Paul Sacca para The Blaze
Seis estados: Hawai, Illinois, Nevada, Nuevo México, Oregón y Washington, aún requieren que la mayoría de las personas usen mascarillas en lugares públicos cerrados independientemente de su estado de vacunación. Oregón lo está llevando a otro nivel al considerar mandatos indefinidos de mascarillas.
El Ministerio de Sanidad de Oregón se reunió el jueves durante aproximadamente dos horas para comenzar el proceso de redacción de una orden que regule el mandato permanente de mascarillas. El comité que regula las normativas sanitarias del ministerio debatió el impacto que podría tener en la población.
«En la reunión participaron los sectores más relevantes de la comunidad», informó el comité. «La gente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, el Museo High Desert, el Festival Shakespeare de Oregón y McMenamins formaron parte del debate».
Algunos de los representantes de empresas privadas expresaron su preocupación por el hecho de que las personas no quieran cumplir con los mandatos de las mascarillas.
“Conseguir que la gente cumpla es cada vez más difícil”, dijo Paloma Sparks de la Asociación de Empresas e Industrias de Oregón. El Dr. Paul Cieslak, Director Médico de Enfermedades Transmisoras del ministerio, dijo que el hecho de que la norma sea permanente no significa que se promulgará para siempre. «Permanente significa indefinido. No necesariamente significa permanente», dijo. «También podemos derogarla, pero solo se nos permite tener una norma temporal de 180 días, y cualquier cosa que supere los 180 días, no podemos extenderla».
La especialista en estrategias del ministerio, Ilana Kurtzig, dijo que el borrador de la norma del mandato de la mascarilla permanente se publicaría a mediados de diciembre. Luego habrá un debate público desde finales de diciembre hasta mediados de enero.
El mandato de mascarillas actual está en vigor hasta febrero.
«El primer mandato de mascarilla en Oregón se impuso en mayo de 2020 y se levantó en junio de 2021 una vez que las vacunas estuvieron ampliamente disponibles y el número de casos de COVID-19 disminuyó», informó Kurtzig. «La variante delta, más virulenta, llegó a fines de julio y provocó que el número de casos en el estado se disparara de nuevo, amenazando con desbordar a los hospitales, lo que llevó a las autoridades sanitarias a volver a imponer el mandato en agosto».
SONDAS: La Agenda 2030, su famoso Reinicio, necesita que se cumplan complicadas condiciones para que se pueda llevar a cabo. No les está resultando fácil, a pesar de que tienen trabajando para su consecución a todos los gobiernos del mundo, instituciones internacionales, cuerpos de policía, ejércitos y la devastadora maquinaria de los medios de comunicación. Sin embargo, hay aspectos, como las mascarillas y las vacunas, que no terminan de convencer a una buena parte de las comunidades occidentales. Por ejemplo, a 31 de diciembre debería estar vacunada toda la humanidad, desde los niños hasta los ancianos.
Sin embargo, aún quedan 9 largos años, en los que poder implementar las condiciones necesarias para ese reinicio, y una de ellas, el que la gente de forma voluntaria prefiera estar en casa, y no en la calle, exige que, precisamente, la calle se convierta en un lugar indeseable, un lugar peligroso, sin atractivos, en penumbra, encharcado… de modo que no haga falta vigilancia policial para mantener un confinamiento perpetuo.
La gente puede aceptar llevar mascarillas si es por un tiempo determinado, pero si se les dice que este artefacto se va a convertir, de hecho, en una parte más de su rostro, entonces muchos optarán por quedarse en casa y realizar sus actividades cotidianas on-line, llevando una vida en parte humana y en parte digital.
Cuando hace decenios abríamos el buzón y encontrábamos allí los catálogos que nos ofrecían toda clase de productos a buen precio y por envío postal, no pensábamos, no nos imaginábamos, que el mundo de hoy en parte sería consecuencia de ese simple hecho, de la inocente venta por correo. Aquellos catálogos nos mostraban sus productos a través de fotos de mala calidad, pero aquél era, simplemente, el comienzo y los comienzos siempre son deficientes.
Ahora, el mundo digital nos ofrece imágenes perfectas, tri-dimensionales, que se mueven, que muestran las características de las mercancías que intentan vender con asombroso detalle. Y esas mercancías con un simple click llegarán a nuestros domicilios en menos de 24 horas, transportadas por Amazon.
¿Para qué, entonces, ir a los supermercados, cruzar semáforos, arriesgarse, tener que llevar dinero encima o tarjetas de crédito? ¿Y si vuelven los cortes de electricidad, como la semana pasada, como el mes pasado? ¿Y si te dicen que tu cuenta ha sido bloqueada y ya no tienes ningún lugar al que ir para reclamar o, al menos, para averiguar por qué te la han bloqueado? No, es mejor quedarse en casa. Es mejor esperar a que las mercancías que necesites te lleguen a tu puerta. Es mejor apagar la consciencia, enchufarte, digitilizarte, fluir con los electrones hacia un procesador central. Es mejor descomponerte, reducirte a un led que pronto dejará de brillar.