Las tropas rusas abandonan el área de Kiev mientras Moscú se enfoca más en el este de Ucrania.

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Greg Myre para National Public Radio

Cinco semanas después del principio de la guerra, Rusia está retirando algunas de sus tropas de las áreas alrededor de la capital ucraniana, Kiev, y parece estar intensificando las operaciones militares en la parte oriental de Ucrania. Aproximadamente el 20 por ciento de las tropas rusas en las afueras de Kiev comenzaron a retirarse en los últimos días, según el portavoz del Pentágono, John Kirby. Estos incluyen tropas de primera línea que estaban a 15 km del centro de la ciudad. Las tropas se dirigen al norte, hacia Bielorrusia, y algunas ya cruzaron la frontera, según el Pentágono. Pero los funcionarios estadounidenses lo llaman un «reposicionamiento» en lugar de una retirada permanente. “Nuestra evaluación sería que van a reacondicionar estas tropas, reabastecerlas y luego probablemente emplearlas en otros lugares de Ucrania”, dijo Kirby el miércoles.

En las dos primeras semanas de la guerra, las tropas rusas avanzaron hacia las afueras de Kiev, una ciudad con una población de alrededor de 3 millones. Estados Unidos y los ucranianos dijeron que estaba claro que los rusos querían derrocar al presidente Volodymyr Zelenskyy y su gobierno. Sin embargo, la ofensiva se ha estancado durante tres semanas y ahora se están replanteando su plan inicial. Aún así, la mayoría de las fuerzas rusas cerca de Kiev permanecen en su lugar, y Rusia continúa apuntando a la ciudad con artillería de largo alcance en tierra y ataques aéreos.

Si bien es posible que las fuerzas rusas no puedan tomar Kiev en este momento, están preparadas para mantener este bombardeo de largo alcance indefinidamente. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo en declaraciones el jueves que hay razones para tomar los anuncios de Rusia con cautela. «Hemos escuchado declaraciones recientes de que Rusia reducirá las operaciones militares alrededor de Kiev y en el norte de Ucrania», dijo. «Pero Rusia ha mentido repetidamente sobre sus intenciones. Así que solo podemos juzgar a Rusia por sus acciones, no por sus palabras».

Si Rusia redistribuye las tropas, el este de Ucrania se considera un destino probable. Rusia ha dicho esta semana que se centrará en esa región y tanto la inteligencia ucraniana como la estadounidense dicen que están viendo cómo se intensifican las operaciones allí.

La gran pregunta sigue siendo: ¿Qué hará a continuación el presidente ruso, Vladimir Putin, y cuáles son sus objetivos finales en Ucrania?

La Casa Blanca dijo el miércoles que cree que Putin está recibiendo información limitada o incluso mala de asesores que no quieren darle noticias negativas sobre el estado de la guerra o la economía de Rusia.

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SONDAS: La estrategia militar rusa en Ucrania parece trasladarnos a los escenarios bélicos de la primera y de la segunda guerras mundiales. Si Rusia nunca ha tenido intención de tomar Ucrania y anexionarla a la Federación Rusa, si su intención siempre ha sido la de eliminar el poder militar de Ucrania y de esta forma impedirle que en un futuro pueda ser un peligro para Rusia, entonces no hacía falta enviar tropas al país vecino, ni siquiera un solo soldado. Hubiera bastado atacar estos lugares estratégicos con misiles y quizás algo de fuerza aérea. Sin embargo, según las propias fuentes de información rusas, se han mandado decenas de miles de soldados, acompañados de tanques y todo tipo de armamento y vehículos convencionales.

Ya nadie utiliza soldados en sus batallas. El factor humano ha quedado relegado a un segundo plano, pues es un factor no-operativo. ¿Deberíamos, pues, concluir que Rusia necesita nuestro consejo a la hora de invadir o neutralizar un país? Obviamente, no. Mas si unimos este hecho totalmente inaceptable en una de las mayores potencias militares del mundo con el hecho de que al día siguiente de comenzar el ataque ya se estaban reuniendo ambas partes para negociar lo que apenas había empezado, podríamos concluir que se trata de otro montaje o, al menos, muy diferente a los escenarios que nos presentan los medios de comunicación. Ahí tenemos por ejemplo la estrambótica “masacre” de Bucha –por una parte, la propaganda occidental se sigue riendo de los rusos, de Putin, del Kremlin… Muestra imágenes de luchas aéreas que son fácilmente identificables como juegos de ordenador, habla de miles de soldados caídos en combate o hechos prisioneros y tras cuatro semanas de asedio no solo no han podido tomar Kiev, sino que se están retirando de ese frente. Podríamos sospechar que la situación militar rusa es desastrosa, que el Ministerio de Defensa se ha quedado anclado en la Segunda Guerra Mundial y que intenta tomar con tanques un país con armamento moderno, pero esta suposición resulta poco creíble. Más bien parece que se trate del intento de originar un nuevo orden mundial que permita, por fin, la globalización absoluta.