Rusia prohíbe las ONG occidentales

Amnistía Internacional y Human Rights Watch se encuentran entre las sucursales rusas cerradas de los ONG estadounidenses, británicas, alemanas y polacas.

Pavlo Gonchar para RT News

El Ministerio de Justicia en Moscú anunció el viernes que eliminará del registro quince sucursales rusas de organizaciones con sede en Estados Uidos, Reino Unido, Alemania y Polonia, citando “violaciones identificadas de la ley rusa”.

La prohibición de Rusia se aplica a las sucursales de Amnesty International Ltd, con sede en el Reino Unido, la Fundación Carnegie para la Paz Internacional con sede en Estados Unidos, Human Rights Watch Inc y el Instituto para la Educación Internacional. Las sucursales rusas de la Fundación Aga Khan con sede en Suiza y la ONG polaca Wspólnota Polska también han sido cerradas.

Sin embargo, la mayoría de las ONG prohibidas son alemanas, incluidas las fundaciones que llevan el nombre de Friedrich Naumann, Friedrich Ebert, Konrad Adenauer, Hanns Seidel, Heinrich Boell y Rosa Luxemburg, así como las oficinas de la Fundación Alemana de Investigación en Rusia.

Amnistía Internacional afirmó el jueves que Rusia participó en “ejecuciones extrajudiciales y otros homicidios ilegítimos” en Ucrania que deben investigarse como crímenes de guerra. Rusia ha rechazado estas acusaciones, que promovió el gobierno ucraniano, insistiendo en que su operación militar en curso en Ucrania no tiene como objetivo a los civiles.

Mientras tanto, los senadores estadounidenses Rick Scott (R-Florida) y Mike Braun (R-Indiana) propusieron un proyecto de ley que bloquearía cualquier financiamiento de los contribuyentes a Amnistía Internacional (AI), acusando al grupo de «informes falsos y antisemitas que atacan a Israel, el aliado más fuerte de Estados Unidos en Oriente Medio”.

Los dos senadores dijeron que AI ha recibido más de 2,5 millones de dólares del gobierno de Estados Unidos solo en los últimos 20 años.

SONDAS: ¿QUIÉN EXPULSA A QUIÉN? Nos parece más que correcto que Rusia expulse a todas estas organizaciones, como Amnistía Internacional, pues no son, sino quintas columnas que trabajan para sus amos –Estados Unidos y Reino Unido, principalmente. Son agencias de espionaje y propaganda que tras la cobertura de su nombre “no-gubernamentales” son más eficaces que la CIA.

Sin embargo, aquí la cuestión es por qué Putin les dejó entrar y operar en Rusia. Amnistía Internacional no ha cambiado, es la misma de siempre –denuncia los abusos que tienen lugar en el “tercer mundo” y silencia las masacres de Estados Unidos y sus aliados. Trabaja para ellos. ¿Acaso no lo sabía Putin, ex jefe de la KGB? ¿No sabe cómo funciona Occidente? Está actuando el presidente ruso como ese miembro de la mafia que han expulsado de la familia y se queja después de lo mafiosos que son los mafiosos. ¿Es que no sabía antes de entrar en tan peligrosa organización que los mafiosos son mafiosos por su propia naturaleza y que además no puede ser de otra forma? ¿Quiere hacernos creer Putin que simplemente pasaba por allí y se metió en el club sin ser miembro de él?

Es como esos ex agentes de la CIA o ex generales del Pentágono que escriben libros contra estas organizaciones de las que han estado comiendo durante decenios para dejar en claro que los suyo fue una asociación circunstancial, pero que ellos son buenos y por eso ahora, ahora que están fuera, denuncian sus maldades. Mas ya el hecho de entrar en este tipo de mafias legales como la CIA o el FBI es un síntoma, es una señal de que hay una simpatía entre su carácter y los objetivos de estas organizaciones. Como decía el periodista francés Philippe Lamarq: “El que entra en política no se corrompe, pues ya está corrompido.”

Por lo tanto, Putin debería explicar no por qué expulsa a estas organizaciones, pues es obvio, sino por qué les permitió instalarse en el territorio de la Federación Rusa, por qué se ha humillado y ha humillado a su país una y otra vez. Celebró su entrada en el G7, pasando a ser G8, y después lo expulsaron de la manada, como se expulsa a un perro sarnoso. Y cuando Trump propuso permitirle entrar de nuevo y volver a la nomenclatura G8, Putin estaba dispuesto a aceptar –un perro sarnoso no vuelve a la manada.

China es mucho más coherente, pues obliga a los Estados Unidos y a Europa a aceptar su idiosincrasia y su no-participación en el fraude internacional –ninguna de estas organizaciones que acaba de expulsar Rusia opera en China ni opera allí Facebook ni tienen luz verde los LGBTQ. Y Estados Unidos y Europa tienen que aceptarlo, y ello porque Xi es mucho más consciente que Putin de que la única forma de relacionarse con Occidente es desde una posición de fuerza y superioridad.

Sin embargo, China tampoco entiende que la guerra es inevitable y que es mejor empezarla que tratar de demorarla. ¿Por qué, entonces, no se une China con Rusia y estos con Corea del Norte e Irán y comienza la fiesta con los maravillosos fuegos artificiales chinos? Porque ambas potencias tienen miedo. Tienen miedo de vencer y no tener en sus manos ningún proyecto que ofrecer a la humanidad.

No importa. Su trabajo es hacer saltar en pedazos a la torta terráquea y el nuestro es el de ofrecer al mundo la verdadera alternativa al viejo orden mundial.