
New Scientist
Los descubrimientos del Telescopio Espacial James Webb están llegando. El análisis de los datos más recientes revela la existencia de una galaxia que se remonta a solo 300 millones de años después del Big Bang, la más antigua que hemos visto. Apenas unas semanas después del comienzo de su misión, el Telescopio Espacial James Webb (JWST) ha batido el récord al encontrar la galaxia más antigua jamás observada por casi 100 millones de años. Ver algunas de las primeras galaxias que se formaron después del Big Bang hace 13.800 millones de años es uno de los objetivos clave del JWST. Actualmente se desconoce cuándo surgieron: la galaxia identificada más antigua anterior, encontrada por el Telescopio Espacial Hubble, se llama GN-z11 y data de 400 millones de años después del nacimiento del universo
El telescopio Webb detecta un nuevo contendiente para la primera galaxia
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(síntesis)
Apenas una semana después de que el Telescopio Espacial James Webb revelara sus primeras imágenes, incluida la imagen infrarroja más profunda del universo (en la foto), el equipo utilizó los datos del telescopio para encontrar un candidato para la galaxia más antigua jamás vista, una que existió hace 13.500 millones de años. Si es correcto, la galaxia brillaba solo 300 millones de años después del Big Bang. El récord anterior lo tenía una galaxia llamada GN-z11, vista por el Telescopio Espacial Hubble cuando el universo tenía 400 millones de años. Como informa New Scientist, uno de los proyectos científicos del Webb llamado «de divulgación prematura» ha escaneado imágenes de su cámara de infrarrojo y ha encontrado signos de dos galaxias muy distantes: una de ellas a la distancia similar a la GN-z11, y otra aún más lejos, denominada GLASS-z13. Las distancias se obtuvieron usando un método relativamente rudimentario que involucra medición de su brillo en diferentes bandas de longitud de onda. Deberán ser confirmados por observaciones posteriores de Webb utilizando espectrógrafos, que pueden medir con mayor precisión el cambio en la luz de las galaxias hacia el extremo rojo del espectro por la expansión del universo, una forma de medir distancias cósmicas. Haber visto galaxias tan distantes tan pronto en la misión sugiere que el Webb puede ser un excelente cazador de las galaxias más antiguas, según los autores.

SONDAS: El cinismo exige una cierta habilidad y un arte a la hora de utilizarlo o incluso de convertirlo en la base de una ideología o de una teoría científica. De lo contrario, podría volverse contra nosotros, haciéndonos pasar por idiotas o insustanciales cretinos –como es el caso de los autores de estos artículos y, en general, de sus colegas.
El universo no se inició con un Big Bang ni tenemos ninguna otra teoría plausible que nos detalle su comienzo, ya que ninguno de nosotros estuvo allí, en ese “histórico” momento; y el acontecimiento pudo haber sucedido hace billones de años. Y, sin embargo, la teoría del Big Bang ha dejado de ser tal para convertirse en la base de toda cosmología aceptada por la comunidad científica a pesar de que lo fundamental sigue sin poder explicarse. ¿Qué había antes del Big Bang? Si no había nada, ¿cómo se formó? Y si ya había algo, ¿de dónde había surgido? ¿Por qué esa singularidad se expandió o explotó, o se expandió y luego explotó? ¿Cuál fue la razón de ello? ¿Quién dio la orden?
Hoy, en el 2022 y con una perspectiva según sus “cálculos” de 13 billones de años, de lo único que podemos estar seguros es de que había un plan desde el principio, pues de esa singularidad, de ese “átomo”, de esa masa densa, concentrada, ha surgido un universo extremadamente complejo y magníficamente organizado, pues en él ha surgido la vida en millones de formas y ha surgido la inteligencia y ha surgido la consciencia; y todo ello siguiendo pautas muy precisas y continuas –se forma la Tierra, con su agua; aparecen las primeras células, las bacterias; después, aparecen células más complejas que producen todo tipo imaginable de vegetación, y que más tarde constituirán las entidades animales para, finalmente, llegar a la construcción del ser humano, dotado de lenguaje conceptual y de consciencia.
Toda esta portentosa creación, si retrocedemos en el tiempo, derivará del punto inicial. Por lo tanto, lo primero que debería concluir un científico, es decir, alguien que utiliza el sentido común, la lógica, el raciocinio, es que, si hay un plan, tiene que haber un planificador; y si hay un diseño, tiene que haber un diseñador.
Si el universo se expandió a partir de un punto, ¿hacia dónde se dirigió esta expansión? Fijémonos en cualquiera de las representaciones artísticas de ese Big Bang que utilizan los científicos para mostrar el desarrollo del universo a partir de esa hipotética singularidad:

Lo que tenemos al imaginar este Big Bang es un punto inicial que se expande en una dirección, quedando el espacio restante, quizás un espacio infinito, inmerso en la oscuridad total, una oscuridad sin átomos, sin moléculas, sin galaxias, sin estrellas… ¿Cómo podría, entonces, la cosmología del Big Bang explicar la existencia de este inmenso vacío, de esta desoladora “nada” alrededor del universo? Más aún, ¿qué hay arriba y debajo de ese embudo que representa la expansión, el Big Bang?
Mas parece que eso no les atañe, de la misma forma que les deja fríos explicar qué había antes de que hubiera algo. ¿Cómo de la nada aparece la materia y cómo de la materia inerte aparece la vida? Y de esta forma, construyen sus hipótesis, que luego pasan a teorías científicas y más tarde se convierten en verdad absoluta, en base a un origen desconocido. Es decir, se obvia la necesidad de explicar no solo cómo se originó el universo, sino quién fue ese inquietante Actor que encendió la mecha.
No importa. Lo realmente maravilloso es que acabamos de descubrir dos galaxias que son las más antiguas y que lo serán hasta que descubramos otras, más antiguas todavía; y ello les llena de júbilo porque al ser tan “cercanas” al momento de la expansión podrían los astrofísicos entender mejor cómo se formó el universo, la materia, la luz. Pero ¿es que todavía no lo saben, todavía tienen dudas? ¿Cómo, entonces, construyen teorías tan detalladas? Y nos dicen que el universo comenzó a expandirse hace 13 mil 500 millones de años. No 13 mil 350 millones de años o 12 mil 800 millones de años. En base a qué conocimiento hacen estos cálculos tan precisos si, al mismo tiempo, están esperando a que el hallazgo de estas galaxias les ayude a desvelar los grandes misterios que encierra el universo. ¿Cómo les cuadran sus teorías? Ahora resulta que el 95 por cien de la materia que debería conformar el cosmos –no está, y lo llaman materia oscura y energía oscura. Mas darle un nombre a este perturbador fenómeno no va a solucionar el problema.
No hubo singularidad. No hubo ningún punto inicial. No hubo expansión ni explosión. Ni tampoco hay trillones de galaxias. Ni hay extraterrestres. Ni hay vida en otros planetas.
Fijémonos por un momento en la foto que hemos reproducido al comienzo de nuestro comentario. Parece una imagen NASA, como las muchas con las que nos regala la vista y la imaginación la agencia espacial norteamericana. Sin embargo, se trata de una habitación forrada de espejos y repleta de lámparas de diferentes colores y tamaños que realizó una artista japonesa durante un “happening” cultural en Tokio. Lo que vemos son reflejos de reflejos que se van desplegando hasta el infinito –una idea muy acertada, ya que es una representación muy cercana a la realidad. Qué es el universo, si no agua; líquido en consistencias que muy probablemente no conozcamos, pero sabemos por experiencia cotidiana que el agua puede presentarse en diferentes estados. En el citoplasma de la célula, por ejemplo, el agua toma la consistencia de un gel. No sabemos en qué estados se pueda presentar el agua en el universo. En cualquier caso, esta agua, estos líquidos, actuarían como espejos en los que se reflejarían los astros que nos acompañan en nuestra marcha hacia la re-integración. Por lo tanto, no solo no hay expansión, sino que hay recesión.
(39) A la Luna le hemos fijado casas, hasta que se hace como una rama de palmera vieja. (40) De ninguna forma puede el Sol dar alcance a la Luna ni la noche puede adelantarse al día. Todos nadan en sus órbitas. (Corán 36-Sura Ya Sin)
El término utilizado en el texto árabe es sabaha, una palabra perfectamente comprensible y que debe utilizarse en su sentido literal –flotar y avanzar. Por lo tanto, todo surge del agua y todo se mueve en el agua –flota, recorre las órbitas, las pistas… que les han sido asignadas. Ninguna forma de vida puede existir al margen del líquido elemento; todo es agua y todo necesita del agua para seguir viviendo.
Mas situémonos por un instante en el punto de vista de los científicos, de los gobiernos que apoyan a la comunidad científica; de la misma forma que ésta mantiene la narrativa oficial. Es un tándem criminal que arrastra a la historia a su derrumbe. Mas como decimos, aceptemos por un instante su propia narrativa, su propio punto de vista.
¿Cómo se puede justificar, entonces, el gasto astronómico que supone el montaje espacial? Después de décadas de “investigación”, de desviar billones de dólares hacia los programas espaciales, lo único que tenemos sobre la mesa son más y más galaxias, más y más planetas. Y a ello se añade ahora la clasificación según su antigüedad. Todo ello –materia muerta.
Y de esta forma está colapsando la otra coartada que tenían para seguir desviando más y más dinero al estéril estudio de un estéril universo –los extraterrestres. Había vida en algún lugar del espacio, en esta o en aquella galaxia, y había que encontrar a estos hermanos nuestros. Todo esfuerzo parecía poco para lograr semejante hazaña, lo que sin duda podría justificar esta creación y dar sentido a nuestras vidas.
Mas, como se suele decir, todo ha quedado en agua de borrajas, un agua sin sabor, sin apenas color, insustancial; tan insustancial como la búsqueda de vida fuera de la Tierra. Y ante este continuado fracaso de la ciencia, solo queda el suicidio, el paulatino desmantelamiento del “montaje akademia”, o el cinismo. Y haber elegido esta última opción es lo que está llevando a los científicos a la idiotez y al cretinismo más degradante.