Los manifestantes de Black Lives Matter se quedaron atónitos cuando los agentes de la Patrulla del Estado de Washington respondieron con una acción rápida y contundente al cierre de una carretera el pasado viernes.

En el video publicado en Twitter se vio cómo la carretera se paralizó por completo.

Los manifestantes levantaron los puños desafiantes y bailaron en la carretera mientras uno de ellos tocaba el trombón.

¡Haceos independientes de todas las dependencias con las que Estados Unidos os tiene encadenados!

¡Esto no es un grito de ayuda, es un temblor para despertarte a la realidad!

Estas fueron algunas de las consignas que gritaron los manifestantes.

Los agentes de la Patrulla del Estado de Washington llegaron y arrestaron a algunos de los conductores de los coches para despejar el camino al tráfico. En un altercado capturado en video, unos cinco policías sacaron por la fuerza a un conductor de su automóvil para arrestarlo.

En el video, otro manifestante discute con un policía que le grita que «¡retroceda!» En cambio, la manifestante, que era negra, reprende a un policía negro con un epíteto racial.

¡Eres un puto negro vendido! ¡Eres un puto negro vendido!

El policía Rick Johnson, portavoz de la Patrulla del Estado de Washington, dijo en Twitter que nueve autos fueron confiscados y el tráfico se reanudó después de los arrestos. También indicó que el atasco producido por la protesta provocó un choque, lo que aceleró la decisión de cerrar la manifestación.

La información que tengo es que la distracción del cierre de la autopista en los carriles [en dirección sur] fue un factor que contribuyó a esta colisión.

A pesar del revés, un organizador de las protestas, Elisha Ewing, le dijo a The Stranger que seguirían bloqueando el tráfico.

Consiguieron arrebatarnos algo, nuestros coches, nuestra propiedad. Pero volveremos a hacerlo. Literalmente estoy respirando en este momento, y eso es protestar.

Nueve personas fueron detenidas por sospecha de alteración del orden público.

SONDAS: La prensa más influyente, los gobernadores locales, los políticos federales, todos, proyectan la imagen de manifestantes violentos que luchan por sus intereses, por sus reivindicaciones, quizás laborales o quizás tintadas de un cierto matiz social o cultural. Intentan encubrir, así, una realidad que pone de manifiesto las bases sobre la que se ha levantado la pretendida civilización occidental –esclavitud racista (por primera vez en la historia), supremacía blanca, apropiación indebida de territorios y recursos naturales… utilización de armas de destrucción masiva (nadie, aparte de Estados Unidos e Israel, ha lanzado nunca bombas atómicas, bombas napalm y bombas de fósforo blanco). Mas el grito de los negros todavía va más lejos.

Lo primero que habrá que cambiar será el nombre del movimiento de negros más influyente en el mundo BLM (La Vida de los Negros Cuenta). Este lema o consigna tenía un cierto valor cuando el objetivo principal, si no el único, de las comunidades negras era el de participar de lleno, y en igualdad de condiciones, en las sociedades de los blancos. Ya Malcolm X les advirtió de que eso era imposible, una trampa, una droga que acabaría por intoxicar a las mejores mentes de los dirigentes negros; mas el mensaje de Martin Luther King apoyaba este proyecto de reinserción e incluso, él mismo, aspiraba a la presidencia de los Estados Unidos. También a él lo asesinaron.

Sin embargo, las consignas que estamos escuchando hoy en las calles de Norteamérica son muy diferentes a las que se escuchaban en el funeral de King. Ahora se pide acabar con esta América, separarse, recuperar sus casas y sus tierras. Se están uniendo a este movimiento los nativos de América, los hispanos y quizás, pronto, los chinos.

Esta es la verdadera guerra civil que nunca se libró en los Estados Unidos y que es inevitable. Los negros han cerrado de golpe el libro de la historia del hombre blanco, porque no es su historia, porque no existen, ni siquiera como perdedores –sus nombres no están mencionados. Deben, pues, escribir la suya, desde el principio, desde que eran chamanes, con su magia y sus ritos; después fueron musulmanes y aprendieron la verdadera forma de adoración. Lucharon contra el hombre blanco invasor –británicos y franceses, belgas y holandeses, los que establecieron el apartheid. No deben omitir nada, pues esa, la suya, es la verdadera historia que nunca nos han contado.

Hacen mal hablando con los policías, gritándoles, insultándoles. Esto es una guerra y en una guerra se utiliza armamento pesado y estrategias de combate.