¿Qué es el cientifismo y por qué es un error?

ci1La ciencia es un método de investigación sobre la naturaleza, mientras que el cientifismo es filosofía. Y el cientifismo ya no está a la altura del desafío que supone hacer frente a los problemas más urgentes de nuestros días.

Adam Frank para Big Think

Es extraño vivir en un mundo que depende tan profundamente de la ciencia y, sin embargo, está lleno de personas que se deleitan con el negacionismo de la ciencia. Después de 15 años de ser un científico que escribe sobre ciencia en una variedad de foros, he visto cómo las voces que dicen que la ciencia establecida es un engaño o una mentira se destacan. En respuesta, muchos de mis escritos han sido una defensa estridente de la ciencia, sus métodos, su valor y su autoridad en temas críticos que enfrenta la humanidad, como el cambio climático y las pandemias. Pero defender enérgicamente la ciencia no significa defender el cientifismo. Hoy, quiero resaltar la distinción entre ellos y por qué es importante.

¿Qué es el cientifismo?

Pídale a Google que defina el cientifismo y obtendrás lo siguiente: «Una creencia excesiva en el poder del conocimiento y las técnicas científicas». Wikipedia lo llama »

la opinión de que la ciencia es el mejor o el único medio objetivo por el cual la sociedad debe determinar los valores normativos y epistemológicos» y continúa diciendo que es «una aplicación injustificada de la ciencia en situaciones consideradas no susceptibles de aplicación del método científico… »

En la publicación de ayer, Marcelo discutió cómo personas como Francis Bacon establecieron métodos en los siglos XVI y XVII que se formalizarían como «práctica científica». Esta forma de hacer preguntas sobre la naturaleza y obtener respuestas resultó ser un éxito. Este éxito es una historia que no necesito contar porque todos los que vivimos sin miedo a la hambruna o que un pequeño corte se vuelva mortal ya vive su realidad.

Pero a medida que se estaba elaborando el éxito del método, también surgió una perspectiva filosófica sobre la naturaleza del mundo. Esta filosofía se adhirió a la ciencia y llegó a disfrutar de la gloria reflejada. En esta filosofía, el significado de la palabra «objetivo» cambió de manera importante. Ese cambio representa una de las formas en que comienza el cientifismo.

Cambiar el significado de objetividad

En la práctica científica, «objetivo» simplemente significa que dos personas hacen un experimento y obtienen el mismo resultado. El experimento es una especie de receta para hacerle una pregunta a la naturaleza. Dado que cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier momento puede llevar adelante la receta y repetir el experimento, si todos obtienen el mismo resultado, se dice que ese resultado es objetivamente verdadero. Se convierte en un hecho establecido colectivamente sobre nuestra experiencia compartida del mundo.

En la filosofía que vendría a sustentar el cientifismo, «objetivo» pasó a significar algo más, algo como «el mundo sin nosotros». Desde este punto de vista, la ciencia era un medio para acceder a un mundo perfectamente objetivo que no tenía nada que ver con los humanos. Nos dio una «vista de Dios» o una «perspectiva sin perspectiva». La ciencia, según esta filosofía, nos reveló el «mundo real», que era el mundo independiente de nosotros. Por lo tanto, sus verdades eran «más profundas» que otras, y todos los aspectos de nuestra experiencia deben, eventualmente, reducirse a las verdades que la ciencia revela. Eso es cientifismo.

La locura del cientifismo

Ahora soy un científico apasionado al que le apasiona la ciencia, pero también creo que el cientifismo es un gran error. La razón más importante por la que es un error es porque está confundido acerca de lo que defiende. Sin duda, la ciencia es única, poderosa y maravillosa. Debe celebrarse y debe protegerse. El cientifismo, por otro lado, es solo metafísica, y hay muchísimas creencias metafísicas.

No es necesario creer en la existencia de una «visión de Dios» de la realidad perfecta y perfectamente accesible para creer en el poder y el valor de la ciencia. La “perspectiva sin perspectiva” como una especie de dominio eterno y atemporal de verdades matemáticas perfectas (que defienden muchos defensores del cientifismo) es solo una filosofía. Es una posición que puedes tomar o no. Los métodos que establecieron personas como Bacon y otros seguirán funcionando y seguirán produciendo resultados notables de cualquier manera.

De hecho, hay muchas posiciones filosóficas, muchos tipos de metafísica, que puedes adoptar sobre la realidad y la ciencia según tus inclinaciones. Los buenos iluminan aspectos críticos de lo que está sucediendo a medida que los seres humanos intentan colectivamente dar sentido a sus experiencias. El cientifismo afirma ser la única filosofía que puede hablar por la ciencia, pero ese no es el caso. Hay muchas filosofías de la ciencia por ahí.

Es realmente importante distinguir entre la ciencia como método y el cientifismo como metafísica. La cuestión es que han pasado muchas cosas desde que la metafísica que sustenta el cientifismo surgió hace unos cientos de años bajo presiones históricas muy específicas. La historia ha avanzado, y esa metafísica, esa visión de la relación entre los humanos y su mundo, ya no está a la altura del desafío de enfrentar los problemas más urgentes de la actualidad.

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SONDAS: Supongamos por un momento que nos tomemos en serio el dilema ciencia-CIENTIFISMO. En este caso llegaremos a una curiosa conclusión, o quizás más que curiosa, sea deprimente, inesperada. Ante nosotros tenemos dos posibilidades, únicamente dos.

Tenemos la posibilidad de que desde el interior del hombre haya surgido la lógica matemática, se hayan generado fórmulas físicas y leyes con las que ajustar un Universo caótico, sin ningún tipo de orden ni objetivo, dirigiéndose hacia su auto-destrucción.

La segunda posibilidad sería la de que el hombre no habría creado, sino hallado, descubierto la estructura matemática del Universo y las leyes de física que lo rigen. En ambas situaciones nos encontraríamos con una paradoja difícil de resolver.

En el primer caso planteamos el supuesto de que el ser  humano haya creado ciencias abstractas para explicar el Universo y al hombre, pero dado que él no se ha creado a sí mismo ni se ha diseñado, esas capacidades cognitivas que le han permitido superponer sobre la materia y sobre los fenómenos conceptos matemáticos, una precisa geometría, fórmulas algebraicas, leyes que podrían explicar esos fenómenos aparentemente aleatorios… tendrían que haber sido dadas al hombre por una entidad muy superior a él. No podemos aceptar que el chip que mueve una máquina y le hace realizar determinadas funciones haya sino colocado por ese mecanismo o por el propio chip, pues ambos dispositivos carecen de consciencia.

En el segundo caso, si suponemos que nos encontramos con un Universo perfectamente reconocible por el hombre y este hombre se encuentra provisto de las capacidades cognitivas necesarias para aprehenderlo a nivel funcional y servirse de sus elementos para colmar sus necesidades vitales, entonces estaremos ante un gigantesco mecanismo cuyas funciones están afinadas con las necesidades del hombre.

Y ese perfecto afinamiento, esa armonía entre lo que el hombre necesita para vivir y disfrutar de esa vida, y lo que ese Universo le ofrece generosamente, sin que ninguno de los dos, sin que el hombre mismo, y sin que ninguna célula, ningún átomo ningún electrón, sepan cómo se ha originado esa armonía, ese afinamiento –es la prueba de que antes de la creación, antes de que este Universo hubiera llegado a la existencia, había un plan para él, había un objetivo y había los medios para que se manifestase en la existencia.

Mas tratar de explicar este portentoso mecanismo, en armonía con el hombre, sin introducir en esta ecuación el facto Agente Externo, Diseñador, Afinador… Creador, es ya caer en el CIENTIFISMO, pues CIENTIFISMO es, ante todo, eliminar este factor y dejar que sea el hombre el que explique y dé sentido al Universo.

Mas ¿tendría sentido analizar una película al tiempo que se niega la existencia del director, del productor, del guionista, del realizador? ¿Cómo, entonces, ha llegado hasta la pantalla esta filmación? ¿De forma casual? ¿Es ésta una manera científica de razonar?

Según el autor del artículo, el método científico está basado en experimentos que siempre producen el mismo resultado, incluso si los realizan diversas personas en lugares diferentes. Este resultado, pues, será objetivo. Es decir, que alguien pliega una silla y anota en un cuaderno que al plegarse ocupa menos espacio, y después de que 100 personas hayan realizado este mismo experimento, se puede concluir que el menor espacio que ocupa una silla plegada es un hecho objetivo.

¿Es así como podemos llegar al Big Bang y después concluir que es una realidad, un fenómeno objetivo? ¿Puede alguien observar el Big Bang? ¿Puede alguien producirlo de forma independiente? ¿Pueden 100 personas originar un Universo como el nuestro a partir de un Big Bang? ¿O se trata de una teoría, de una hipótesis? Pero las hipótesis no sirven de nada hasta que no se conviertan en evidencias incuestionables, objetivas. Mas ¿cómo podemos teorizar, suponer, sobre el Big Bang si ni siquiera sabemos qué había antes de esta tremenda expansión? Si no sabemos cómo de la nada se paso a algo.

¿Cómo podemos elucubrar sobre este Universo si nos falta el 95 por ciento de la materia y de la energía que debería tener para que cuadrasen nuestras leyes, nuestras teorías, nuestras fórmulas?

¿Es científico fijar una interpretación cosmológica del Universo cuando cada día aparecen nuevas teorías, nuevos descubrimientos, nuevas partículas, que nos obligan a reescribir buena parte de la física? ¿Qué podemos hacer con la física cuántica, aparte de drones? ¿Cómo podríamos ver el Universo a través del cuanto? ¿No es, acaso, la ciencia la coartada del CIENTIFISMO?

Hizo bien Einstein en morirse, pues de haber seguido vivo, le habrían retirado el Premio Nobel.