¿Son realmente los psicodélicos la clave para expandir nuestra consciencia?

James Fadiman para Big Think

Usar psicodélicos como una forma de mejorar tu producción creativa no es un concepto innovador. Algunos de los innovadores más atrevidos del mundo han experimentado con esta controvertida área de las drogas: Los Beatles, Salvador Dalí y Cary Grant son sólo algunos de una lista muy larga. Pero más allá del proceso creativo, ¿de qué otras maneras los psicodélicos podrían ser beneficiosos?

Para aprender más sobre el tema, nos sentamos con James Fadiman, un destacado investigador de psicodélicos y un doctorado en psicología de la Universidad de Stanford. «Hay varias formas en las que podemos cambiar nuestra percepción», afirma. “Los psicodélicos son diferentes de la meditación y el yoga, y la diferencia en la forma en que te afectan es la diferencia entre caminar por una montaña o ser catapultado a la cima casi instantáneamente. Tienes una mayor capacidad para comprender un nivel de complejidad de la vida que no sabías que tenías”.

Un ejemplo reciente de este dramático cambio de percepción ocurrió en 2023 en el caso de Brendan, un ex líder de un grupo supremacista blanco, que formó parte de un ensayo científico en la Universidad de Chicago donde los voluntarios tomaron MDMA. «Esta experiencia me ha ayudado a resolver un problema personal debilitante», dijo Brendan después de su experiencia psicodélica, que lo llevó a rescindir su antigua ideología racista. «El amor es lo único que importa».

Pero, ¿qué tiene este tipo de drogas que puede transformar la forma en que vemos el mundo?

«Los psicodélicos son un tipo diferente de herramienta para abrir la caja cerrada de la conciencia», dice Fadiman. “Para muchos de nosotros, como adultos, llega un punto en el que lo que no sabemos nos parece peligroso y, por lo tanto, dejamos de buscar. Los psicodélicos rompen ese patrón. Rompen cualquiera que sea tu sistema de creencias. Los psicodélicos van a cada célula del cuerpo, así que cuando uno dice que puede oler u oír colores, lo que está diciendo es que las partes del cerebro que normalmente están algo separadas entre sí pueden comunicarse entre sí al quedar eliminadas las pequeñas barandillas protectoras”.

Pero no te equivoques, los psicodélicos no son una forma infalible de alterar tu conciencia para mejor. Si no se usan con cuidado, pueden tener algunos efectos secundarios perjudiciales. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas informa que el uso de sustancias psicoactivas se ha relacionado con comportamientos peligrosos debido a deteriorados procesos de pensamiento. Se debe tener el debido cuidado al considerar tomar cualquier forma de psicodélicos: el tipo y la cantidad, el lugar en el que se toman y con quién se toman son sólo algunos de los factores que requieren una investigación exhaustiva. Fadiman cita la «integración» como una forma importante de lidiar con un rápido cambio de percepción después de un viaje psicodélico. Este es un proceso en el que un terapeuta, entrenador u otro profesional relevante te guiará a lo largo de tu viaje, ayudándote a darle sentido a cualquier estado que experimentes.

A pesar de que todas las investigaciones al respecto confirman que son de beneficio en la depresión, el trastorno de estrés postraumático y ayudan a las personas al final de sus vidas, es posible que los psicodélicos no sean para todos. Si bien muchos han sido despenalizados en varios estados, es importante conocer sus restricciones legales.

Pero Fadiman, autor de “La guía del explorador psicodélico: viajes seguros, terapéuticos y sagrados” allá por 2012, ofrece una respuesta reveladora cuando se le pregunta por qué deberíamos ampliar nuestras percepciones en primer lugar: “Es realista preguntar: ‘¿Cuál es el valor de tener una visión ampliada, una audición ampliada y una conciencia ampliada en general?’ Es al mismo tiempo la misma pregunta que: ‘¿Por qué deberíamos ir a la escuela? ¿Por qué deberíamos aprender a leer? ¿Por qué deberíamos visitar otros países?’ Porque trascender esos límites cambia para siempre la forma en que ves el mundo”.

SONDAS: La dramática carencia de una cosmología global y operativa por parte de Occidente, capaz de satisfacer las necesidades cognitivas y espirituales del hombre, le ha llevado a una patética repetición de sus propuestas cada 20 o 30 años. Todo se repite como en un caleidoscopio –esoterismo, corrientes filosóficas orientales, llegada inminente de extraterrestres a la Tierra, drogas psicodélicas, viajes astrales, el secreto de las pirámides, vida subterránea en la Antártida… y vuelta a empezar.

Para los que ya hemos rebasado la línea roja de los 60 ésta es la tercera vez que oímos las mismas campanas y vemos a nuestro alrededor el mismo fracaso. Si hay algún tipo de drogas que lo que expande no es la consciencia, sino una especie de locura esquizofrénica, esas son las psicodélicas. Quizás sea el hachís y la marihuana las que puedan agudizar nuestras percepciones y eliminar ciertas barreras sociales, pero en ningún caso lograrán estos efectos drogas como el LSD, MDMA y otras.

Las drogas, todas ellas, producen enajenación en el sentido de que velan la realidad, proyectando una filmación superpuesta a aquella y que nada, en el fondo, tiene que ver con nosotros. Es divertido, interesante, como lo es ver películas de ciencia ficción o de cualquier otro tipo. Mas nada tienen que ver esos escenarios ficticios con nuestra realidad cotidiana, nuestras aspiraciones, nuestros ideales. Salimos de viaje para relajarnos del estrés cotidiano o para evadirnos de situaciones preocupantes y angustiosas. Y esos mismos efectos son los que tienen las drogas, especialmente las psicodélicas. Por eso se les denomina “trip” –viaje.

Muy pocas son las personas que han ingerido LSD de forma periódica durante toda su vida. La gran mayoría ha abandonado este tipo de droga después de 5, 10 o 15 viajes, ya que su uso continuado producirá una profunda esquizofrenia entre la ficción y la realidad. Y la ficción puede ser atractiva o terrorífica; lo mismo que el efecto del LSD.

James Fadiman utiliza en su libro el concepto de la expansión de la “consciencia”, pero quizás confunde este término con el de “imaginación”. Las drogas estimulan esta facultad que sólo el hombre posee. Mas también la imaginación tiene límites, como todo lo demás en este universo; en este universo cerrado por el que no podemos viajar más allá de sus fronteras. Y por eso las drogas cansan porque al cabo de un tiempo se agotan sus novedades.

Mas aquí lo importante es entender que la consciencia no se expande ni se retrae, sino que es la reflexión, que activa la consciencia, la que puede llegar hasta el límite asignado a tal facultad cognitiva o quedar reducida a una actividad cotidiana que no difiere mucho del acto de pensar. La consciencia ilumina lo que hay y si no hay nada, o meramente confusión, turbulencia, un entresijo de pensamientos… eso será lo que observemos con o sin drogas; con el agravante de que los psicodélicos amplificarán esa confusión, ese vacío.

La mayoría de ellos no siguen, sino elucubraciones, pero las elucubraciones no tienen ningún valor frente a la verdad. (Corán, sura 10, aleya 36)