La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) dijo el jueves que estaba investigando los casos de dos personas inoculadas del mismo lote de la vacuna AstraZeneca Covid-19 que murieron por coagulación sanguínea y varios países dejaron de distribuir la vacuna.
La investigación se produce después de que Islandia, Noruega, Dinamarca, Estonia, Lituania, Luxemburgo y Letonia suspendieran el lanzamiento de la vacuna AstraZeneca por temor a que pudiera provocar coagulación de la sangre, lo que se conoce médicamente como «eventos tromboembólicos».
«Actualmente no hay indicios de que la vacunación haya causado estas afecciones, que no figuran como efectos secundarios de esta vacuna», dijo la EMA en un comunicado, agregando que su propio comité de evaluación de riesgos estaba investigando el asunto.
Hasta el 10 de marzo, se registraron 30 casos de eventos tromboembólicos de entre los 5 millones de personas que habían recibido la vacuna AstraZeneca en el Espacio Económico Europeo, dijo la EMA en una actualización el jueves.
La agencia también enfatizó que los «beneficios de la vacuna continúan superando sus riesgos».
Una mujer de 60 años en Dinamarca murió por coagulación de la sangre después de recibir una dosis de AstraZeneca del lote ABV5300, informó el jueves el periódico danés Jyllands-Posten.
El miércoles, se informó de que una enfermera de 49 años en Austria que fue vacunada del mismo lote murió de trombosis múltiple 10 días después de su toma.
Otra mujer en Austria fue hospitalizada con una embolia pulmonar después de recibir una dosis del lote que se enviaron a 17 países diferentes de la UE.
La EMA aprobó la vacuna desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford del Reino Unido en enero.
SONDAS: Lo más preocupante del caso es que después de que el Reino Unido abandonase la UE, Europa le compra la vacuna, dejando claro que es el tándem USA-UK el que dirige a la UE. ¿Por qué no? Si dicha “unión” es un eufemismo de “cada chacal que coja su pedazo”, es relativamente fácil dominar una organización cuya principal característica es la desunión, sin olvidar el más acérrimo y tiránico egoísmo.
Ha habido un apaño –Francia y Alemania sabrán de qué se trata. Está habiendo fraude, pues no hay ningún virus atacando a la humanidad. Por lo tanto, no hay pandemia ni hay necesidad, lógicamente, de fabricar vacunas contra un enemigo inexistente. Pero el juego continúa como si no hubiera voces especializadas que advierten del peligro de inyectarse estas vacunas y de la inexistencia de una pandemia. Se está utilizando la eficaz estrategia de “oídos sordos”.
La pandemia está pasando, la vacunación continúa a buen ritmo y la siguiente fase será la de una nueva pandemia, “mucho más letal que la del coronavirus”, como anunciaba esta misma semana el virólogo británico Chris van Tulleken. Y para combatir a esta pandemia hará falta una nueva vacuna, confinamientos más estrictos, doble o triple mascarilla, inmovilidad absoluta y vida online.
En Alchemist city se anunciaba que varias empresas norteamericanas están fabricando robots más perfeccionados que nos traerán la comida y todo lo que necesitamos. ¿Para qué entonces salir a la calle? ¿Para qué seguir relacionándonos con nuestros semejantes?
No resulta difícil imaginar a las siguientes generaciones relacionarse amorosa y amigablemente con robots. ¡Se acabaron los conflictos! ¿Sin consecuencias?