar. Ambicionaba el poder para su tribu, para su gente. Mas logró sobreponerse y resistir a la corriente cultural e ideológica de su tiempo. Tomó consciencia de que había en él otra posible configuración que se correspondía con otro cuerpo distinto al de Firaún.

¿Conseguiremos nosotros mismos, todos, hacer frente a las supersticiones, a los mitos, a las leyendas… al chamanismo?

Si no fuiste Firaún en algún momento, no llegarás al nivel de Musa. Solo reconoce la luz quien ha vivido en las tinieblas. Si Firaún hubiera sido enemigo de Musa, le habría golpeado con su vara en lugar de golpear el mar. Musa abrió un nuevo camino hacia otra realidad –un camino que podía haber seguido Firaún de haber sufrido un devenir Musa. No separó las aguas para demostrarle a la gente que era un profeta. Era una invitación para toda la humanidad. Mas los diferentes niveles de consciencia determinaron el destino de los hombres; diferentes niveles de comprensión.

Ésta es la verdadera historia que nos cuenta el Corán. Es la historia del viaje de la nafs desde Adam hasta Muhammad; desde el programa Adam hasta el programa Muhammad, desde Firaún a Musa. Y en este viaje, en esta sucesión de secuencias, Musa es un punto de inflexión, donde se repite el proceso investigador de Ibrahim, su alejamiento de la sociedad faraónica en la que vivía, y nos proyecta a ese mismo proceso vivido por Muhammad. Musa representa el momento crítico de ese viaje. Y llegada a ese punto, la nafs en el programa Musa recibe palabras de Allah el Altísimo. Musa ya puede decodificar la inspiración divina.

Sin embargo, no le habló a Firaún, pues ese programa de interacción cognitiva no llegó a activarse en él, ya que solo había quedado Firaún, sin ningún atisbo de Musa. Y las aguas los separaron para siempre.

Ésta es la historia de la nafs humana –nuestra historia. Mas los que no logran seguir a Musa lejos de la sociedad de Firaún, la leen y la repiten en modo infantil, en modo estéril, que en nada les beneficia ni les guía.

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