Redacción de Astronomy-Science.xyz
La edad ampliamente aceptada del universo, estimada por la relatividad general, es de 13.800 millones de años. Al principio, se pensaba que todo lo que existía ocupaba un único punto o singularidad infinitamente denso. Sólo después de que este punto comenzó a expandirse en un «Big Bang», comenzara oficialmente el universo. Aunque la singularidad del Big Bang surge directa e inevitablemente de las matemáticas de la relatividad general, algunos científicos la ven como problemática porque las matemáticas sólo pueden explicar lo que sucedió inmediatamente después de la singularidad (ni antes ni en ella).
«La singularidad del Big Bang es el problema más grave de la relatividad general porque las leyes de la física parecen fallar allí», dijo a Phys.org Ahmed Farag Ali de la Universidad Benha y de la Ciudad de Ciencia y Tecnología de Zewail, ambas en Egipto. Ali y el coautor Saurya Das de la Universidad de Lethbridge en Alberta, Canadá, han demostrado en un artículo publicado en Physics Letters B que la singularidad del Big Bang puede resolverse mediante su nuevo modelo, en el que el universo no tiene principio ni fin.
Los físicos recalcan que sus términos de corrección cuántica no se aplican ad hoc en un intento de eliminar específicamente la singularidad del Big Bang. Su trabajo se basa en ideas del físico teórico David Bohm, conocido también por sus contribuciones a la filosofía de la física. A partir de la década de 1950, Bohm exploró la sustitución de las geodésicas clásicas (el camino más corto entre dos puntos en una superficie curva) por trayectorias cuánticas.
En su artículo, Ali y Das aplicaron estas trayectorias bohmianas a una ecuación desarrollada en la década de 1950 por el físico Amal Kumar Raychaudhuri en la Universidad de la Presidencia en Calcuta, India. Raychaudhuri también fue maestro de Das cuando era estudiante de esa institución en los años 90.
Utilizando la ecuación de Raychaudhuri con corrección cuántica, Ali y Das derivaron ecuaciones de Friedmann con corrección cuántica, que describe la expansión y evolución del universo (incluido el Big Bang) dentro del contexto de la relatividad general. Aunque no es una verdadera teoría de la gravedad cuántica, el modelo contiene elementos tanto de la teoría cuántica como de la relatividad general. Ali y Das también esperan que sus resultados se mantengan incluso cuando se formule una teoría completa de la gravedad cuántica.
Sin singularidades ni cosas oscuras
Además de no predecir una singularidad del Big Bang, el nuevo modelo tampoco predice una singularidad de «gran crisis». En la relatividad general, un posible destino del universo es que comience a encogerse hasta colapsar sobre sí mismo en un gran crujido y volver a convertirse en un punto infinitamente denso.
Ali y Das explican en su artículo que su modelo evita singularidades debido a una diferencia clave entre las geodésicas clásicas y las trayectorias de Bohm. Las geodésicas clásicas acaban por cruzarse entre sí y los puntos en los que convergen son singularidades. Por el contrario, las trayectorias de Bohm nunca se cruzan, por lo que las singularidades no aparecen en las ecuaciones.
En términos cosmológicos, los científicos explican que las correcciones cuánticas pueden considerarse como un término cosmológico constante (sin necesidad de energía oscura) y un término de radiación. Estos términos mantienen el universo en un tamaño finito y, por tanto, le dan una edad infinita. Los términos también hacen predicciones que concuerdan estrechamente con las observaciones actuales de la constante cosmológica y la densidad del universo.
Nueva partícula de gravedad
El modelo describe al Universo como si estuviera contenido en un fluido cuántico, en este caso un fluido hecho de gravitones. Los científicos proponen que este fluido podría estar compuesto de gravitones, partículas hipotéticas sin masa que median la fuerza de gravedad. Si existen, se cree que los gravitones desempeñan un papel clave en una teoría de la gravedad cuántica.
En un artículo relacionado, Das y otro colaborador, Rajat Bhaduri de la Universidad McMaster, Canadá, han dado más crédito a este modelo. Muestran que los gravitones pueden formar un condensado de Bose-Einstein (llamado así por Einstein y otro físico indio, Satyendranath Bose) a temperaturas que estuvieron presentes en el universo en todas las épocas.
Motivados por el potencial del modelo para resolver la singularidad del Big Bang y explicar la materia y la energía oscuras, los físicos planean analizar su modelo con más rigor en el futuro. Su trabajo futuro incluye rehacer su estudio teniendo en cuenta pequeñas perturbaciones no homogéneas y anisotrópicas, pero no esperan que las pequeñas perturbaciones afecten significativamente los resultados.
«Es satisfactorio observar que correcciones tan sencillas pueden potencialmente resolver tantos problemas a la vez», afirmó Das.

SONDAS: La ciencia no solo ha llegado al punto de un irreversible estancamiento, del que no cabe esperar otro resultado que infección y putrefacción, sino que además ha entrado en un estado de delirium tremens en el que las alucinaciones de los científicos están sustituyendo a la realidad –una realidad funcional, observable, comprensible– afinada con la propia cognición humana.
Cada día aparecen decenas de artículos en prestigiosas revistas académicas, en los que físicos y astrofísicos advierten de este colapso, aunque siempre valiéndose del tiempo como del maestro de ceremonias; un tiempo salvador que les redima de su fracaso: «Saldremos de este estancamiento y daremos con la teoría general unificada. Y todo quedará explicado. Es una mera cuestión de tiempo.» Se trata de una cantinela bien conocida que llevamos decenios escuchando. Y pasa el tiempo y cada vez el agua tiene peor aspecto.
Uno de los primeros hallazgos principales del Webb fue emocionante en un sentido incómodo: descubrió la existencia de galaxias completamente formadas mucho antes de lo que debería haber sido posible según el llamado modelo estándar de cosmología.
Según el modelo estándar, que es la base de esencialmente todas las investigaciones en el campo, hay una secuencia fija y precisa de eventos que siguieron al Big Bang: primero, la fuerza de la gravedad unió las regiones más densas en el gas cósmico en proceso de enfriamiento, el cual se convirtió en estrellas y agujeros negros; Luego, la fuerza de la gravedad reunió las estrellas en las galaxias.
Sin embargo, los datos del Webb revelaron que algunas galaxias muy grandes se formaron muy rápido, en un tiempo demasiado corto, al menos según el modelo estándar. Esto no era una discrepancia menor. El hallazgo es similar a una historia en la que los padres y sus hijos aparecen cuando los abuelos todavía son niños.
Adam Frank y Marcelo Gleiser, New York Times, The Story of Our Universe May Be Starting to Unravel, 2/09/2023
Así pues, cuando finalmente colapsa el propio modelo estándar de cosmología, la base de todas las teorías cosmológicas, las rectificaciones que se puedan hacer a ese modelo ya no tienen razón de ser. Tendrán que buscar otro modelo que derive de una forma radicalmente diferente de pensar, de aproximarse a un universo que es impenetrable para las herramientas cognitivas del hombre. Por lo tanto, tendrán que valerse de la ley de plantillas; tendrán que buscar similares que expliquen alegóricamente la naturaleza de este universo. Y ello es posible porque lo que ocurre en el macro-cosmos, ocurre de forma similar en el antropo-cosmos y en el micro-cosmos.
La célula es la primera entidad viva independiente y vemos que en el antropo-cosmos todo funciona como una célula –el hombre, una casa, un país… En todos estos elementos vemos una membrana exterior que protege el interior de la célula.
Todos los países tienen fronteras que nadie puede atravesar legalmente sin mostrar un pasaporte, al igual que toda casa tiene muros y puertas que la protegen de elementos hostiles. Y así mismo, todos los seres vivos están recubiertos de piel, de cuero, de plumas… que impiden que penetren en ellos patógenos y substancias venenosas, tóxicas. En todos estos elementos hay un centro de control donde se encuentra el ADN con toda la información que necesita esa célula. En cada país hay un gobierno y un cuerpo de leyes que rigen las sociedades, de la misma forma que el cerebro en los hombres dirige las funciones de todo el cuerpo y el padre de familia es el centro del hogar. Mas también el universo tendrá que funcionar como una célula.
Fijémonos ahora en esta propuesta cosmológica del artículo:
El modelo describe al Universo como si estuviera contenido en un fluido cuántico.
La imagen que proyecta esta idea es la de un universo flotando en un fluido, en un líquido, en una substancia acuosa. Es la imagen de una célula, en la que todos sus elementos flotan en el citoplasma. Al mismo tiempo, es la representación del zigoto flotando en el líquido amniótico y desarrollándose, expandiéndose hasta convertirse en feto. Y todo ello protegido por una membrana dentro del útero.
Sin embargo, nada de este proceso es observable desde el exterior. Estamos, pues, en la fase del sueño profundo. Ahora, esa membrana se rompe y el feto se desliza por el útero y sale al mundo. Vemos al recién nacido. Escuchamos sus lloros. Vemos cómo se agitan sus manos y sus pies. Ahora, estamos en la fase de la manifestación, del despertar. Y este vaivén continuo, necesario, es eterno. Mas no son eternas sus fases. El hombre vive 70 años, pero no pasa todo ese tiempo en estado de vigilia o de sueño profundo. De la misma forma, el universo manifestado no es eterno. Lo que es eterno es el vaivén –las dos fases en las que el universo se retrae en la consciencia de su Creador para en una segunda fase manifestarse de nuevo.
Este artículo apareció por primera vez en 2015. Han pasado 8 años sin que los autores del trabajo y de la propuesta cosmológica de un universo eterno hayan movido ficha. La ciencia está estancada, en un continuo delirio, pero por nada del mundo abandonarán los astrofísicos el método científico, el que les lleva a delirar. ¿Puede haber algo menos científico que hablar de «infinito», de «eterno», refiriéndonos, por ejemplo, a un universo material en el que nada permanece; en el que todo se descompone y degrada?
Sin embargo, los autores del trabajo se lavan la cara, enrojecida por tamaño atrevimiento, alegando que sus nuevas ecuaciones rectificadas mantienen la ley de gravitación universal dentro de la relatividad de Einstein. Y de esta forma, el delirio parece estar controlado. En todo caso se trataría de un flirteo con la filosofía –una pirueta metafísica que revistiera de un cierto encanto el fracaso general de gravitación universal.
Mas el delirio nos lleva a curvar el tiempo, y ello sin haber encontrado la partícula «tiempotón», que confiriera un carácter material a ese concepto. Mas también en el campo de las sub-partículas la ciencia ha decidido filosofar.
Recordemos ahora la advertencia de Nietzsche: «¿No habrá sido el asesinato de Dios un acto demasiado grande para el hombre?» Sin duda que no previó las consecuencias a medio y largo plazo y se encontró con un cadáver a sus pies y con un universo cayéndosele encima. ¿Qué hacer, entonces? Las elites siguieron escuchando las advertencias y los consejos de Nietzsche y decidieron que, efectivamente, lo mejor era convertirse ellos mismos en dioses para que no se notara la ausencia.
Mas el tiempo ha mostrado que ni Dios haya muerto ni que ellos sean dioses. El hombre siempre ha conocido el origen del universo y su funcionamiento. El sistema profético se ha encargado de transportar este conocimiento a lo largo del tiempo. El vaivén es eterno. Mas los universos manifestados son finitos.
Pregúntales si alguna de esas entidades a las que dan poder ha originado la creación y luego es capaz de devolverla a su inicio. Respóndeles que Allah da origen a la creación y luego la devuelve a su inicio. Sin embargo, os dejáis engañar a causa de vuestra falta de raciocinio. (Corán, sura 10, aleya 34)
Todo cuanto hay en ella perecerá. Tan sólo permanecerá la Faz de tu Señor. (Corán 55, aleyas 26-27)
