Tres empresas aéreas taiwanesas han lanzado viajes de nuevo formato que están ganando popularidad en plena pandemia de coronavirus, pues ha hecho que se suspendan vuelos internacionales.
Los aviones salen del aeropuerto internacional de Taoyuan, sobrevuelan la isla o se aproximan a los países vecinos y regresan sin aterrizar en el extranjero.
StarLux Airlines vendió en cinco minutos 188 asientos para su vuelo a ninguna parte. El avión despegará el 7 de agosto, volará sobre la costa este de Taiwán, luego se dirigirá hacia Filipinas y regresará por la misma ruta. Durante el vuelo, a los pasajeros se les ofrecerán comidas preparadas por el chef de un restaurante con estrella Michelín. Un recorrido de tres horas cuesta 4.688 dólares taiwaneses (alrededor de 160 dólares) por un asiento en clase turista.
EVA Air vendió 309 asientos para el vuelo sobre el noreste de Taiwán y luego hacia las islas japonesas de Ryukyu.
China Airlines ofrece vuelos especiales para niños de seis a diez años y sus padres. Durante el vuelo, los pequeños pueden ser asistentes de vuelo. Los billetes para dos vuelos, del 8 y 15 de agosto, se agotaron en seis minutos.
Mundo Sputnik (Traducción del inglés por sondas.blog)
SONDAS: Son los últimos coletazos antes de un efectivo confinamiento. Una ilusión, un espejismo como el que se reflejaba en las consignas culturales europeas y norteamericanas de los años 60 y 70. Nos parecía vivir en un mundo perfecto, un mundo justo y libre. Después cayó el muro de Berlín y algo después cayó la venda que llevábamos en los ojos –éramos peones que movían manos invisibles. Peones que iban a Vietnam, a Iraq o a Siria. Peones que fusilaban al Che o asesinaban a Malcolm X.
Ha resultado ser el nuestro un mundo deforme, injusto y tiránico. Es una imagen surrealista, pero también patética –aviones volando en círculo y pasajeros disfrutando de un vuelo a ninguna parte.
Cualquier cosa antes que reflexionar.