Rusia critica la «vergonzosa» prohibición de que el fundador de la OPAQ hable en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria.

RT World News

A un exjefe de la OPAQ, despedido bajo la presión de Estados Unidos, se le ha prohibido informar al Consejo de Seguridad de la ONU sobre una controvertida investigación a raíz de un presunto ataque químico en Siria en 2018. Rusia lo calificó de «vergonzoso» y publicó su discurso.

José Bustani, un diplomático brasileño que dirigió la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) desde 1997 hasta 2002, fue invitado por Moscú a hablar en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el llamado «expediente químico sirio», pero su aparición fue bloqueada en el último minuto por Bélgica, Alemania, Estonia, Francia, Estados Unidos y Reino Unido.

«Lo que ha sucedido ahora es una prueba más de que las delegaciones occidentales temen a la incómoda verdad», subrayó el embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, mientras se dirigía al organismo mundial de la ONU el lunes.

Dijo que los seis países habían «hecho historia» porque el Consejo de Seguridad nunca había votado «sobre la presencia o ausencia de una breve intervención propuesta por el presidente [del CSNU]». Prohibir al ex director general de la OPAQ hablar fue una «vergüenza y una desgracia», concluyó Nebenzia, prometiendo publicar la declaración de Bustani después de la reunión.

El enviado del Reino Unido, Jonathan Allen, dijo que Bustani no estaba en condiciones de «proporcionar información relevante».

El Consejo se enfrentó hoy a un increíble altercado cuando EE.UU, el Reino Unido y otros países occidentales intentaron descaradamente cerrar la boca al ex director general de la OPCW, José Bustani. Esta es una prueba clara de cómo en realidad «se preocupan» por la verdad y la transparencia.

Poco después, el discurso no pronunciado apareció en el sitio web de la misión rusa ante la ONU. En él, el jefe despedido de la OPAQ planteó «serias preguntas» sobre «si la independencia, la imparcialidad y el profesionalismo de parte del trabajo de la organización se ven gravemente comprometidos, posiblemente bajo la presión de algunos Estados miembros».

Como ejemplo importante, Bustani citó una investigación de la OPAQ sobre el presunto uso de armas químicas en la ciudad siria de Douma el 7 de abril de 2018. Los gobiernos occidentales y los medios de comunicación sostienen que las fuerzas leales a Damasco arrojaron dos cilindros de gas como parte de un ofensiva contra las fuerzas yihadistas, matando a decenas de civiles.

Las acusaciones se utilizaron como pretexto para un importante ataque aéreo liderado por Estados Unidos contra las fuerzas del gobierno sirio a finales de ese año. La OPAQ lanzó una investigación sobre el «ataque químico» y, a principios de marzo de 2019, el informe final de la Misión de Investigación (FFM) de la OPAQ declaró que había «motivos razonables» para creer que los botes llenos de «moléculas de cloro” se lanzaron desde aviones sirios en Douma.

El informe final dio crédito a la demostración de fuerza occidental al implicar al gobierno sirio de Bashar al-Assad en la realización del ataque, algo que las autoridades sirias niegan tajantemente.

Poco después de la publicación del informe de la OPAQ, se filtró un memorando interno de los ingenieros de la OPAQ, sugiriendo que los botes probablemente se colocaron en el lugar del «ataque» y no habían sido lanzados desde aviones. Aun así, el informe final no incluyó dicha información y, según los informes, un alto funcionario de la OPAQ ordenó la eliminación de «todo rastro» de opinión disidente, según WikiLeaks.

Meses después, Bustani señaló que fue invitado a una reunión de expertos y escuchó el testimonio de un investigador anónimo de la OPAQ, quien presentó pruebas irrefutables de que su propia organización había elaborado un informe basado en una conclusión errónea y tendenciosa para favorecer la posición de Occidente.

Ese experto proporcionó «pruebas convincentes y documentadas de una conducta altamente cuestionable y potencialmente fraudulenta en el proceso de investigación», recordó la declaración de Bustani. El diplomático brasileño quedó tan sorprendido por ese testimonio, que personalmente pidió a la OPAQ que «resucite para convertirse en el organismo independiente y no discriminatorio que solía ser».

Sin embargo, continuó, el organismo de control de armas químicas no respondió a ningún pedido de mayor transparencia sobre la controvertida investigación de Douma. La sonda estaba «escondida detrás de un muro impenetrable de silencio y opacidad, haciendo imposible cualquier diálogo significativo».

En conclusión, Bustani pidió a Fernando Arias, el actual jefe de la OPAQ, que escuche las quejas de los inspectores de la OPAQ que expresaron opiniones disidentes sobre el incidente de Douma. Ellos «se han atrevido a hablar en contra de un posible comportamiento irregular en su organización», argumentó Bustani, y agregó que «al mundo le interesa que los escuche».

Bustani señaló que había sido destituido de su puesto de la OPAQ «después de una campaña orquestada por Estados Unidos en 2002». Por aquel entonces, estaba tratando de enviar inspectores de armas químicas a Irak antes de la invasión estadounidense de 2003. Un tribunal de la ONU dictaminó que su despido era ilegal.

SONDAS: No obstante, lo que es vergonzoso es que continúe la guerra en Siria, como si no fueran suficientes 10 años de conflicto armado. Mas Rusia está muy ocupada en asistir a las sesiones de la ONU y en reunirse para hablar de paz con los principales agentes que han fabricado la guerra en Siria.

Ese pegajoso complejo de inferioridad que asola al Kremlin le impide tomar una posición coherente en tanto que actor principal en la arena internacional.

Por una parte, pretende haber formado un bloque emergente cuya misión sería la de contrarrestar y equilibrar las fuerzas que operan en el mundo, e impedir que la política de invasiones y de robo sistemático de la riqueza de terceros países, por parte de Estados Unidos y Europa, continúe impunemente. Por otra, está dispuesto a lo que sea con tal de ser aceptado en el club de occidente, el club de sus enemigos, el club que le exige traicionar a sus aliados y amigos.

Ahí sigue el conflicto en Siria, en Venezuela, en Bolivia, en Yemen, en Irán… Ni siquiera ha logrado estabilizar la situación en Ucrania ni, especialmente, en Dombas. Manda un demoledor contingente de tropas y armamento, con el enorme coste que ello conlleva, para, simplemente, observar.

Hace falta determinación y acabar con los conflictos, uno a uno, con contundencia, sin diplomacia ni enredos.

No hay que convencer a nadie de la farsa de los ataques químicos en Siria –hay que echar a los cascos blancos y a todas las organizaciones “internacionales” que operan libremente en el territorio sirio, y acabar con la guerra, desmantelar las bases militares que occidente le ha montado a Rusia en Siria y desde las que le está robando el gas y el petróleo. Eso sí que es vergonzoso, querido Lavrov.