Los conocedores de la vida nocturna de Nueva York predicen el fin de las pistas de baile después del covid.

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A medida que la ciudad de Nueva York entraba ayer, 20 de julio, en la fase 4 de la reapertura, la vida nocturna seguía en estado crítico. Se suponía que en esta etapa los clubs nocturnos estarían entre las empresas que volverían a la normalidad, pero dado que el gobernador Cuomo y el alcalde de Blasio acaban de anunciar que las actividades bajo techo, incluidos los centros comerciales y los museos, todavía están fuera de la reapertura, los expertos se están esforzando por adivinar el futuro.

Estar en una pista de baile solía ser algo excitante. Ahora da miedo, afirma Francesco Belcaro, quien ha organizado noches para el Alley Cat Amateur Theatre en el Beekman Hotel en el centro y el Paradise Club en el Edition Hotel en Times Square, ambos cerrados después de caer víctimas de los peligros económicos de la pandemia. En el conocido club llamado House of Yes, en el barrio de Bushwick, la copropietaria Anya Sapozhnikova predice que solo los clubs más exclusivos sobrevivirán. La pista de baile es donde alternas con extraños, dijo, y agregó que estar allí con menos personas socialmente distanciadas sería contraproducente. Tal vez la vida nocturna llegará a ser más reducida y los clubs se parezcan a los tugurios, como los de los años veinte. Eso en sí mismo podría ser una ventaja: la entrada más limitada y una pequeña lista de invitados podría hacer que la vida nocturna se convirtiera en un verdadero producto de lujo, lo que conllevaría una subida espectacular de la entrada a estos clubs.

Anthony «Doc» Shnayderman, un promotor independiente que ayudó a llenar las pistas de baile de locales tan concurridos como Up & Down y 1OAK, dice que será necesario subir los precios. No sé cómo podrían funcionar los clubs a capacidad reducida, explicó Shnayderman a The Post. Operar al 50 por ciento de su capacidad es una pérdida o un comido por lo servido. Es casi mejor estar cerrado que abrir a medias.

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Belcaro cree que la juerga podría ser tipo underground y predice un auge en lugares ilícitos fuera del horario de trabajo normal, como los clubs de los años 80 tipo Save the Robots y el Continental que quedaban abiertos hasta las 8 de la mañana y atraían a estrellas como David Bowie y John Belushi. Los jóvenes no tienen miedo. . . Está claro que habrá demanda, que siempre habrá los que quieran ir a lugares concurridos, afirma Belcaro, y agrega que él funciona solamente de manera legal. También se puede vislumbrar la vuelta a los clubs privados, donde tienes que ser miembro y sabes con quién andas.

Ahí es donde entra Zero Bond, que abre este otoño. Aunque no tendrá una pista de baile, este club del barrio de Noho, solo para miembros, dirigido por el ex copropietario del restaurante Butter, Scott Sartiano, mostrará niveles de seguridad que los clubs nocturnos tradicionales probablemente no se podrían permitir. Estamos invirtiendo en tecnología térmica, nos dijo Sartiano, y agregó que los miembros recibirán máscaras faciales de marca. Un ojo en el techo nos dirá si tienes fiebre. Si la tienes, no podrás volver en dos semanas.

Otros solo están tratando de proporcionar tanto espacio para la distancia social como sea posible. En House of Yes, un DJ toca música de jueves a domingo para las mesas de la acera, con letreros que dicen: «No hay baile».

Estamos modificando nuestro patio, nos dice Sapozhnikova del House of Yes. Tendremos algo de protección contra la lluvia y un contenedor remodelado que servirá como salón de cócteles y estará allí, pero, por desgracia, no hay pista de baile al aire libre. Estoy preparando una lista de mis músicos callejeros del vecindario favoritos para actuar en la parte de atrás. La idea, agregó, es que se tenga la impresión de participar en una pequeña fiesta de barrio.

Pero la pregunta sigue siendo: ¿qué pasa con el baile? Esa es la pregunta del millón de dólares, anuncia Belcaro. Nadie sabe si se permitirá bailar. Pero no puedes cerrar una pista de baile; las personas que toman un par de copas y se sienten cómodas comenzarán a bailar automáticamente.

Una cosa es segura: ninguno de los expertos espera ver a los neoyorquinos huyendo a los suburbios para divertirse. No creo que los neoyorquinos se conviertan en la nueva comunidad de la periferia, según Belcaro.

Michael Kaplan para New York Post (traducido del inglés por sondas.blog)

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SONDAS: Resulta deprimente ver cómo propietarios y clientes buscan fórmulas para volver a lo mismo de antes –baile, copas, polvos y… pastillas antidepresivas.

Es como si nada estuviera pasando, como si nadie quisiera admitir lo que está pasando.

Se está preparando un nuevo orden mundial y la única forma de escapar a sus devastadores efectos es implantar nuestro propio orden mundial –cambiar la superficialidad que deriva de la negligencia por una seria preocupación por el aspecto transcendente del hombre. Dunia, este mundo, se acaba. Las últimas luces se están apagando. ¿Acaso no es hora de hacer recuento de lo que hemos recibido de él? La cuenta es fácil –nada. Busquemos, pues, algo más fructífero –eduquemos a nuestros hijos en los valores eternos, saquémosles de las modas, alejémosles de la cultura… Volvamos al relato profético.

En esta misma web tenéis el Corán en español con sus comentarios. Quizás haya más beneficio en su lectura que en las pistas de baile.

sondas.blog – 25 julio 2020