El término taghut -طاغوت- deriva del verbo tagha -طغى- que significa excederse en lo que es justo, ser inmoderado o exorbitante, especialmente en lo que a desobediencia se refiere, ser extravagante en todo lo que concierne a la desobediencia, ser altanero, exceder los límites y caer en el pecado. Es el término que se utiliza para describir cuando las olas exceden la normalidad, las aguas se desbordan. De este significado general deriva el significado propio de taghut –el mal, alguien de desorbitante soberbia y corrupción, encubridor, negador de la realidad divina, todo aquello que es adorado en vez de Allah, los ídolos en general, los chamanes. Gramaticalmente sus plurales son tawaghit -طواغيت- y tawagh -طواغ- pero en el Qur-an revelado al Profeta Muhammad (s.a.s) se utiliza la forma taghut tanto para singular como para plural, como veremos al analizar las aleyas en las que se menciona este término.
En cuanto al vocablo yibt -جِبْت- éste presenta una irregularidad en la letra “t” -ت- ya que, siguiendo la ley de armonización consonantal, cuando una palabra contiene las letras –ج y ت- pero no contiene ninguna de las letras dhaulaqiah -ذَوْلَقِيَّة- “r”, “l” ó “n” -ر,ل أو ن- ello significa que ha habido algún tipo de alteración. En este caso se ha substituido la “s” original -س- por la “t” -ت- según algunos de los más célebres gramáticos de la lengua árabe, como Ez-Zamakhisheree*, al Baydawi* y El-Firuz Abadi o al-Fayruzabadi (ver NOTAS). Esta observación tiene su base en el hecho de que en muchos diccionarios ni siquiera se contemple la entrada yabata -جبت- y cuando existe, se refiere exclusivamente al vocablo yibt en cuanto que palabra coránica, sin ningún tipo de etimología. Su significado, en ambos casos, es similar –alguien de quien no se puede esperar nada bueno, corrupto, algo que se adora en vez de Allah.
Si tomamos la palabra yibt en el contexto en el que van descendiendo las aleyas del Kitab al Profeta Muhammad (s.a.s), no hallaremos que tenga demasiada relevancia como para que sea mencionada en el propio Qur-an –tan sólo era un ídolo más al que adoraban los quraish y quizás otras tribus árabes. Sin embargo, si la substituimos por el término yibs -جبس- tendremos una imagen mucho más clara de por qué está mencionado en el Qur-an junto a la palabra taghut. De escribir el término yibs con la letra “y” podemos pasar a escribirlo con la letra “g” gibs. Por otra parte, en árabe no existe la letra “p” y ambas –p y b– son intercambiables, con lo que ya tenemos el vocablo gips ó gyps. Si ahora añadimos al final de la palabra una “y” como así se forman muchos adjetivos en inglés, tendremos la palabra final gypsy o gipsy (ambas grafías están aceptadas). Ese ídolo petrificado y con una “t” al final es una mera representación de los banu samirí, de los gitanos, de los gypsy (en las islas británicas es donde más fielmente se conserva el nombre original de esta tribu), una de las tribus judías que acompañaban a Musa en su salida de Misr.
Las primeras migraciones del pueblo judío son anteriores al reinado de Sulayman y están relacionadas con la idolatría que prevalecía en Misr, donde vivían desde los tiempos de su ancestro Isra-il. Los seguidores del Tawhid eran brutalmente perseguidos, especialmente durante el gobierno de Firaun, y la única manera que tenían de sobrevivir era aceptando su divinidad. No obstante, la persecución que sufrían los Banu Isra-il era más étnica que religiosa, debido por una parte a que habían sido ellos los que habían introducido el Tawhid en una Arabia mayoritariamente politeísta; y por otra, a que su negligencia a la hora de mantener el pacto con Allah el Altísimo les había debilitado y había hecho que una buena parte de ellos se diera a prácticas paganas, dejando de ser un poder espiritual para convertirse en un gueto separado del resto de los ciudadanos y fácilmente reconocible.
En este escenario, en el que reinaba la más absoluta confusión espiritual y doctrinal, aparece la figura del Profeta Musa (a.s), quien por orden de su Señor intentará despertar la consciencia de Firaun a su errónea visión de la existencia, a su ateísmo y a su intolerable soberbia. Tras el pertinaz rechazo por parte del “señor” de Misr a las exhortaciones de Musa, Allah el Altísimo permite a Su Profeta abandonar Misr con los Banu Isra-il y con todos aquellos que habían seguido su llamada al Tawhid.
A lo que este gran Profeta les insta es a huir de aquel malsano lugar para establecerse en un nuevo territorio en el que poder adorar debidamente al Creador del universo y llevar después Su mensaje a todos los rincones de la Tierra. Pero lo que muchos de esos Banu Isra-il albergaban en su corazón era un deseo de poder y de establecer sociedades paganas. Por ello, cuando Musa acude a la cita a la que le ha emplazado el Todopoderoso dejando a su hermano Harun a cargo de la comunidad, un grupo de los Banu Israil, liderado por Samirí, un enigmático personaje que los historiadores han preferido obviar, se entrega a la adoración del becerro.
(83) “¿Y qué te hizo adelantarte a tu gente, Musa?” (84) Respondió: “Ellos iban tras mis pasos y yo me apresuré a Tu encuentro, Señor, buscando Tu complacencia.”
Sura 20 – Ta Ha
Con esta lacónica observación Allah el Altísimo recrimina a Musa por haberse alejado precipitadamente sin darse cuenta que el suyo no es un pueblo de creyentes y que en el momento que se vean libres de su vigilancia, se entregarán a sus habituales prácticas paganas; por ello le informa de lo que están haciendo en su ausencia.
(85) Dijo: “Pues sabe que después que los dejaste, los hemos puesto a prueba y el Samirí
los ha extraviado.”
(86) Regresó entonces Musa a su gente airado y afligido, y les dijo: “¡Gente mía! ¿Acaso no os hizo vuestro Señor una hermosa promesa? ¿Se os ha hecho larga la espera o es que queréis que se desate
la ira de vuestro Señor? Habéis faltado a vuestro compromiso.”
(87) Dijeron: “No hemos faltado a la promesa que te hicimos por voluntad propia, sino que nos cargaron con las joyas de la gente y las lanzamos, y así también arrojó el Samirí.”
(88) E hizo que emanara para ellos el cuerpo de un becerro que mugía. Dijeron:
“Éste es vuestro ilah y el ilah de Musa, pero lo ha olvidado.”
(89) ¿Es que no veían que no les contestaba ni tenía poder para perjudicarles ni beneficiarles?
(90) Ya antes les había advertido Harun: “¡Gente mía! Con esto se os está poniendo a prueba.
Vuestro Señor es el Rahman, seguidme pues y haced lo que os ordeno.”
(91) Dijeron: “No vamos a dejar de adorarlo hasta que vuelva Musa.”
(92) Dijo: “¡Harun! ¿Qué te impidió seguirme cuando viste que se extraviaban?
(93) ¿Acaso te has rebelado contra mí?”
(94) Dijo: “¡Hijo de mi madre! No me cojas de la barba ni de la cabeza. Temí que dijeras: ‘Has dividido a los Banu Isra-il y no has esperado a ver lo que yo tenía que decir al respecto.’ ”
Sura 20 – Ta Ha
Musa se siente entre furioso y desolado. No puede entender cómo un pueblo que ha sido protegido constantemente por el Todopoderoso a través de portentosas señales ha podido actuar de manera tan degradante. Se vuelve incluso contra su hermano Harun y le increpa mientras le agarra de la barba. Pero pronto descubre de quién se ha servido el shaytan para corromper a los Banu Isra-il. El Qur-an menciona su nombre -Samirí, pero en la biblia se borra y se substituye por el de Harun, dando a entender de esta forma que fue él quien modeló el becerro y ordenó a su gente adorarle. Sin embargo, en las aleyas que acabamos de citar se muestra claramente cómo se desarrolló este episodio. Es evidente que entre la gente que conformaba la comunidad de Musa había dos grupos –el de creyentes, que se habían mantenido fieles en su intención al pacto con Musa, ya que su participación en la fiesta pagana de Samirí habría estado motivada por el temor a que sus partidarios hubieran podido causarles algún daño si se negaban a lanzar al fuego sus alhajas y todo lo que tuvieran de oro: “No hemos faltado a la promesa que te hicimos por nuestra propia voluntad, sino que nos hicieron cargar con el peso de las alhajas de la gente;” –y el de los inclinados al paganismo, que junto con él se habían dado a la adoración del becerro. En Éxodo se describe aún más este escenario, dando a entender que la adoración del becerro estuvo acompañada de una auténtica bacanal, incluyendo sacrificios (holocaustos) que pudieron incluso haber sido humanos.
Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse.
Éxodo 32:6
(95) Dijo: “Y tú, Samirí, ¿qué tienes que decir a todo esto?” (96) Dijo: “Percibí lo que ellos no percibían. Entonces tomé un puñado de las huellas del Mensajero y lo lancé. Así me lo sugirió mi propia nafs.” (97) Dijo: “¡Ahora vete! Mientras vivas dirás: ‘No me toques.’ Y sabe que tienes una cita que no podrás eludir. Mira a tu ilah, ése a cuyo culto te entregaste. Lo quemaremos y esparciremos sus restos por las aguas.
Sura 20 – Ta Ha
En estas aleyas se encuentran encriptados los dos elementos básicos que van a señalar a Samirí, a su descendencia y a sus seguidores como la tribu de los Banu Isra-il mejor camuflada de la historia –los gitanos. El primer elemento es la estrecha relación entre Samirí y determinadas entidades no humanas –shayatin y yin, que le hicieron ver lo que el resto de la comunidad de Musa no vio, ordenándole que tomara un puñado de la tierra marcada por sus huellas y lo lanzara. En el Qur-an se utiliza la palabra “Mensajero”, es decir, alguien que es enviado con una misión, y en este caso pudo haber sido también uno de los yin al que se le habría encomendado poner a prueba al Samirí. Su relación con estas entidades dará lugar más adelante al desarrollo de prácticas conectadas con la magia, la adivinación (“vi lo que ellos no vieron”) y un tipo de vida chamánico; el mismo tipo de vida de los judíos, verdaderos inventores del Tarot e introductores de la magia y la adivinación en las logias masonas.
A finales del siglo XV, la familia Sinclaire, de ascendencia judía, estaba fuertemente asentada en Escocia formando parte de su más distinguida nobleza y de la incipiente franco-masonería. Un siglo más tarde, la situación de los gitanos en el reino escocés se deterioró hasta el punto de que las nuevas disposiciones ordenaban estigmatizarles marcándoles a fuego en la mejilla o incluso cortándoles una oreja. William Sinclaire, por aquel entonces Presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Escocia, hizo todo lo posible por protegerles, aunque no obtuvo, sino un precario éxito. En 1616 se introduce una legislación todavía más severa resultando en una deportación en masa hacia Virginia, los Barbados y Jamaica, lugares éstos que más tarde se convertirán en verdaderos centros de la magia, de la música “esotérica” y del chamanismo. Resulta difícil de entender el decidido y arriesgado apoyo que los Sinclair brindaron a los gitanos si lo desligamos del hecho de que ambos grupos –judíos y gitanos– tienen un mismo origen –los Banu Isra-il. Desde su mismísimo comienzo, la adivinación formará parte de las prácticas masonas como queda reflejado en el siguiente poema:
Pues formamos parte de la hermandad de los Rosa Cruz;
tenemos la palabra Mason, y la adivinación;
lo que ha de venir podemos sin error predecir…
Henry Adamson, The MusesThrenodie. 1638
El segundo elemento lo constituye la maldición que Musa (a.s) arroja sobre Samirí y su descendencia, la misma maldición que arrojó el Altísimo sobre Iblis.
(78) Mi maldición te seguirá hasta el día de la rendición de cuentas. (79) Dijo: “¡Señor! Aplázame el castigo hasta el día del resurgimiento.” (80) Dijo: “Se te concede ese plazo (81) hasta el día fijado.” (82) Dijo: “Por Tu poder, los extraviaré a todos, (83) salvo a Tus siervos sinceros.”
Sura 15 – al Hiyr
Son las mismas palabras con las que Musa maldice a Samirí. Hasta que llegue la Hora podrán él y su descendencia, y todos aquellos que les sigan, incitar a los hombres a que adoren al becerro y pasen su tiempo comiendo, bebiendo y “regocijándose”. Mas en la maldición de Musa hay un nuevo y determinante elemento a la hora de entender por qué el pueblo gitano es el único pueblo de la Tierra que lleva, desde los tiempos de Samirí hasta hoy, asentándose en todas las naciones sin asimilarse en lo más mínimo a ninguna de ellas –mientras vivas dirás: no me toques. Aquí, “no me toques” tiene un valor recíproco. Los gitanos son impuros para los no-gitanos de la misma manera que los gentiles lo son para aquellos –nunca será posible la comunicación entre ambas comunidades.
Samirí, pues, se aleja de la gente de Musa y vemos reaparecer a sus descendientes en los Banu Murrah en su contienda contra los Banu Kilab que nos relata una tradición popular árabe llamada Harb al-Basus. El héroe de esta transmisión, recogida por la historia, es al-Zira Salama, de la raíz “salma”, de la que deriva el nombre Sulayman. Muy probablemente los gitanos de aquella época, los descendientes de Samirí, aprovechasen la situación que se había creado en los dominios del Profeta y monarca más poderoso de la Tierra para hacerse con el poder aliándose con yin y shayatin. Ante esta rebelión, Sulayman reacciona de forma contundente –aplastando la revuelta de los Banu Murrah y añadiendo a la maldición de Musa nuevas imposiciones que jugarán un papel decisivo a la hora de determinar la forma de vida gitana. Sulayman les prohíbe portar armas y participar en guerras o revueltas. Les ordena vivir errantes, sin tener casas propias; y dado que corrompieron a la gente con sus “regocijos”, se ganarán la vida bailando y cantando, acompañándose de panderos y flautas, con la magia y la adivinación. A partir de esta derrota sufrida por los gitanos en la batalla de al-Basus comenzará su diáspora por toda la Tierra.
Un pueblo puede vivir sin casas, puede vivir sin escritura, sin libros, sin una lengua propia, pero no sin una identidad. Los gitanos, pertenecientes en su origen a los Banu Isra-il, portarán con ellos a dondequiera que vayan y a dondequiera que se asienten la identidad profética. Sin embargo, en cuanto que pueblo errante, ha ido añadiendo a sus tradiciones originales las de otros pueblos, como el fuego mazdeísta, que tomaron de Irán. Cualquiera que haya vivido en un barrio de mayoría gitana tendrá gravadas en su retina pequeñas hogueras que son avivadas de noche y de día. Hoy, ese fuego ha sido substituido por la televisión, siempre encendida, aunque nadie la mire. Un objeto pagano, pues; reminiscencia electrónica del mazdeísmo, que ya forma parte de la vida cotidiana de cristianos y musulmanes.
Por otra parte, la minoría de entre ellos que ha logrado que prevalezca su identidad profética sobre la chamánica, optará por el protestantismo –sin imágenes y sin intermediarios– o el Islam, que les recordará el puro Tawhid de Musa. Raras veces los veremos asociados a prácticas orientales, en las que el concepto de reencarnación entra en una clara e irreconciliable confrontación con su creencia en el Día del Juicio y, por lo tanto, en la resurrección.
Como en el caso de los judíos, la corrupción, la tentación… es siempre hacia fuera. Se corrompe, se engaña, se roba, a los no gitanos, pero dentro de sus comunidades imperan rigurosos principios morales con severos castigos para quienes los transgredan. Únicamente gitanos y judíos tienen dos leyes –una que aplican exclusivamente a su gente y otra con la que juzgan al resto de la humanidad.
Cuando observamos a judíos y gitanos a lo largo de su devenir histórico, vemos que se trata de un mismo pueblo que un día, hace ahora miles de años, Musa separó para siempre. Sin embargo, sus destinos discurren por caminos paralelos. De todos los pueblos que habitan la Tierra, solamente sus nombres han pasado a ser un atributo. Decimos de alguien que es un “judío” o un “gitano”, queriendo significar prácticamente lo mismo.
Y serás motivo de horror, y servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará el Señor.
Deuteronomio 28:37
Son los dos únicos pueblos en toda la historia de la humanidad que no han conseguido jamás tener una patria ni asentarse en un territorio que les sea propio, a pesar de que nada, objetivamente hablando, se lo haya impedido nunca.
Iblis se mantiene fiel a su misión de sacar al hombre del recuerdo de su Creador, susurrándole que no hay más vida ni más realidad que la de este mundo. Y de la misma forma, los Banu Samirí -el nombre que en todo rigor mejor denomina a los gitanos, han sido fieles a la suya, dando lugar allí donde se han asentado a sociedades chamánicas, basadas en la misma bacanal que la gente de Musa –comida, bebida y “regocijo”, los tres elementos propios de la negligencia, del olvido y de la inconsciencia. ¿En qué se ha convertido la vida de los occidentales? Trabajan por un salario realizando actividades que en nada les incumben, y su tiempo libre lo pasan en restaurantes, cafeterías, discotecas, salas de fiesta, clubes nocturnos, cines y teatros, como si fueran a vivir eternamente, como si no les estuviera esperando, tras la muerte, una angustiosa pregunta: ¿En qué habéis pasado la vida? A la que la mayoría de los hombres, los que prestaron oído al susurró del shaytan y siguieron la forma de vida gitana, solamente podrán responder: “Comiendo, bebiendo y regocijándonos.”
Los taghut son, pues, los substitutos de Allah, los constructores del sistema chamánico que se opone al sistema divino, al sistema profético (ver artículo XIX y esquemas 2 y 8). Sin embargo, ellos no son los corruptores directos. Su trabajo es, desde el poder político y económico que detentan, preparar el terreno a los yibt, protegerles con leyes o con ejércitos para que ellos sí puedan corromper a las sociedades humanas sin encontrar en ello demasiados obstáculos, sin demasiadas cortapisas. La ecuación es relativamente sencilla –en el numerador están los taghut con sus poderosos tentáculos que controlan las organizaciones internacionales, los mass media, las finanzas, los gobiernos, los ejércitos y las iglesias; y en el denominador se encuentran los yibt o yibs, los gitanos con sus sensuales danzas, su música, sus bacanales y aquelarres con los que tienen entretenida a la humanidad entera:
Los taghut y los yibt son los encargados de cambiar el sistema de Allah, el sistema profético, por el sistema chamánico que hoy significa –alta tecnología y súper-producción. La luz solar es substituida por la electricidad (las ciudades están iluminadas 24 horas al día) y ésta ha cambiado el reloj biológico produciendo y propiciando infinidad de enfermedades; el viento libre y gratuito que mueve los barcos y los animales de carga y de transporte han sido substituidos por máquinas de elevado coste cuya tecnología sólo unos pocos poseen y, de esta forma, este club chantajea al resto de las naciones y las arruina extrayéndoles toda su riqueza a cambio de esas máquinas; las límpidas aguas de los ríos que fluyen impetuosas cargadas de una tremenda energía vital han sido substituidas por aguas muertas que salen de los grifos llenas de cloro y otras substancias químicas. La riqueza alimenticia de los productos naturales de la tierra ha sido substituida por la pobreza de esos mismos productos cuando son tratados genéticamente o con hormonas o crecen en invernaderos. Las grandes plataformas han roto el equilibrio entre productores y consumidores –decenas de intermediarios encarecen los productos y separan al agricultor y ganadero de sus verdaderos clientes. El hombre ha dejado de entender las herramientas que utiliza cada día –está separado de ellas por una tecnología de fuego que no entiende ni puede controlar. Todo le viene de fuera, de centrales, de corporaciones.
Este sistema criminal ha substituido al sistema de Allah en el que todo es gratuito y está al alcance de pobres y ricos –nadie puede apropiarse del viento ni del agua. Allah el Altísimo ha dado los bosques a los hombres para que de él obtengan madera, resinas y numerosos productos alimenticios, como frutos y setas, pero las empresas occidentales se han apropiado de ellos con el permiso de los taghut y ahora, para hacerte una casa de madera, tienes que ir a esas empresas y comprarles la madera que es tuya, que es de todos. “No te deprimas”, dicen los yibt “lo importante es divertirse, disfrutar de la vida. ¿Quieres agua? Da media vuelta a la llave del grifo y ahí la tienes. ¿Quieres luz? Aprieta el interruptor. ¿Quieres comer? No hace falta que te molestes en cocinar, a la vuelta de la esquina tienes una tienda que vende comida ya cocinada. ¿Dónde está el problema?” Así hablan los yibt y la mayoría de la humanidad le responde hoy: “Sí, tienes razón, es maravilloso”. Sin embargo, no es maravilloso –enfermedades, violencia, destrucción familiar, opresión, pobreza… son algunos de los muchos efectos secundarios de ese sistema chamánico dirigido por los taghut en connivencia con los yibt.
los taghut
En la siguiente aleya queda claramente de manifiesto que la creencia en Allah exige como condición sine qua non negar a los taghut. No podemos caminar con el Islam y al mismo tiempo tomar como aliados y protectores a estas entidades.
(256) No hay coacción en el Din. La guía ha quedado claramente diferenciada del extravío. Quien niegue a los taghut y crea en Allah se habrá aferrado al asidero más firme, el que nunca se rompe. Allah está atento a todo cuanto acontece en Su creación y actúa según Su conocimiento.
Sura 2 – al Baqarah
El texto de la siguiente aleya es en cierta forma desconcertante, ya que se habla de creyentes que están en las tinieblas y de encubridores en la luz. Sin embargo, si tenemos en cuenta que el iman es algo dado por Allah el Altísimo, no algo adquirido, esta aleya resultará menos desconcertante de lo que nos había parecido en un principio. El iman está en nuestro corazón, pero yace cubierto por las circunstancias y situaciones en las que nos ha tocado vivir –hemos nacido en una familia laica o atea, o en una familia cristiana cuya creencia está envuelta en supersticiones. Un día, sin embargo, todas esas capas que envolvían nuestro iman y lo ocultaban se han despegado de él y ello ha permitido que saliese a la superficie y declarase que no hay más ilah que Allah, llenándose todo él de luz. Por otra parte, hay muchos musulmanes que han nacido en el seno de una familia creyente, desde niños han ido a las masyid para aprender a recitar el Qur-an revelado al Profeta Muhammad (s.a.s), han asistido a clases de fiqh y de aqidah, pero en sus corazones no hay iman, sino encubrimiento y ello hace que los taghut se los lleven de esa luz en la que nacieron y crecieron, a las tinieblas de su kufur.
(257) Allah es el protector de los creyentes. Los saca de las tinieblas y los lleva a la luz, pero los protectores de los encubridores son los taghut. Los sacan de la luz y los llevan a las tinieblas.
Ésos son los que serán arrojados al fuego. En él permanecerán para siempre.
Sura 2 – al Baqarah
Esta es lamentablemente la situación de hoy –los ‘id y el Hayy se han convertido en celebraciones paganas para muchos musulmanes. Son excusas para hacer turismo, en muchos casos turismo de lujo. Adecuan sus vidas al estilo occidental y dicen: “Los europeos son mejores que nosotros.” “En América los musulmanes tienen más libertad y pueden vivir su Din mejor que en los países islámicos.” Eso dicen, pero lo que ocultan sus corazones es un inmenso deseo de vivir como ellos, de acudir a las fiestas de Samirí.
(51) Acaso no te has fijado en cómo creen en los yibt y en los taghut esos a los que se les dio parte del Kitab, y dicen de los encubridores: “Están mejor guiados que los creyentes.”
Sura 4 – an Nisa
Beben y comen como cerdos y bailan y hablan y ríen como monos. Fijémonos si no en esa juventud americana que va dando saltos por las calles, cantando y convulsionándose. Fijémonos en esa juventud europea bailando en las discotecas, con sonrisas entrecortadas –cerdos y monos por todas partes.
(60) Di: “¿Queréis que os informe de los que recibirán el peor castigo de Allah? Aquel a quien Allah ha maldecido y ha sido objeto de Su ira. A algunos de ellos los hizo monos y cerdos,
y adoran a los taghut. Esos son los que llevarán la peor parte, pues son los que más
se han alejado del camino de rectitud.”
Sura 5 – Maidah
En las dos aleyas siguientes vemos la misma aclaración –no podemos caminar en la rectitud y en la adoración de Allah el Altísimo y al mismo tiempo seguir y adorar a los taghut y a los yibt. No hay compromiso posible –seguimos el sistema profético o el sistema chamánico.
(36) Hemos enviado un Mensajero a cada ummah para que les exhortara a adorar a Allah y a apartarse de los taghut. Entre ellos hubo a quien Allah guió y otros en quienes
se hizo realidad el extravío. Recorred la Tierra y ved cómo acabaron
los que renegaron de la verdad.
Sura 16 – an Nahl
(17) Hay buenas nuevas para los que se aparten de la adoración de los taghut y se vuelvan arrepentidos a su Señor. “Anuncia, pues, las buenas nuevas a Mis siervos”
Sura 39 – az Zumar
los yibt
Los yibt (yibs) – las tribus gitanas – una tribu judía (la de Samirí)
(51) Acaso no te has fijado en cómo creen en los yibt y en los taghut esos a los que se les dio parte del Kitab, y dicen de los encubridores: “Están mejor guiados que los creyentes.”
Sura 4 – an Nisa
NOTAS
Al-Zamakhshari nació en Zamakhshar, Khwarezm (actual Irán), el miércoles 27 de Rajab, 467 AH / 18 de marzo de 1075 AD. Se convirtió en un reconocido erudito de la escuela mutazilita. Se sirvió del persa para algunos de sus trabajos, aunque era un gran defensor del idioma árabe y un opositor del movimiento Shu’ubiyya.
Su obra más conocida es sin duda Al-Kashshaaf, un famoso comentario sobre el Qur-an por su profundo análisis lingüístico.
Durante muchos años vivió en Makkah, por lo que se le empezó a llamar Jar-Allah («El vecino de Allah»). Más tarde regresó a Khwarezm, donde murió en 1144 en la capital Gorgan (en la actual provincia de Gulestan, Irán).
Estudió en Bujara y Samarkanda mientras disfrutaba de la confraternidad de juristas de Bagdad.
Nasir al-Din Abu al-Khair ‘Abdullah ibn’ Umar al-Baydawi, también conocido como Baidawi, era un erudito musulmán, nacido en Fars, donde su padre ejercía de juez principal, en la época del gobernante de Atabek Abu Bakr ibn Sa’d (1226-60). Él mismo se convirtió en juez en Shiraz, y murió en Tabriz alrededor de 1286. Se han escrito muchos comentarios sobre el trabajo de Baidawi. Su obra principal es el comentario sobre el Qur-an titulado Las luces de la revelación y los secretos de la interpretación (Anwar al-Tanzil wa-Asrar al-Ta’wil). Este trabajo es en gran parte una edición condensada y modificada de al-Zamakhshari (al-Kashshaf).
Fairuzabadi, también conocido como El-Firuz Abadi o al-Fayrūzabādī (1414-1329) era un lexicógrafo y fue el compilador de un diccionario árabe completo. El diccionario, llamado al-Qamous, fue uno de los más utilizados en árabe durante casi cinco siglos. Su nombre completo era Abu Tahir Majid al-Din Muhammad Ibn Ya’qub Ibn Muhammad Ibn Ibrahim al-Shirizi al-Fairuzabadi. Su forma más abreviada es Muhammad Ibn Ya’qub al-Firuzabadi.