¡Pobre, pero honrao!
En una visita intempestiva a su pueblo, quizás como un último adiós, Felipe González se encontró con Rufino, un antiguo conocido de la familia, que venía de descargar nueces de las alforjas de su burro. “¡Qué tal, Rufino! ¿Cómo va esa vida?” “Pues ya ve, D. Felipe, pobre, pero honrao, como dicen en este pueblo.”… Leer más ¡Pobre, pero honrao!

