Nada puede blanquear el horror que sufrió España y el mundo por culpa de la izquierda totalitaria. Ni siquiera la fiscalía que crearán para perseguir la libertad académica, ideológica y política.
Una de las muchas cosas que se podrá hacer con la futura ley de Memoria Democrática será ensalzar a la Unión Soviética y al «padrecito» Stalin. Es más, será bueno repetirlo con una cierta regularidad. La Nueva Normalidad Política nos muestra claramente el camino que tendremos que seguir los historiadores y juristas si queremos escribir o hablar sobre ese período. Desde 1936 a 1978, de momento, habrá una doctrina oficial que se deberá seguir religiosamente y la relación de libros permitidos, supongo, se publicará en el BOE. No quiero ni imaginar qué les sucederá a los que ignoren las directrices políticas y se les ocurra recomendar alguna obra que no haya pasado la censura gubernamental. Lo más cómodo será recuperar el nihil obstat para que quede claro que el Ministerio de la Memoria Democrática no se opone a su publicación. En tiempos de Franco, los comunistas, con sus distintas tendencias, y los socialistas asaltaron con gran éxito la Universidad y especialmente algunas carreras como Historia, Periodismo, Magisterio, etc… No es casual el enorme peso que tienen en asignaturas como Derecho Constitucional o Historia Contemporánea y la mejor forma de progresar, por decirlo con toda su crudeza, es ser «rojo» y si además se ha estudiado con algún hispanista británico el futuro es deslumbrante. Y la derecha acomplejada les acoge con gran fervor.
A estas alturas, escribir un libro sobre la Segunda República, la Guerra Civil y el Franquismo es muy fácil, porque basta con adornarlo con comentarios elogiosos a comunistas, socialistas, anarquistas y la URSS sin olvidar la descalificación a sus rivales. El Premio Nacional de Historia habrá que darlo a quien ponga más veces la frase «Franco, dictador fascista y genocida». La verdad histórica no importa, porque ahora toca el adoctrinamiento. Cuando se utilice la famosa foto de la Puerta de Alcalá decorada en 1936 con un clarificador «Viva la URSS» y en el centro un retrato de Stalin podrá inspirarse para defender ese régimen brutal y genocida, los juicios de Moscú, la masacre de Katyn, las checas donde murieron miles de españoles inocentes, los gulags, el saqueo del Banco de España, las violaciones masivas de mujeres alemanas por el Ejército Rojo, etc… Es lo que significa la Unión Soviética, Stalin y el comunismo. Nada puede blanquear el horror que sufrió España y el mundo por culpa de la izquierda totalitaria. Ni siquiera la fiscalía que crearán para perseguir la libertad académica, ideológica y política.
SONDAS: Hace tiempo que los “horrores” cometidos por la Unión Soviética han quedado eclipsados por los de UK, Francia y los Estados Unidos. Las “masacres” cometidas por la URSS son cuentos para los niños que acuden a los jardines de infancia. Para secundaria hacen falta las del triunvirato, las del cártel Washington, Londres, París.
Es cierto que la ley de memoria democrática es una ignominia, una farsa, un acto de puro fascismo, de unos gobiernos que no tienen nada en las manos, vacías, sin programa, sin objetivos… sin ideales. Y se sacan de la manga todo lo que pueden para encubrir su esterilidad, su mediocridad. Mas la imagen que se presenta aquí es irrelevante –el escenario es otro que el de 1936.
El colonialismo, el Imperialismo, las invasiones y las ocupaciones militares de naciones –ese es el verdadero fascismo, venga de donde venga. Pero desde hace 500 años siempre viene de Occidente. El Corán nos recuerda que Allah el altísimo nos ha creado en grupos humanos diferentes para que nos conozcamos, no para que nos oprimamos unos a otros.
Sin embargo, las alas negras de los buitres planean hoy sobre toda la Tierra. Son buitres democráticos, liberales, pro-derechos humanos… que esparcen el vicio y el materialismo como dos de los grandes exponentes de la libertad. En cuanto a la verdad, sigue ardiendo en las miles de hogueras que continúan encendidas en todo el mundo.