Una idea salvaje y convincente sin una prueba práctica directa, el Multiverso es muy controvertido. Pero es evidente que sus pilares de apoyo son estables.
Ethan Siegel para Technology Times
Cuando miramos el Universo hoy, simultáneamente nos cuenta dos historias sobre sí mismo. Una de esas historias está escrita en la cara del Universo que vemos hoy, e incluye las estrellas y las galaxias que tenemos, cómo se agrupan y cómo se mueven, y de qué ingredientes están hechos. Ésta es una historia relativamente sencilla, y una que hemos aprendido simplemente observando el Universo que vemos.
La otra historia es cómo el Universo llegó a ser lo que es hoy, y esa es una historia que requiere un poco más de trabajo para descubrirla. Claro, podemos mirar objetos a grandes distancias, y eso nos dice cómo era el Universo en el pasado distante: cuando se emitió por primera vez la luz que llega hoy. Pero necesitamos combinar eso con nuestras teorías del Universo, las leyes de la física en el marco del Big Bang, para interpretar lo que ocurrió en el pasado. Cuando hacemos eso, vemos evidencia extraordinaria de que nuestro Big Bang caliente fue precedido y establecido por una fase anterior: la inflación cósmica. Pero para que la inflación nos dé un Universo consistente con lo que observamos, hay un asunto inquietante que aparece de inmediato: un multiverso. He aquí por qué los físicos afirman abrumadoramente que debe existir un multiverso.
En la década de los años veinte, la evidencia se volvió abrumadora de que las copiosas espirales y elípticas en el cielo no solo eran galaxias enteras en sí mismas, sino que cuanto más lejos se determinaba que estaba una galaxia de este tipo, mayor era la cantidad a la que su luz se desplazaba sistemáticamente. Si bien inicialmente se sugirió una variedad de interpretaciones, todas se desvanecieron hasta que solo quedó una: el Universo mismo estaba experimentando una expansión cosmológica, como una hogaza de pan de pasas con levadura, donde se incrustaron objetos unidos como galaxias (por ejemplo, pasas) en un Universo en expansión (por ejemplo, la masa).
Si el Universo se estaba expandiendo, y la radiación dentro de él se estaba desplazando hacia longitudes de onda más largas y energías más bajas, en el pasado, el Universo debe haber sido más pequeño, más denso, más uniforme y más caliente. Mientras cualquier cantidad de materia y radiación sea parte de este Universo en expansión, la idea del Big Bang arroja tres predicciones explícitas y genéricas.
-una red cósmica a gran escala cuyas galaxias crecen, evolucionan y se agrupan más ricamente con el tiempo,
-un fondo de baja energía de radiación de cuerpo negro, remanente de cuando los átomos neutros se formaron por primera vez en el Universo primitivo caliente,
-y proporciones específicas de los elementos más livianos (hidrógeno, helio, litio y sus diversos isótopos) que existen incluso en regiones que nunca han formado estrellas.
…. y blablablablá
SONDAS: Antes de meternos en camisa de once universos, habría que dilucidar si éste en el que vivimos, o nos parece vivir, existe realmente. Parece demasiado aventurado predecir o imaginar lo que sucedió hace, por ejemplo, 30 billones de años en un espacio cósmico, que en principio no existía y en el que se fue expandiendo una masa de partículas atómicas y subatómicas de la que no sabemos nada, ni mucho menos su origen. Es decir, cómo de un estado de no-existencia pasó a existir, y a existir conteniendo en sí misma extraordinarias propiedades, características que todavía hoy estamos estudiando.
Y más descabellado aún resulta el tratar de componer una imagen, una cara, de la que nos falta el 95 por cien de su materia, de su consistencia, de su energía… de sus facciones; una cara en la que muchos de sus elementos y de las leyes que parecían gobernarlos se ponen en tela de juicio prácticamente cada día. La física cuántica no ha hecho, sino añadir más leña al fuego, pues todavía pertenece más al sistema operativo que la física tradicional, y cuando se intenta comprenderla, cuando intentamos desenmarañar sus intrincados sistemas y conexiones, nos encontramos a nosotros mismos atrapados en esos laberintos.
Sin embargo, con el ejemplo que nos propone el autor del artículo para que entendamos, pobres mortales, la inflación cósmica, se encuentra la clara exposición de que todo lo demás, todas sus teorías y contra teorías son unas falacias o, si se quiere, elucubraciones mentales que poco valor tienen frente a la verdad:
Si bien inicialmente se sugirió una variedad de interpretaciones, todas se desvanecieron hasta que solo quedó una: el Universo mismo estaba experimentando una expansión cosmológica, como una barra de pan de pasas con levadura, donde se incrustaban objetos ligados como galaxias (por ejemplo, pasas) en un Universo en expansión (por ejemplo, la masa).
Mas en ningún lugar del Universo existe esa masa de pan preparada. Hay agua, hay harina y hay levadura. Mas incluso la harina hay que fabricarla moliendo el grano de trigo; pero antes habrá que desarrollar la agricultura, los sistemas de riego, los medios de transporte. También la levadura hay que prepararla, mezclar diversos ingredientes. Así pues, tras larguísimos procesos, tenemos agua, harina y levadura. Mas si los dejamos encima de una mesa, nunca se hará la masa. Necesitamos que el panadero, alguien externo a esos elementos, una los ingredientes y los amase, y luego le dé forma.
(71) ¿Es que no ven que hemos creado para ellos con Nuestras manos animales de rebaño sobre los que tienen dominio? (Corán 36 – Yasin)
(83) Aquel en cuyas Manos está el dominio de todas las cosas. (Corán 36 – Yasin)
Y ¿de dónde vendrán las pasas que enriquecerán y darán más sabor a esa masa cuando se convierta en pan? ¿Acaso no es importante saber de dónde han venido y cómo se han incrustado en esa masa? Han venido después de un proceso de secado de determinadas uvas y después el panadero las ha distribuido para que toda la masa esté uniformemente rellena de estas pasas. Algo nos falta para que esa masa se convierta en pan con pasas. Necesita calor, fuego, un horno, para que todos esos ingredientes adquieran solidez formando un solo cuerpo.
No habríamos podido encontrar mejor ejemplo de habérnoslo propuesto, pues en este ejemplo se ve la necesidad de un agente externo que junte los ingredientes y tras pasar un tiempo en el horno, se consolide el Universo. Mas ellos eliminan el concepto del agente externo, el concepto de un Panadero experto, capaz de producir un pan. Y entonces hablan de una masa que se formó ella sola sin saber cómo ni cuándo, de pasas venidas de no se sabe dónde y que ellas mismas se incrustaban en la masa y después de adquirir una tremenda temperatura, sin saber la fuente que la había producido, ya tenemos un Universo.
¿Y por qué no diez, cien, mil…? Si no tenemos que explicar cómo, de dónde, cuándo, por qué… entonces ¿qué problema hay en producir cualquier tipo de teoría? De nuevo, tenemos la hormiga caminando por una alfombra y exigiéndonos que memoricemos sus estúpidas interpretaciones.
Un día u otro tendrán que mirar al Universo sin telescopios, con sus propios ojos; tendrán que observar y maravillarse de los ciclos naturales, de la dinámica que mantiene vivo a este Universo. Tendrán que mirar atentamente a sus propios cuerpos, a su mente, a sus procesos intelectuales. Y tendrán que mirar todo eso desde fuera, desde la consciencia y exclamar entonces, aterrados y agradecidos –¡En verdad que Allah es el Más Grande! (¡Allahu Akbar!)