Xi le dice a Putin que China está lista para «liderar el mundo» junto con Rusia

Bryan Ke para AP News

Xi y Putin sostuvieron una conversación bilateral en el Complejo Forumlar Majmuasi en Samarcanda, Uzbekistán, durante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai. Dirigiéndose a Putin como su «viejo querido amigo», Xi dijo que los dos líderes habían mantenido «contactos estratégicos efectivos, particularmente a través de llamadas telefónicas» en medio de la pandemia del COVID-19, según la agencia de noticias rusa TASS.

“Frente a los cambios colosales de nuestro tiempo a escala global, sin precedentes en la historia reciente, estamos dispuestos a unirnos con nuestros colegas rusos para dar ejemplo de unas potencias mundiales responsables con el objetivo de desempeñar un papel de liderazgo en un mundo en constante cambio y en la vía del desarrollo sostenible y positivo», dijo Xi a Putin.

Xi señaló que la cooperación bilateral en varios campos, como las actividades del Año del Intercambio Deportivo que ya están en marcha, ha progresado constantemente, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de China comentando sobre la reunión. Xi dijo que China trabajará con Rusia para “ejercer un fuerte apoyo mutuo en temas relacionados con los intereses fundamentales de cada uno” y profundizar su cooperación en varias áreas, incluido el comercio, la agricultura y la conectividad. Las dos partes deben mejorar la coordinación y la cooperación en marcos multilaterales, incluida la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO), la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Fomento de la Confianza en Asia (CICA) y los BRICS.

El ejército chino debería centrarse en las preparaciones para hostilidades reales, dice Xi Jinping

Sputnik International

Si bien el presidente chino no dio más detalles sobre si espera que el país se involucre en un conflicto armado en un futuro próximo, cabe recordar que Beijing ha advertido repetidamente a Estados Unidos contra las «provocaciones» en el Estrecho de Taiwán mientras Washington sigue enviando sus buques de guerra a la región.

El Ejército Popular de Liberación (EPL) de China debe prepararse para futuros conflictos bélicos, afirmó el presidente del país, Xi Jinping, en su discurso en un seminario sobre la reforma de la defensa nacional y de las fuerzas armadas.

SONDAS: En la moderna historia de China y de Rusia ha habido un periodo de casi 80 años en el que ambos países establecieron parecidos sistemas de gobierno –el maoísmo en China y los Soviets en Rusia. Sin embargo, cuando estos sistemas colapsaron, cada uno de estos países volvió a su ámbito tradicional, ámbitos que difieren substancialmente entre sí. Rusia vuelve a ser Europa tras la caída del muro de Berlín, pero ahora en inferioridad de condiciones, pues ha perdido 70 preciosos años engañada por los ideólogos judíos de la revolución y anteriormente por los ideólogos judíos del marxismo, y el fracaso final ha devuelto a Rusia a los años 1930.

Mas este retraso no solo ha sido industrial y tecnológico, sino, ante todo, cultural. Ante una Rusia ortodoxa, con una espiritualidad basada en la transcendencia, aunque con los errores y contradicciones que conlleva el concepto de la trinidad, los líderes revolucionarios y la ideología marxista arrojan a sus poblaciones a un brutal materialismo que ni siquiera promete la prosperidad en la vida de este mundo. Se trató de una portentosa sublimación frente al dios Historia. Y mientras los jóvenes rusos trabajaban incansablemente en construir el templo de ese dios, los jóvenes occidentales fumaban hachís mientras escuchaban a los Beatles y a los Rolling Stones. Aquella dislocación no podía durar mucho tiempo. Los logros de la revolución, algo hubo, se los llevó el viento, ya que en 1990 los rusos retomaban su historia anterior a la revolución.

Y ahora, Rusia lucha por recuperar su lugar en la historia de Europa. Esa necesidad imperiosa de formar parte de Occidente, de ser su cuarta pata, es lo que separa drásticamente la política rusa de la política china, ya que China nunca ha formado parte de Europa ni nunca ha pretendido ser un miembro de Occidente. China es un poder en sí mismo que no necesita la alianza con terceros para sentirse fuerte. Esta posición le permite a China ser más coherente que Rusia en sus relaciones con el mundo exterior, pues ésta intenta estar a bien con sus amigos, con sus enemigos y con los enemigos de sus amigos –una jugada a tres bandas que nunca sale bien, ya que, como estamos viendo en el conflicto de Armenia, es posible que, ante la apatía, la lentitud y la ambigüedad de Rusia, Armenia acabe echándose en los brazos de Estados Unidos.

Mas China también tiene su escollo propio, pues al ser un país eminentemente comercial, debe mantener la cuerda en tensión, pero no puede permitir que se rompa. No podemos olvidar, y China tampoco lo olvida, que Estados Unidos y Europa son sus principales clientes, aunque, al mismo tiempo, sean –y ello desde hace siglos– sus más encarnizados enemigos. Incluso el general Douglas MacArthur pidió después de la Segunda Guerra Mundial un estudio para ver cuántas bombas atómicas harían falta para acabar con China.

Otra dificultad añadida que tiene China es la de haber infravalorado la revolución tecnológica, el hecho de no haber entendido a qué nuevo escenario nos estaba llevando. China utiliza la tecnología para producir más y mejor, mientras que Estados Unidos se sirve de ella para destruir el tejido industrial de Occidente. Se trataría de eliminar una buena parte del sistema productivo, junto con una buena parte de la población mundial. En realidad, el 80% de lo que se consume en el mundo solamente está justificado como el medio de mantener el propio sistema de producción. Esa ha sido la principal función de la moda –generar necesidades para dar salida a las súper-producciones. Ahora, la tecnología debe detener esa súper-producción y fabricar únicamente lo que es imprescindible para unas masas en continuo descenso demográfico.

Volvamos de nuevo al escenario que nos presenta la película “Virtual Revolution”. Si la gente está en sus casas, conectada, subiendo a la cumbre del Everest sin salir de casa, descendiendo a los abismos oceánicos, charlando con los actores más famosos de Hollywood… más aún, pudiendo generar sus propios escenarios, sus propias historias… entonces, no harán falta sistemas de transporte, no hará falta petróleo ni gas, no harán falta carreteras ni vías ferroviarias ni aeropuertos, pues cada uno de los habitantes de la Tierra estará en su casa, viviendo experiencias virtuales que poco a poco conformarán su realidad. Qué son los viajes, el turismo, sino malestar, cansancio, estrés –te roban el dinero, la cámara de fotos; pierdes las maletas; los hoteles están llenos; las playas a rebosar; los restaurantes sin una sola mesa libre; la comida caducada… y todo ello en el mejor de los casos. Para qué hablar de accidentes, asesinatos, violaciones… La tecnología puede evitarnos todos estos inconvenientes y llevarnos por paisajes y experiencias que en la vida real resultarían imposibles.

China quiere crecer y Estados Unidos quiere reducirse a la mínima expresión. Fijémonos por un momento en la imagen que proyectan las plantaciones de algodón en el estado de Georgia. Vemos cientos de esclavos negros trabajando de sol a sol, sin cobrar por ello ningún salario –dos comidas al día y vigilados por unos cuantos capataces armados. Al fondo se levanta imponente la mansión donde viven los señores, los dueños de la plantación. Jóvenes esclavas les sirven, limpian la casa, preparan la comida y les amenizan las aburridas tardes otoñales… una imagen perfecta. Unas sociedades bien estratificadas, en las que el bienestar, la opulencia y la prosperidad de unos pocos estaba sostenida por el trabajo de muchos. Mas estos “muchos” no eran, sino negros africanos, esclavos que habían llegado a América en las bodegas de los barcos que los transportaban. No había, pues, que preocuparse por ellos –por su salud, por su equilibrio mental, por su espiritualidad.

Esta imagen va a ser trastocada por nuevas ideologías judías, por sus revoluciones, por sus guerras mundiales, hasta llegar a una imagen aparentemente distinta. Es la imagen de la democracia, de la igualdad, del respeto mutuo… una imagen que oculta la verdadera realidad de las cosas. Las potencias europeas seguirán invadiendo a terceros países, más débiles militarmente hablando, con menor PIB, pero con mayores recursos naturales. Los esclavos rurales pasarán a ser esclavos urbanos, eufemísticamente llamados “proletarios”. No llevarán cadenas ni grilletes, y recibirán un salario mensual que les permitirá sobrevivir hasta el día siguiente. Vivirán en barrios con las calles encharcadas, sin agua potable, sin transporte urbano.

Tras una sucesión de pequeñas mejoras, se establecerá una clase media que separará la mansión de las plantaciones de algodón. Habrá una clase rica y en la base de la pirámide social –los parias. Mas la mayor parte de la pirámide estará ocupada por esta nueva clase media que podrá acceder a algún tipo de vivienda, adquirir un coche, e incluso irse de vacaciones una a dos veces al año.

Sin embargo, esta situación social casi ideal pronto comenzará a resquebrajarse, generando fracturas por las que esos parias se irán entremezclando con la pequeña burguesía, con los trabajadores especializados, y éstos, a su vez, irán penetrando en el ámbito de los ricos. Con la llegada del internet, la academia ya no podrá mantener su círculo cerrado. Todos los asuntos serán ahora públicos –el Big Bang, la teoría de la evolución, el diseño inteligente…

Aquella primera imagen de las plantaciones de algodón se ha emborronado; se ha vuelto irreconocible. Nadie puede, empero, pensar en volver a reconstruirla. Se trataría más bien de producir sociedades como las que presenta “Virtual Revolution” –ciudades dormitorio llenas de edificios de apartamentos, y en éstos un cómodo sillón, una pantalla y dispositivos para “estar” en cualquier lugar del mundo, alimentándose de comida sintética producida y distribuida por robots, de forma que los humanos no necesiten trabajar más de 2 o 3 horas al día. ¿Cuánto tiempo podrían vivir estos esclavos felices, agradecidos? No más de 40 años.

En esta imagen de plantaciones urbanas, la mansión de los señores son pequeños territorios en los que pastan vacas reales, ovejas; territorios recorridos por ríos y abastecidos por una agricultura sin manipulación genética –dos mundos separados, como lo eran las mansiones de los señores y las plantaciones de los esclavos.

Éste es el nuevo orden, tan viejo como el mundo, que los judíos quieren establecer con sus socios occidentales. Y no sabemos si China podrá subirse a este tren. Rusia, por su parte, no tiene otro. Y es posible que cuando Xi y Putin se encuentran en algún fórum y hablan de dirigir juntos el mundo, no se trate, sino de un discurso nervioso y automático. Desde luego, no hablan en serio. Debemos tener en cuenta que, para Rusia, en cuanto que país europeo y miembro inseparable de Occidente, China es su enemigo, no Estados Unidos, no Francia, no Alemania…

Y para China el escenario no es muy diferente, pues atrás, en lontananza, ha quedado la Rusia soviética. La Rusia de hoy, la Rusia europea, la Rusia occidental, puede convertirse en una seria amenaza para China. Ambos líderes los saben y por eso se acercan con sumo cuidado, como dos erizos cuando quieren hacer el amor.